A lo largo de estos tres últimos meses, Tamara Falcó se ha tenido que reponerse de un varapalo como el que ha supuesto poner fin a su relación con Iñigo Onieva, con quien rompió su compromiso al descubrirse sus deslealtades. Encima, ha lidiado con un capítulo tan desagradable como el suyo bajo la presión mediática. Pero la marquesa de Griñón no ha dudado en ponerse en manos de especialistas para gestionar sus sentimientos y superar así este bache personal.
Ha sido la propia Tamara quien ha hecho público que está recurriendo a ayuda terapéutica . Sin embargo, es ahora cuando la hija de Isabel Preysler habla con mayor profundidad de este tema y lo hace ante ¡HOLA!, concienciando así sobre lo fundamental que es atender la salud mental. “Creo que todos deberíamos ir a terapia en algún momento de nuestra vida. Ayuda a procesar sucesos o emociones de la mejor manera para uno mismo”, nos expresa.
“Tengo la suerte de trabajar con una gran profesional. Es muy importante no olvidar la parte interior”, nos afirma Tamara. “Al igual que cuidamos la exterior para encontrarnos bien, no debemos olvidarnos. Al igual que trabajo mi espiritualidad, y es indispensable, lo hago con mi salud mental”, nos continúa diciendo la aristócrata. “Por suerte, desde la pandemia, hay mayor visibilidad y ha dejado de ser un tema tabú. Cada vez es más accesible a través de las redes sociales, libros, documentales…”, nos añade al respecto.
Además de ponerse manos de especialistas, la marquesa de Griñón ha tenido otros apoyos fundamentales para superar este bache personal. Por un lado, se ha refugiado en la fe, tan importante para ella. Además de peregrinar al santuario de Lourdes (Francia), la hija de Isabel Preysler desvela ahora en ¡HOLA! que también ha realizado un retiro espiritual “en Talavera de la Reina, durante un fin de semana”.“Fue algo supersanador, que recomiendo a todo el mundo. Es impresionante lo que allí está sucediendo y todos tenemos heridas que necesitan ser sanadas”, nos confiesa.
Por otro lado, Tamara ha contado con la compañía fundamental de los hijos de su hermana Ana Boyer , quien voló con los pequeños de Catar a Madrid nada más enterarse de las deslealtades de Iñigo Onieva. “Miguel y Mateo son lo máximo. Soy totalmente consciente del efecto sanador que tienen en mí y en todos los que estamos a su alrededor. Doy gracias cada día a Dios porque estén en mi vida. Son un auténtico regalo”, nos confiesa la aristócrata.
Además, Tamara nos habla de su otra gran terapia: la cocina. “Me deja expresar mi creatividad y eso resulta muy terapéutico. Igual que la moda”, nos explica. Aun así, la hija de Isabel Preysler ha sorprendido con su fortaleza y con la entereza con la que ha afrontado unos momentos tan difíciles. Afortunadamente, nada ha impedido a la marquesa de Griñón que esté comenzando su 2023 con un gran optimismo.