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Malas noticias para el mundo de la moda: Tatjana Patitz ha fallecido a los 56 años. Considerada como una de las mejores supermodelos de las décadas de 1980 y 1990, también era una amante de la naturaleza y los animales, tal y como ella se definía. La top luchó desde muy joven por conseguir su sueño de desfilar por las pasarelas de medio mundo. Nacida el 5 de marzo de 1966 en Hamburgo de madre estonia y padre alemán, se mudó con su familia a Suecia (vivió en en Skanör junto a sus padres y sus dos hermanas; una de ellas, Sophie, nacida en 1973, también es modelo, aunque no ha tenido tanto éxito) y con tan solo 17 años se presentó a un concurso de la agencia Élite en Estocolmo en el que quedó tercera. Tras viajar a la capital francesa como parte del premio, comenzó a trabajar con las mejores marcas y desde entonces su carrera comenzó a despegar.
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Gracias a su espectacular cuerpo y su seductora mirada, Tatjana se convirtió en una cotizada top model y a una corta edad empezó a ser imagen de muchas firmas importantes como Anne Klein, Donna Karan, Gianfranco Ferre, Valentino, Versace, Ralph Lauren y Revlon. Además, trabajó durante años en las grandes capitales de la moda como maniquí de pasarela. Entre todas las supermodelos de la década de los 90, Patitz prefirió llevar un estilo de vida propio y no formar parte del grupo que todo el mundo tiene en la cabeza cuando piensa en estos iconos de la moda. "Abanderada del medioambiente", Patitz fue siempre "fue el símbolo europeo de la elegancia", tal recuerda Anna Wintour, directora editorial mundial deVogue. "Era mucho menos visible que sus compañeras, más misteriosa, más madura, más inalcanzable, y eso tenía su atractivo", ha explicado la periodista de moda.
Aunque al final su fama no fue equiparable a las de sus compañeras de fotografía, Patitz consiguió un más que destacado lugar en el mundo de la moda.Elegante, femenina e impactante, la supermodelo protagonizójunto a Christy Turlington, Naomi Campbell, Cindy Crawford y Linda Evangelista una de las instantáneas más famosas del célebre Peter Lindberg, realizada en los años 90 y que formó parte en gran medida del nacimiento del fenómeno de lastop models. Además, sin querer vivir nunca nunca en Nueva York, Milán o París, Tatjana quiso hacer su vida en California, donde podía encontrar esa conexión con la naturaleza y los animales que tanto le gustaba.
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No obstante,la supermodelo fue dejando poco a poco las pasarelas y los editoriales, aunque nunca de forma definitiva y siempre apostando por trabajos de carácter publicitario, para intentar demostrar sus dotes interpretativas en el mundo del cine. De hecho, Tatjana, que mantuvo una relación con el cantante Seal, participó en varias películas desde 1997, cuando debutó como actriz en el filme alemán Feuer, Eis & Dynamit (Fuego, huevos y dinamita). Divorciada y madre de un hijo, Jonah Patitz, en los últimos años volvió a desfilar en algunas de las mejores citas de la moda, como la semana de Milán en 2019.
