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Constantino de Grecia: así contó ¡HOLA! la vida del Rey en el exilio

El hermano de la reina Sofía se vio abocado a abandonar el país en 1967. Regresó catorce años después para el entierro de su madre, la reina Federica, con un permiso que le permitía estar en suelo heleno tan sólo seis horas. En 2013, tras medio siglo exiliado, pudo regresar a su patria


14 de enero de 2023 - 19:00 CET

Cuando, en el año 2020, Constantino de Grecia abrió por primera vez las puertas de su casa de Porto Jeli a ¡HOLA! con motivo de su 80º cumpleaños, el monarca aseguraba sentirse feliz de haber podido regresar, al fin, a la patria. Tras casi medio siglo en el exilio, en 2013, el Rey de los helenos volvió a instalarse su país, y aquel “maravilloso lugar” a orillas del mar Egeo se convirtió en su hogar.El hermano de la reina Sofía rememoró entonces los que, para él, habían sido los cinco momentos clave de su reinado. Al echar la vista atrás, no dudó en destacar dos en especial: “mi primera visita a Grecia con mi familia después de muchos años de ausencia y mi repatriación a Grecia”. Constantino siempre llevó en su corazón al pueblo griego. Desde que la Familia Real abandonó el país en diciembre de 1967, su anhelo siempre fue volver a casa. Algo que no resultó en absoluto sencillo para el soberano, que tuvo que observar, desde la distancia, todo lo que aconteció en Grecia después de su marcha.‘El drama de Ana María y Constantino de Grecia’Con el fallecimiento de su padre, Pablo I, el 6 de marzo de 1964, Constantino ascendió al trono como Constantino II, y siete meses después de ser proclamado Rey de los helenos, el 18 de septiembre de 1964, el Monarca dio el ‘sí, quiero’ a Ana María, la bella princesa danesa con la que se le había visto bailar muy animadamente en la boda de su hermana mayor, la princesa Sofía. Ambos se convirtieron, con 24 y 18 años respectivamente, en los reyes más jóvenes del mundo, que el 10 de julio de 1965 dieron la bienvenida a su primogénita, Alexia; y dos años más tarde, el 20 de mayo de 1967, llegó Pablo, llamado a ser el heredero de Constantino. La felicidad, sin embargo, no duraría mucho. Lo que no se imaginaban los reyes Constantino y Ana María entonces es que Pablo y Alexia serían sus dos únicos hijos que nacerían en suelo heleno. En 1967 Grecia estaba sumida en una severa crisis política. El 21 de abril de ese mismo año, los militares liderados por el coronel Georgios Papadópulos dieron un Golpe de Estado que suprimió la Constitución y las libertades civiles y políticas, dando comienzo, así, a la conocida como Dictadura de los Coroneles. En vista de la gravedad de la situación, el 13 de diciembre, en vísperas de Navidad, Constantino II decidió liderar un contragolpe para derrocar el régimen dictatorial, una contrarrevolución contra el gobierno de los Coroneles. Pero el Monarca fracasó en su intento de restaurar la democracia en el mismo país que la había visto nacer.Transcurrido medio siglo, Constantino confesó a ¡HOLA! que, si tuviera oportunidad de cambiar un momento de su reinado, volvería a ese trece de diciembre. “Sería injusto nombrar solo a ciertas personas. Estoy agradecido a todos los militares que estuvieron a mi lado en aquel día tan difícil para mí”. Al ser preguntado si había perdonado a aquellos que lo traicionaron, afirmó que sí lo había hecho, “pero no puedo olvidar que rompieron su juramento”.La reina Ana María, que estaba embarazada de su tercer hijo, perdió el bebé que esperaba a causa de la tensión vivida aquellos días.Un rey con futuro inciertoTras lo sucedido el 13 de diciembre de 1967, Constantino se vio abocado al exilio, y a bordo del avión real, puso rumbo a Roma junto a su familia. La elección de la capital italiana no fue casual: se encontraba ‘a un paso’ de Grecia. Sin embargo, cuando Papadoulos suprimió la monarquía en junio de 1973, dejaron Roma y se fueron a vivir con la Reina madre, la reina Ingrid de Dinamarca. En junio de 1974, volvieron a hacer las maletas, en esta ocasión, para instalarse en Reino Unido, donde estuvieron a la espera de que cambiase el devenir del pueblo griego.En Surrey (Inglaterra), siete años después del fallido contragolpe, en noviembre de 1974, el Rey protagonizó una nueva portada de ¡HOLA! El Monarca hablaba, esperanzado, del referéndum que iba a celebrarse en Grecia y que había de decidir el futuro de la monarquía.“Constantino II y su esposa, la Reina Ana María, pasarán a la Historia como una verdadera pareja real”, explicaba entonces nuestra revista.“Regresaremos definitivamente a Grecia”, decía la Reina con énfasis. “Yo me siento totalmente griega y mis hijos (entonces ya posaban con Nicolás) son educados según las costumbres griegas y hablan normalmente entre ellos en griego”, detallaba. “Los niños me preguntan constantemente cuándo vamos a volver a Grecia”, desvelaba la hermana de la reina Margarita de Dinamarca. Sin embargo, aquel tampoco fue el momento. El 8 de diciembre de 1974, el referéndum convocado por el nuevo Ejecutivo democrático, confirmó a Grecia como República con casi un 70% de los votos. Constantino no volvió a poner pie en suelo heleno hasta 1981. 14 años después del contragolpe, el Rey volvió a su patria para asistir al entierro de su madre. Sólo lo podría hace por un tiempo limitado: consiguió un permiso de tan sólo seis horas en territorio griego.

