Pablo Castellano, marido de María Pombo, está viviendo un gran momento. El empresario, de 36 años, va a ser padre por segunda vez con la influencer madrileña, además, acaba de mudarse a la casa de sus sueños. En el terreno profesional también triunfa con su negocio de reformas, Grupo Archarray e Hijos, en el que trabaja con uno de sus hermanos, Jacobo. Sin embargo, su vida no fue siempre un camino de rosas. En 2010, tras el repentino fallecimiento de su padre, José Luis Castellano, su mundo se vino abajo. "De la noche a la mañana nuestro padre se va y en cuestión de 15 días no tenemos nada, absolutamente nada, cuando digo nada es nada, no teníamos ni un euro en la cuenta para poder encender la luz de casa ni la calefacción, estábamos con abrigos en casa, con velas, porque no teníamos dinero para pagar nada", ha recordado Pablo en una entrevista concedida a Magistral.
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El empresario había tenido todo lo que quería hasta ese momento. "Hemos podido estudiar en colegios privados, en universidades privadas, hemos vivido bien, nunca nos ha faltado de nada... Y yo, desde el desconocimiento y un poco desde la inmadurez, decía: 'Lo tengo todo solucionado, yo estoy trabajando aquí con mi padre, tengo mi sueldo, vivo en casa de mi madre y algún día todo esto será mío", ha contado. Pero el destino tenía otros planes para él y el resto de su familia. "Mi hermano Jacobo tuvo que pedir su paro adelantado y yo el mío, que creo que eran 9.000 o 10.000 euros. Además, me tuve que poner a trabajar por la noche de relaciones públicas", ha continuado explicando.
En aquel momento Pablo tenía 23 años y cero experiencia en el negocio familiar de construcción y reformas. "Yo empecé a trabajar con mi padre porque iba a la universidad por las tardes, entonces iba por las mañanas a la oficina y estaba más en tema administrativo", ha señalado. Pero tenía ganas de emprender, "porque no quería trabajar en una empresa de empleado", y poco a poco fue dando forma junto a su hermano a Grupo Archarray e Hijos, un negocio que levantó su padre y que ellos han sabido mantener.
- El contratiempo que ha sufrido María Pombo durante la reforma de su nuevo hogar
El marido de María Pombo, que de pequeño soñaba con ser piloto de motos, sabe lo mucho que cuesta prosperar en una profesión y lo rápido que puedes caer. Por eso tiene muy presentes las enseñanzas de su padre. "De mi padre he aprendido a tener paciencia y mano izquierda con los clientes porque cada cliente es un mundo. Mi padre era una persona muy trabajadora", ha añadido el empresario, que siempre intenta ver la parte buena de las cosas. "La muerte de nuestro padre lo que hizo fue abrirnos una puerta. A pesar de la desgracia, nos hizo crecer de golpe", ha reconocido.
Pablo está muy unido a sus hermanos Jacobo y José, sin embargo, no mantiene ninguna relación con sus tres hermanos por parte de padre. "Cuando mi padre falleció no terminó de dejar las cosas bien, fue todo un poco de boca, y al final, la que era la mujer de mi padre no respetó las decisiones de mi padre, hizo todo lo contrario, y por diferencias nos separamos", reconoció el empresario en el programa de Bertín Osborne. Para su madre, Patricia de la Serna, solo tiene palabras de admiración y agradecimiento. "Estaba con depresión, se quedó muy muy tocada con la separación, pero es una jabata", aseguró, pues fue un pilar fundamental para todos en aquellos momentos tan complicados.
María Pombo está esperando su segundo hijo junto a Pablo Castellano