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Jeff Bezos cumple 59 años. Todo el mundo lo conoce: es uno de los grandes magnates del mundo (acumula un patrimonio de unos 124.000 millones de dólares), creador del gran gigante tecnológico Amazon y, más tarde, de Blue Origin, la empresa que lanza vuelos comerciales al espacio. También lo conocemos por su divorcio de McKenzie Scott y por su actual relación con la periodista Lauren Sanchez. Pero su fortuna no procede de ninguna herencia: Jeff Bezos es uno de esos hombres hechos a sí mismos. Y sus comienzos no fueron precisamente fáciles.
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Jeff Bezos no nació en ningún hospital: lo hizo en la casa de su madre, Jacklyn Gise, que lo tuvo a los 17 años de edad. De hecho, el magnate nunca llegó a conocer a su padre biológico, un tal Theodore Jørgensen, que desapareció de su vida al poco de nacer. Sin embargo, Jacklyn conoció al hombre que cambiaría su vida y también la de Jeff: Miguel Bezos, un inmigrante cubano. Se casaron y adoptó legalmente a Jeff, que lleva su apellido e incluso llegó a visitar un pequeño pueblo de Valladolid, Vilafrechós, buscando las raíces de su padre.
Los tres se mudaron de Alburquerque a Houston y, más tarde, a Miami. Jeff visitaba de niño con frecuencia el rancho que tenían sus abuelos maternos en Cotello, Texas; quienes recuerdan la infancia del multimillonario hablan de un niño prodigio, que para combatir el aburrimiento hacía juegos de cálculo y probabilidades. Quizá fue esa pasión la que lo llevó a la Universidad de Princeton a estudiarIngeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación.
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En 1994 fundó una librería online, Cadabra.com. Para entonces, el padre de Jeff había logrado un buen empleo como ingeniero de una gran multinacional, y tanto él como su madre pudieron contribuir con su dinero a que el sueño del joven Bezos se hiciera realidad. Un año antes, Jeff se había casado con McKenzie Scott. Él tenía claro que Internet, que por entonces estaba en pañales, terminaría siendo el futuro. En el garaje de la casa alquilada que compartía con su esposa instaló los tres servidores con los que arrancó la librería en línea del hoy magnate.
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Cadabra terminó por ser renombrada como Amazon, y a partir de entonces comenzó la historia de éxito de Bezos. En poco tiempo, Amazon disponía de 200.000 títulos en su catálogo. Con el tiempo, dejaría de ser una librería para ir ampliando su oferta a videojuegos, electrónica, juguetes…, hasta llegar al gigante tecnológico que es hoy.
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McKenzie fue una parte esencial en la historia de éxito de Jeff, puesto que estuvo a su lado construyendo el emporio desde el primer minuto. Cuando su polémico divorcio dio la vuelta al mundo allá por 2019, recibió una parte sustancial de la fortuna, además del 4% de la empresa. McKenzie usa parte de ese dinero en labores filantrópicas.
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En el año 2000 hizo realidad otro sueño: crear Blue Origin, la empresa de vuelos espaciales comerciales. Durante más de 20 años ha ido invirtiendo dinero y energías hasta lograr volar él mismo con otros tres acompañantes en un viaje que duró poco más de 10 minutos. Fue el primer vuelo suborbital con tripulación civil y sin piloto.
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Hoy, a sus 59 años de edad, ya retirado como CEO de Amazon (de donde sigue siendo accionista mayoritario y presidente ejecutivo) y enfocado a otros proyectos (uno de los últimos y más ambiciosos fue levantar la serie-precuela de El señor de los anillos), Jeff sigue soñando con nuevos retos. Porque dentro de él sigue viviendo aquel niño que imaginaba imposibles en el rancho de sus abuelos para no aburrirse.