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Cuando, en el año 2020, Constantino de Grecia abrió por primera vez las puertas de su casa de Porto Jeli a ¡HOLA! con motivo de su 80º cumpleaños, el monarca aseguraba sentirse feliz de haber podido regresar, al fin, a la patria. Tras casi medio siglo en el exilio, en 2013, el Rey de los helenos volvió a instalarse en su país, y aquel “maravilloso lugar” a orillas del mar Egeo se convirtió en su hogar.

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Los reyes Ana María y Constantino de Grecia.

El hermano de la reina Sofía rememoró entonces los que, para él, habían sido los cinco momentos clave de su reinado. Al echar la vista atrás, no dudó en destacar dos en especial: “mi primera visita a Grecia con mi familia después de muchos años de ausencia y mi repatriación a Grecia”.

Constantino siempre llevó en su corazón al pueblo griego. Desde que la Familia Real abandonó el país en diciembre de 1967, su anhelo siempre fue volver, pero su destino estaba lejos de casa. A lo largo de cinco décadas, el soberano tuvo que observar, desde la distancia, lo que acontecía en su querida patria.

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Tras su boda, Ana María y Constantino se convirtieron en los reyes más jóvenes del mundo. Ella tenía 18 años, él 24.

‘El drama de Ana María y Constantino de Grecia’

Con el fallecimiento de  su padre, Pablo I , el 6 de marzo de 1964, Constantino ascendió al trono como Constantino II, y siete meses después de ser proclamado Rey de los helenos, el 18 de septiembre de 1964, el Monarca dio el ‘sí, quiero’ a Ana María, la bella princesa danesa con la que se le había visto bailar muy animadamente en la boda de su hermana mayor, la princesa Sofía con el príncipe Juan Carlos de España. Ambos se convirtieron, con 24 y 18 años respectivamente, en los reyes más jóvenes del mundo, que el 10 de julio de 1965 dieron la bienvenida a su primogénita, Alexia en el palacio de Mon Repos (lugar de nacimiento, también, del Duque de Edimburgo); y dos años más tarde, el 20 de mayo de 1967, en Tatoi, llegó Pablo, llamado a ser el heredero de Constantino.

La felicidad, sin embargo, no duraría mucho. Lo que no se imaginaban los reyes Constantino y Ana María entonces es que Pablo y Alexia serían sus dos únicos hijos que nacerían en suelo griego.

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Los príncipes Alexia y Pablo son los únicos hijos del matrimonio que nacieron en Grecia. Philippos, Nicolás y Theodora nacieron en el exilio.

