Tamara Falcó e Íñigo Onieva están viviendo un comienzo de año de lo más idílico. Después de conocerse la noticia de que Tamara e Íñigo volvían a estar juntos, la pareja se escapó al Polo Norte para rehuir el revuelo mediático que su reconciliación había desatado. La hija de Isabel Preysler había dejado boquiaberta a toda España, y tanto ella como Íñigo querían vivir sus primeros momentos juntos como pareja a miles de kilómetros, lejos del ruido, solos ellos dos. Por fin la pesadilla de su ruptura había terminado. Volvían a estar juntos, con más fuerza y ganas que nunca.
Después de compartir sus primeras imágenes juntos tras la reconciliación, con las que Íñigo reafirmó su amor por la marquesa, y prometía anteponerla a ella antes que cualquier otra cosa, Tamara e Íñigo abandonaron el frío del norte y volvieron a Madrid, pero su estancia en la capital duró muy poco. Querían vivir su noviazgo como una pareja corriente, pero la noticia seguía generando revuelo y ellos deseaban alejarse de los comentarios y los micrófonos de la prensa que les seguían a todos lados. No despertar del sueño de su reconciliación.
Entonces, hicieron las maletas, compraron los billetes, y cogieron un avión, esta vez rumbo a una ciudad europea. El destino elegido por los enamorados ha sido Praga , donde los novios disfrutaron de las frías temperaturas, la nieve y la belleza de la capital checa en invierno. Una ciudad que sin duda se ha convertido en un lugar especial para ellos, por ser el escenario escogido para vivir su amor de película.
Allí, Tamara e Íñigo dieron románticos paseos por las calles de la ciudad, y asistieron juntos a una fabulosa fiesta de cumpleaños de un amigo de la aristócrata, donde sin duda fueron la pareja más enamorada de la velada. Los novios compartían en sus redes sociales imágenes de la fiesta y de momentos divertidos juntos, mostrando la complicidad y la química que hay entre ellos.
La marquesa de Griñón acudió a la fiesta luciendo un precioso vestido de mini lentejuelas negras de Pedro del Hierro, con escote en V y manga encajada con hombrera, y su característica melena bob suelta. Por su parte, el empresario llevó un elegante esmoquín negro con pajarita. La pareja disfrutó de la idílica velada a la luz de las velas, en un amplio salón donde se dispusieron mesas alargadas para los invitados.
El miércoles pasado, siendo portada de la revista ¡HOLA!, la pareja volvía a ser noticia. Tamara contaba, con una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos que irradiaban absoluta felicidad, la buena nueva de su compromiso. Íñigo y ella pasarán por el altar el próximo 17 de junio, la fecha original de la primera vez que se comprometieron, y celebrarán la boda de sus sueños en el Palacio de El Rincón. Ellos son la prueba palpable de que segundas partes también pueden ser buenas, y de que el amor vence siempre, con esfuerzo, voluntad y perdón.