Ha paralizado el país. Y los premios, como si los millones de espectadores fueran ya pocos, le han caído como un alud. No solo en su país de origen -Turquía-, también en Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y, agárrense los machos, Estados Unidos. En España, la historia de estos cuatro hermanos es un fenómeno viral. Como ocurría hace décadas, cuando solo había dos cadenas, y los periódicos publican las tramas del capítulo previsto para esa noche como si el streaming fuera algo del futuro y las plataformas de televisión, ciencia ficción.
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Se trata, precisamente y haciendo honor a la historia de superación de los cuatro huérfanos que intentan encontrar su lugar en el mundo cuando éste se lo pone todo en contra, de Hermanos, la serie estrella del prime time de A3. En ¡HOLA!, hemos podido hablar con la que podría ser su gran estrella masculina, Onur Seyit Yarán, Doruk, quizás el más pendenciero, bravo y echado para delante de la familia, un actor que, sin embargo, nos cuenta, se parece más bien poco a su personaje. “Creo que no tenemos nada en común, pero si insistes -porque insistimos-, podemos decir que, yo, cuando era mucho más joven, podría ser un pequeño Doruk cuando estaba en el instituto”.
Porque ocurre, con aquellos actores que vemos por primera vez y descubrimos en trabajos que los convierte casi en iconos, que realidad y ficción se confunden. Para muchos niños de los 80, por muy larga que fuera la carrera anterior de José Ferrandis, éste siempre sería, a partir de entonces, Chanquete; Melissa Gilbert, la encarnación pelirroja de Laura Ingalls o Christopher Reeve y su caracolillo, Superman. En el caso de Onur… Onur tiene que ser como Doruk. Sí o sí. Pero él nos repite, muy por el contrario, que no. “En algunas situaciones… Tal vez, podríamos decir que yo habría reaccionado así… Pero no. Eso sucedió hace muchos años”. “Hoy -continua con esa sonrisa del que es conocedor del proceso mental de su interlocutor- no puedo describirme con ninguna característica de Doruk. De hecho, me gustaría cambiar algunos de sus aspectos… Como por ejemplo esas alteraciones sentimentales tan frecuentes en él, esos comportamientos tan difíciles, sus enfados… En eso no tenemos nada que ver”.
Seyit Yarán -al igual que su alter ego Doruk- tiene el atractivo del ‘chico malo’, aunque de buen corazón, del rebelde, del irascible de prontos volcánicos, del que se mete en problemas cuando defendía al más débil, del que pierde la razón por su agresividad aunque defiendas causas justas… Con camiseta blanca y vaqueros recuerda al Marlon Brando de Salvaje y, como ocurría en aquella película epítome de la juventud rebelde de los 50, es la viva imagen de lo que ninguna madre querría para sus hijas y, sin embargo, todo por lo que todas ellas suspiran.
Entrevistamos al actor minutos después de que se haya reunido con las fans afortunadas de un concurso multitudinario de Atresmedia y nos confiesa que, pese a su experiencia y sus más de tres millones y medio de followers en redes, se había sorprendido de la “calurosa bienvenida” de sus seguidores españoles. “No me esperaba tanto interés. Sabía del éxito de la serie pero… No me esperaba este recibimiento. Me ha… -piensa el participio exacto- enorgullecido”.
-¿Qué es lo que más le ha emocionado del encuentro?
- Me ha emocionado cuando me han dicho que querían verme aquí, en España, viviendo y trabajando… Pero les he pedido unos años. Para aprender español, para atesorar algún éxito más en mi tierra -recuerda entre risas-... Y ya, cuando lo consiga, volveré a España. Pero ¿sabes qué me han contestado ellos? Me han dicho que cuando yo quiera. ‘Siempre estaremos aquí esperándote para recibirte. ¿No es bonito?”.
- Es precioso Onur. Eso es… amor incondicional.
- Efectivamente. La forma de amor más perfecta que hay.
Retomamos el deseo de la audiencia porque, para los que nos dedicamos a ‘entrener’ al público, no hay nada ni nadie más sabio. ¿Le gustaría trabajar en España? “¿Por qué no? Una vez que pones tu esfuerzo en un trabajo, tienes que recoger unos frutos, ¿no? Y si pones todo de tu parte para conseguir tus sueños, es posible que se cumplan. Yo, hasta hoy día, he conseguido todo lo que he soñado, así que, si me lo propongo, ¿Por qué no lo voy a conseguir?”.
- Pero ¿es algo que está o estaba en tus planes o un sueño que forma parte de lo poco probable?
- Hasta hace un año, era un sueño pero, ahora, contemplando el éxito de la serie, se ha convertido en un plan. Por cierto, si volviera a España, ¿verías mi trabajo?
