El primer fin de semana de diciembre. Ésa habría sido la fecha. Hasta entonces, Aitana y Miguel Bernardeau habrían estado juntos. Puede ser que con una relación renqueante, pero habrían podido sobrellevar esos más y esos menos hasta la gota que colmaría el vaso ese fatídico fin de semana, tal y como ha podido saber ¡HOLA!
Los motivos se desconocen. ¿Una discusión? ¿un secreto desvelado? ¿unas carreras meteóricas pero separadas? ¿El hastío tras cuatro años de noviazgo en una joven pareja? Son algunas suposiciones que el tiempo, la indiscreción de algún allegado, un post en redes sociales o unas fotos furtivas nos revelarán en un futuro -quién sabe si próximo- lo qué ocurrió entre ambos esos dos días porque, a día de hoy, es todo un misterio. Todavía. Lo que sí sabemos es que fue entonces cuando Miguel recogía sus cosas y volvía a Gran Canaria dejando la casa que ambos compartían. Cerraba dos puertas. La del domicilio y la de su pareja. Sin embargo, los protagonistas guardan silencio. Ahora, ¿Por cuánto tiempo?
Aitana tuvo la oportunidad de expresarse en una alfombra roja, donde aprovechó eso sí para hablar del último concierto de su gira y, en cambio, no quiso entrar ni a desmentir ni a confirmar su situación sentimental. Miguel sigue rodando en las islas. Está con su madre. Con Ana Duato. Su gran apoyo en este trance que no está siendo fácil para él. Aitana aparecía con un nuevo corte de pelo y un vestido transparente que dejaba ver su espléndida figura. ¿Hablaba sin palabras con un nuevo vestido de la venganza? Miguel, según cuentan a ¡HOLA!, sí quiere decir algo. Podría emitir un comunicado que saldría a la luz en muy poco tiempo.
Porque el shock mediático lo merece. ¡HOLA! ha podido saber, en descargo de la pareja que la ruptura, muy dolorosa para Miguel, que sería quien peor lo está pasando, se produjo inmediatamente después de la promoción de La última , la serie que ambos han protagonizado para Disney+ y que los medios vivimos como la recreación de una historia de amor que traspasaba la vida real para convertirse en luces vibrantes en la pantalla. Hace dos semanas, cuando Miguel colocaba el godet del vestido de su exchica en la alfombra y a Aitana se le enrojecían los ojos hablando del talento de su exchico, ambos eran la materialización de la ternura, del orgullo, del cariño, del éxito… ¿Cómo podía ser que, sin embargo, ya entonces no fueran pareja y estuvieran interpretando un amor que se habría disipado? ¿Eso era posible? Solo con este matiz confirmado por ¡HOLA!, se podría entender que la capacidad -inusitada- de fingimiento de Aitana y Miguel en aras de una promoción no era tal. Porque, ¿habría sido necesario hacer todas esas proclamaciones de amor en televisión? ¿Mostrar esa emoción hablando del uno y del otro durante el preestreno de su trabajo juntos? ¿Ana Duato se prestaría a hablar de su nuera si ya no lo fuera? El frío pragmatismo de los artistas o una pretendida ‘profesionalidad’ fingiendo ser una pareja que ya no existía podría convertirse en un arma de doble filo ante una prensa con la sensación de haber sido engañada y utilizada… Todo podría explicarse entonces por esta fatídica fecha. El primer fin de semana de diciembre. 3 y 4. Ahí, se tomó una decisión quizás fortuita, quizás largamente meditada.
Ana Duato sería ahora el hombro en el que Miguel Bernardeau descansa. Ella lo habría acompañado hasta Gran Canaria, como lo ha hecho desde siempre en los viajes de trabajo de su hijo, ya que la actriz de Cuéntame sería una de las artífices de su carrera, su mejor consejera y, especialmente, la persona a la que el joven actor -ya de envergadura internacional- confía y comparte sus decisiones profesionales. Con ella, convive desde julio, de hecho . Desde cuando empezó la grabación de la serie El Zorro. En la casa que la productora Secuoya puso a su disposición este verano para el actor. Una práctica habitual cuando se habla de largos rodajes que implican desplazamientos de los actores y les permiten una mayor libertad y privacidad que un hotel. Aitana tampoco se encontraría durante el verano en el domicilio que compartía la pareja en Madrid. Su gira y sus compromisos discográficos también la habrían mantenido alejada de la capital, donde habrían coincidido actor y cantante en contadas ocasiones dada la dificultad de compaginar las ajetreadas agendas propias de los artistas más efervescentes del show business español. Esta situación de impasse y desencuentros se habría prolongado desde julio hasta la última semana de noviembre que, tras casi meses sin verse, la pareja volvería a convivir día y noche por la promoción. Esto, apuntan a ¡HOLA!, podría haber sido el detonante dinamizador de la ruptura. En resumen, la falta de tiempo juntos. El germen también de sus anteriores crisis de pareja.
“Os lo digo, con la mano en el corazón, para ver si me podéis ayudar, que no me grabéis en casa. Porque está empezando a venir mucha gente, hombres, a las tres de la mañana, a las cuatro de la mañana... Yo estoy sola y lo paso muy mal. Tengo mucho miedo”. Estas fueron las palabras de Aitana en su aparición ante los focos el mismo día en que la noticia de su ruptura salía a la luz, señalando que nunca habla de su vida privada, aunque habría que recordarle que gracias a sus recientes entrevistas con La última sabemos hasta cómo se enamoró de Miguel por ejemplo... Y sí, lo han leído bien. Dijo “esto sola”. ¿Un desliz cuando no quería confirmar ni desmentir que su pareja ya formaba parte del pasado o estar sola es algo que ocurre circunstancialmente porque Miguel es obvio que está rodando a 5.000 km de distancia? Según ha podido saber ¡HOLA!, se decidió finalizar la promoción de La última la misma semana en que se produjo la ruptura de la pareja. Ni siquiera de manera individual o telefónicamente. Se quería concluir cuanto antes porque ya sí que no cabía alargar la situación. De eso, hace ya 18 días.