Isabel Preysler está disfrutando mucho en estos días de sus nietos Miguel y Mateo, los hijos de Ana Boyer y Fernando Verdasco, con los que seguramente estará preparando muy ilusionada las Navidades. Si hace dos semanas viajaba con ellos a Maldivas, donde celebraron el cuarenta y un cumpleaños de Tamara Falcó, ahora ha aprovechado el largo puente de la Constitución y de la Inmaculada para hacer divertidos planes en familia.
El pasado 5 de diciembre, Isabel y Mario Vargas Llosa se desplazaron junto a Ana, Fernando y los niños hasta Puy du Fou, en Toledo. Allí, además de contemplar los espectáculos que recrean acontecimientos históricos, el escritor peruano recibió la espada que portará como parte del tradicional uniforme de ingreso en la Academia Francesa, institución de la que entrará a formar parte en un acto que tendrá lugar a principios de 2023.
El año pasado, Isabel y Mario visitaron también el parque y conocieron a Antonio Arellano, quinta generación de espaderos de su familia, que les hizo una demostración del noble arte de la espadería. Vargas Llosa, que la pasada primavera recibió la noticia de su incorporación a la reputada academia (fue fundada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por el idioma francés), decidió que la espada que llevará el día en que se convertirá en “inmortal” —nombre con el que se conoce a los miembros de esta institución— fuera forjada por Arellano.