La noticia de la ruptura entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ha provocado un tsunami mediático casi sin precedentes. Casi, sí, porque tal tormenta de comentarios y reacciones solo es comparable a la que se había producido, hace unos meses, cuando su hija Tamara puso fin a su relación con Íñigo Onieva —situación que, como ya hemos informado, también ha llegado a su fin tras el “milagro navideño” de la reconciliación entre la chef y el empresario—.
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Desde que Isabel desveló en las páginas de ¡HOLA! que, tras ocho años juntos, ella y el premio nobel de Literatura habían decidido tomar rumbos separados, las especulaciones sobre los motivos de la ruptura son cada día más rocambolescas.
Empeñados en buscar razones y terceras personas a una situación que, tal y como se trasladó en nuestra información, vino provocada por diferentes episodios de celos infundados , los tertulianos de diferentes espacios se atreven incluso a poner nombres y apellidos a la que supuestamente sería la nueva ilusión de Isabel.
Tras ponernos en contacto con Isabel, le preguntamos qué hay de cierto en todos esos rumores y esta ha sido su respuesta: “Quiero vivir tranquila con mis hijos y mis nietos, disfrutando de ellos, que es lo que más ilusión me puede hacer”.