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Es consciente de lo difícil que es componer un noveno disco. “¿Qué cuento ahora?, ¿qué me invento?”, confiesa India Martínez a ¡HOLA! Pero lo cierto es que ha creado Nuestro mundo, que incluye colaboraciones con Melendi y Andy Rivera, de la forma más sencilla y efectiva. “En anteriores, empezaba con las melodías o escribir letras con melodías. Pero este nuevo cuenta historias”, nos añade del álbum, en el que sigue explorando en los ritmos latinos y fusionando sus raíces flamencas. En este proyecto, la cantante ha vuelto a contar con la que es su pareja desde hace más de una década, Ismael Vázquez, que además de instructor de capoeira y actor de escenas de riesgo, ha dirigido los videoclips de varias de sus nuevas canciones.
© FERNANDO JUNCO—’Nuestro mundo’ con Melendi. ¿Cómo surgió la colaboración?
—Lo busqué porque tenía muchas ganas de trabajar con él. Fui a su casa con mi libro de poemas para convertir uno en canción. Al enseñárselo, cogió la guitarra y empezó a cantarla tal cual. Salió en una tarde. Fue tan bien que otro día hicimos A ti, mujer y Las burbujas del jacuzzi. Así salió un disco entero.
—Cantas al amor, escribes poemas… ¿Eres romántica?
—Mucho. Creo que sí —ríe—. Soy cariñosa, detallista… Sí.
—Tienes una relación desde hace más de diez años…
—Para mí, tener una relación estable me da paz, me quita la ansiedad. Cuando no la he tenido, me he sentido un poco bala perdida (ríe). Yo soy de estar acompañada y eso me da una fuerza sobrenatural.
—Pero, con tanto viaje y tanta grabación, no será fácil.
—Es muy difícil, pero tengo la suerte de que mi pareja lo sabe llevar. Es digno de admirar. No sé si yo misma podría, porque son muchos viajes, mucho tiempo fuera… Vas, vienes… Pero también hace que no te aburras y caigas en la monotonía.
—Ismael también ha dirigido varios videoclips tuyos.
—El último también —el de la canción que da nombre al disco, donde aparece Ismael—. Como creativo es el mejor. Si trabajo con él, no es porque sea mi pareja. Confío en lo que hace y me gusta lo que propone artísticamente.
—Pero lo curioso es cómo lo conociste, en un gimnasio.
—Sí. Fui a apuntarme y era el dueño. No me dejaba entrar porque intentaba colar a dos amigos suyos (ríe). Él ni sabía quién era yo. Cuando fui a entrar, me dijo: “Perdona, ¿dónde vas?”. Me quedé callada. (Ríe). Luego, ya nos conocimos.
—¿Crees que fue mejor que no te conociera?
—No hubo ningún condicionante, claro. Quien me conoce hoy es por India Martínez y lo que hago no tiene ese impulso a primera vista.
—¿Qué admiras tú en un hombre?
—Todo lo que tiene Ismael, la verdad.
—¿Y cómo es él?
—Se dedica a su vida y deja ser a su pareja, sin privar. Tiene una manera de amar incondicional, es detallista… Es muy completo, la verdad.
© @india_martinez_oficial—Hace semanas, subiste la foto de un anillo y muchos seguidores se pensaron que anunciarías compromiso, aunque era por un videoclip. Aun así, ¿te gustaría casarte?
—De momento, no. No sé… Por ahora, no.
—¿Y ser madre? A lo mejor, ni te apetece…
—Hasta ahora, no. Pero, cuando veo a mi sobrino en casa, hay veces que dan ganas.
—Con la planificación de un disco, con grabaciones y gira, no será fácil para una cantante encontrar el momento para tener un hijo.
—En la música, es más difícil. Voy y vengo todo el rato… Ni tengo tiempo de ir al médico. Tengo una alergia y aún no sé a qué. Pero, si me apeteciera, me tomaría un mes o un año.
De Jenifer Yésica a India
—Empezaste en la música presentándote al programa de Teresa Rabal. ¿Cómo lo recuerdas?
—Con doce añitos (ríe). Todos los niños de Andalucía se presentaban al programa de Teresa Rabal y le dije a mi madre que quería ir.
—Ana Mena también estuvo en el programa.
—No lo sabía. Yo coincidí con Los Caños y con Andy y Lucas. Compartíamos los camerinos.
—¿Y cómo surgió tu nombre artístico?
—Mis amigas siempre decían que me parecía a una india y a Pocahontas. Un manager de Sevilla se interesó en mí después de que me vieran cantar varios productores. Él no me vio y, cuando llamó por teléfono, le dije que me llamaba Jenifer Yésica. Y, claro, era poco flamenco y artístico (ríe). El manager me preguntó cómo era yo y le conté que tenía el pelo moreno hasta la cintura, los labios gorditos… Como una india. Al día siguiente, me llamó: “Te llamarás India Martínez”.
—Tus padres no escatimaron en nombres.
—Me los pusieron todos (ríe). Pensarían que no tendrían más niñas… Luego, nació mi hermana y le llamaron Deseada, que viene de Desiré. Con la siguiente no se comieron la cabeza y le pusieron Laura. Tengo otro hermano, Fran.
© FERNANDO JUNCO—A diario, ¿eres más India o Jenifer Yésica?
—Una mezcla. Pero yo soy muy natural en mi día a día. Cero pose, cero artificio.
—¿Cómo vas a pasar las Navidades?
—En familia. Para eso, soy muy tradicional.
—¿Lo mejor de este año? ¿Borrarías algo?
—Lo mejor ha sido la gira, de las más bonitas de mi vida. Y los ratitos con mi sobrino y mi familia. ¿Y borrar? Nada. Todo tiene sentido e inspira. A principios de año, tuve un poco de crisis personal, por dónde tirar en la vida. Nunca había sentido eso. A veces, uno se cuestiona y tuve un poquito de ansiedad. Pero está todo bien. Gracias a eso, me ha salido el mejor disco de mi vida.