En 1967 Grecia afrontaba una severa crisis política. El 21 de abril de ese mismo año, los militares liderados por el coronel Georgios Papadópulos dieron un Golpe de Estado que suprimió la Constitución y las libertades civiles y políticas, dando comienzo, así, a la conocida como Dictadura de los Coroneles.

En vista de la gravedad de la situación, el 13 de diciembre, en vísperas de Navidad, Constantino II decidió liderar un contragolpe para derrocar el régimen dictatorial, una contrarrevolución contra el gobierno de los Coroneles. Pero el Monarca fracasó en su intento de restaurar la democracia en el mismo país que la había visto nacer.

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En 1967, la Familia Real griega abandonó el país. A la izquierda, los reyes Constantino y Ana María. A la derecha, junto a la princesa Irene, la reina Federica y la pequeña Alexia. Pablo apenas tenía unos meses de vida.

Transcurrido medio siglo, Constantino confesó a ¡HOLA! que, si tuviera oportunidad de cambiar un momento de su reinado, volvería a ese trece de diciembre. “Sería injusto nombrar solo a ciertas personas. Estoy agradecido a todos los militares que estuvieron a mi lado en aquel día tan difícil para mí”. Al ser preguntado si había perdonado a aquellos que lo traicionaron, afirmó que sí lo había hecho, “pero no puedo olvidar que rompieron su juramento”. La reina Ana María, que estaba embarazada de su tercer hijo, perdió el bebé que esperaba a causa de la tensión vivida aquellos días.

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El futuro incierto de un Rey

Tras lo sucedido el 13 de diciembre de 1967, Constantino se vio abocado al exilio, y a bordo del avión real, puso rumbo a Roma junto a su familia. La elección de la capital italiana no fue casual: se encontraba ‘a un paso’ de Grecia. Sin embargo, cuando Papadoulos suprimió la monarquía en junio de 1973, dejaron Roma. Se fueron a vivir con la Reina madre, la reina Ingrid de Dinamarca; y en junio de 1974, volvieron a hacer las maletas, en esta ocasión, para instalarse en Reino Unido, donde permanecieron a la espera de que cambiase el devenir del pueblo griego.

En Surrey (Inglaterra), siete años después del fallido contragolpe, en noviembre de 1974, el Rey protagonizó una nueva portada de ¡HOLA! El Monarca hablaba, esperanzado, del referéndum que iba a celebrarse en Grecia y que había de decidir el futuro de la monarquía.

Nuestra revista detallaba entonces que, pese a las viscitudes y obstáculos, quedaba claro que “Constantino II y su esposa, la Reina Ana María, pasarán a la Historia como una verdadera pareja real”.

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Ana María se mostraba firmemente convencida de que volverían al país natal de su marido. “Regresaremos definitivamente a Grecia”, decía la Reina con énfasis. “Yo me siento totalmente griega y mis hijos (entonces ya posaban con Nicolás) son educados según las costumbres griegas y hablan normalmente entre ellos en griego”, detallaba. De hecho, ese amor que sentían por Grecia se lo transmitieron a sus hijos, que, según desvelaba, “me preguntan constantemente cuándo vamos a volver a Grecia”.

Sin embargo, aquel tampoco sería el momento para ello. Su futuro seguía sin pasar por suelo heleno. El 8 de diciembre de 1974, el referéndum convocado por el nuevo Ejecutivo democrático, confirmó a Grecia como República con casi un 70% de los votos.

Constantino y Ana María formaron y criaron su familia en Reino Unido, a miles de kilómetros. El Rey no volvió a viajar a su país hasta 1981, 14 años después del contragolpe, para asistir al entierro de su madre. Sólo pudo hacerlo por un tiempo limitado: seis horas, que fue lo que estipulaba el permiso concedido por el país.

Aun con todo, Constantino nunca renunció al trono, pero su regreso definitivo tuvo que esperar cinco décadas. En 2013 el Rey de los helenos volvió, por fin, a orillas del mar Egeo que le vio crecer. El próximo lunes descansará, para siempre, en el palacio de Tatoi.

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