Como se podrán imaginar, no era la respuesta que uno esperaba. Especialmente, porque te pone en la tesitura de descubrir si esa duda forma parte de 1) las inseguridades míticas y típicas de todo actor o si, por el contrario, 2) se trata de un juego de seducción del que se sabe siempre vencedor porque: a) tiene todas las ventajas a su favor b) se le nota mucha habilidad en aquello de gustar a toooodo el mundo y c), es obvio, tiene un físico envidiable.
- Hermanos y tú, Onur, habéis sido un fenómeno social. Por supuesto que vería tu trabajo. Forma parte del mío: estar al tanto, seguir y perseguir a los fenómenos. (Oups)
- Ok. Para la próxima, volveremos a tener una nueva entrevista.
No íbamos descaminados con el segundo supuesto resumiendo los tres apartados en “vanidad” ¿verdad? El caso es que Onur hace cientos de entrevistas. Es imagen de firmas de todo tipo. Especialmente, lifestyle. Sus intervenciones en la televisión de medio mundo son incontables. La fama con mayúsculas ha llamado a su puerta. Pero ¿Cómo es su relación con ella? “Naturalmente, me alegra ser conocido, pero eso no es más que la consecuencia de un esfuerzo. Yo invierto toda mi pasión, toda mi motivación y toda mi profesionalidad en mi trabajo y ése, el que te rodee la fama, es uno de los resultados de mi dedicación. Te digo “uno” porque mi objetivo no es la fama, sino trabajar en proyectos estupendos. No me gustaría que eso se tergiversara o equivocar el camino o perderme en cosas que no son lo que busco. Mi objetivo es trabajar con ahínco”. Y también, por qué no, obtener la recompensa de los premios.
En agosto recibió el galardón más importante de la televisión turca en los Butterfly Awards ex aecquo con la actriz con la que, en la serie, interpreta la historia de amor central de Hermanos, Su Burcu Yazgi Coşkun, Asiye en la serie, con quien, por aquello de la confusión entre realidad y ficción de la que hablabamos al principio, su trama amorosa, de idas y venidas, celos, pasión y abandonos, ha desatado ríos de tinta. “La Mariposa de Oro era un sueño para los dos…”. Vale, pero la pregunta no era ésa. La pregunta era cómo es la relación real entre ambos. “Sí, sí. Te respondo. Nuestra relación delante y detrás de las cámaras es buenísima. Nosotros, los dos, siempre trabajamos no solo por hacer bien nuestro trabajo, sino por internar facilitar también el trabajo del otro porque son tantas las escenas que hacemos juntos que es necesario que todo funcione bien. Es obvio que tenemos una amistad muy fuerte… pero nuestra relación detrás de las cámaras es profesional”. Duda resuelta.
Hermanos es un eslabón más en la cadena de éxitos sin paliativos de la ficción turca en el mundo. Mujer, Infiel, Inocentes, Tierra amarga… Y Seyit Yarán se une a la pléyade de sultanes de la pantalla como Can Yaman, Kerem Bürsin, Burak Özçivit… ¿Cómo es posible que una cinematografía que, hasta hace muy poco, parecía relegada a cineclubs de arte y ensayo se haya convertido en algo tan comercial y tan mainstream? O ¿Cómo hemos llegado a manejar los nombres de sus estrellas y ha entender sus tramas como si nos vinieran directamente desde las colinas de Beverly Hills o el corazón de Colombia y Venezuela cuando Turquía se aventura un país que, a bote pronto, no sería tan afín a España? Investiguemos con Onur el secreto del éxito de las series turcas:
“Estamos en los dos extremos del Mediterráneo. Nos une el mismo mar… Pero, además, no somos tan distintos. Como todos los seres humanos, tenemos muchísimos sentimietnos en común, y en las mismas situaciones, nuestras reacciones son iguales o muy parecidas. Las series turcas hablan de eso, de sentimientos, de emociones y, aunque haya diferencias culturales, todas las personas sentimos igual. Ante la muerte, el amor, la injusticia… En Turquía, nos hemos dado cuenta de eso, de que podemos abrir la puerta de Europa o de Hollywood gracias a las emociones puras. Eso nos enorgullece muchísimo”.
Pero retomemos con aquello de que volvería a España y tendríamos una nueva “cita”... Perdón, ¡entrevista! ¿Qué le gustaría hacer? ¿Con quién? ¿Donde? “De lo que he visto últimamente, mi serie favorita ha sido La Casa de papel e, indudablemente, me gustaría trabajar con Mario Casas. Sería un gusto para mí. De hecho, creo que un punto álgido de mi carrera”. Imagínense Mario Casas vs. Onur Seyit Yarán… La madre del que suscribe, rayando el 1,65, le preguntaría algo así como “Oye, niño, ¿qué te daba tu madre de comer para que hayas salido tan buen mocetón?”. Así que, con eso, vamos a terminar la entrevista. “Muchas gracias por el piropo. Dile a tu madre que no consumo nada de azúcar, nada de gluten… Y que mi dieta se basa solo en proteínas”. Apuntado.