El Papa emérito, Benedicto XVI, ha muerto hoy, 31 de diciembre de 2022, a los 95 años en el monasterio de la Ciudad del Vaticano, donde residía desde su renuncia al Papado en febrero de 2013. Tras su fallecimiento, la maquinaria del Vaticano se ha puesto en marcha para organizar el funeral de Benedicto XVI. De momento, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ha anunciado que el funeral se celebrará en la basílica de San Pedro y lo oficiará el Papa Francisco. Será un funeral solemne, como corresponde al cargo que ostentó, pero también sobrio para respetar la voluntad de Ratzinger, que pidió una despedida sencilla.
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Un acontecimiento sin precedentes. No hay ningún caso reciente en el que hayan convivido dos Papas. La Iglesia Católica no tiene un protocolo específico para el funeral de un pontífice emérito por lo que será el Papa Francisco el encargado de tomar las decisiones oportunas sobre el protocolo que debe seguirse, ya que no se trata de una ceremonia papal al uso, sino de un sumo pontífice emérito.
El mundo entero lamenta el fallecimiento del Papa Benedicto XVI
Según dicta el tomo Ritual Romano, el rito litúrgico a llevar a cabo para el funeral de un papa conlleva un luto oficial de nueve días. El lunes 2 de enero, sus restos se instalarán en la sala Clementina de la Basílica de San Pedro y dará lugar al duelo. Benedicto XVI, debe ser enterrado, nunca antes de cuatro días ni más allá de seis días después del fallecimiento. Antes del funeral, los restos mortales del Papa se colocarán en un catafalco, un féretro elevado, para ser expuesto en la basílica y recibir así el homenaje de todos los creyentes. Aún no está claro dónde descansarán los restos de Benedicto XVI, dependerá del testamento que haya dejado escrito Ratzinger. Lo normal, sin embargo, es que suceda en San Pedro, como la mayoría de los pontífices. El último papa que no fue enterrado en la basílica, de hecho, fue Pío IX (gobernó desde 1846 a 1878), ya que pidió descansar en el Cementerio del Verano, junto a la basílica de San Lorenzo Extramuros (Roma).
Por su parte, el funeral se celebrará al quinto día de su muerte, el jueves 5 de enero a las 09:30 horas, en la plaza de San Pedro. Allí se asistirá a un hecho histórico: Francisco I será el primer papa en oficiar el funeral de uno emérito. Esta es una de las pocas pero a la vez grandes diferencias con el funeral de un papa en activo. Tampoco habrá conclave, ya que Ratzinger no deja ninguna sede vacante. Con todo ello, lo que sucederá el próximo jueves en la plaza de San Pedro será algo muy similar a lo que se vivió con la muerte de Juan Pablo II en 2005, cuando asistieron cardenales, jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo a despedirle.