Argentina contiene la respiración mientras su selección se enfrenta a un partido decisivo en el Mundial de Qatar. La albiceleste se enfrenta a Croacia, último escollo antes de alcanzar la esperada final de un torneo que no conquistan desde hace más de tres décadas. Ganaron en 1978 y 1986 y se quedaron a las puertas en 1990 y 2014, cuando cayeron en la final, en ambas ocasiones contra los alemanes. Cuentan entre sus filas con Messi, considerado como uno de los mejores jugadores del mundo, que espera repetir en esta ocasión en el choque final tras superar a los croatas para lo que desplegará sin duda las habilidades que le han convertido en casi una leyenda. Pero una carrera así no habría sido posible, por supuesto sin talento natural, pero tampoco sin un apoyo firme y estable a su lado: el de su mujer Antonela Roccuzzo.
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Los hijos de Antonela Rocuzzo y Leo Messi, dignos sucesores de su padre
Enamorados desde que eran niños, su historia de amor ha desafiado la distancia, la exigencia de un deportista de élite y las polémicas. A pesar de que la pareja lleva una vida bastante discreta y que el jugador se suele concentrar en el juego cuando salta al campo, en este mundial, concretamente en el partido que les enfrentó a Países Bajos, se pudo ver a un Messi muy disgustado. Las palabras del entrenador de la selección naranja, Louis Van Gaal, previas al encuentro (además de algún episodio del pasado en el que se cruzaron) no gustaron al jugador que celebró su gol delante de él con entusiasmo. “No me gusta que se hable antes de los partidos. Eso no es parte del fútbol. Yo siempre respeto a todo el mundo, pero me gusta que me respeten a mí también. Van Gaal no fue respetuoso con nosotros” dijo el argentino dejando claro su enfado.
En la grada siguiendo sus pasos (y pases) ha estado Antonela junto a los tres hijos de la pareja, Thiago (10), Mateo (7) y Ciro (4), que han heredado la habilidad del maestro con el balón. Aprovechando su estancia en el país ha recorrido parajes desérticos, uno de sus atractivos, y ha pasado el tiempo libre que ha podido con su marido. La pareja mantiene una estable relación desde hace más de dos décadas. Tras conocerse cuando eran apenas unos niños, la posterior marcha de Messi a Barcelona les mantuvo un tiempo separados hasta que Antonela pudo reunirse con él en la Ciudad Condal. En 2012 nació su hijo mayor Thiago, en 2015, Mateo y en 2018, nació Ciro, el pequeño de la casa.
En 2017 pusieron el esperado broche de oro a esta historia de película con una boda en su Rosario natal ante más de 260 invitados. Siempre unidos, se despidieron de Barcelona hace un año para iniciar una nueva etapa en París donde la pulga, así se le conoce, sigue levantando pasiones. “Mi familia siempre está en mi cabeza. A mis hijos, porque ya son grandes y lo entienden todo. Lo sufren, lo disfrutan... Estoy muy feliz de compartir estos momentos con ellos. Es mi primer Mundial con mis hijos siendo ya grandes y ellos también están felices. Es muy lindo poder ver a mis hijos ahí y verlos disfrutar” aseguraba el argentino estos días.
Su círculo más cercano, al que en ocasiones se puede ver en la grada, lo completan sus progenitores, Jorge y Celia, que le acompañaron a España para que persiguiera su sueño de ser futbolista siendo tan solo un niño y han ejercido como representantes a lo largo de su carrera. Además, tiene 3 hermanos, Matías, María Sol y Rodrigo, que también están muy presentes en los momentos significativos de su vida. Este es sin duda uno de ellos pues no solo se juega el pase a la final de un mundial sino que este podría ser el último de su carrera pues, como él mismo admitió, a sus 35 años se irá despidiendo de las competiciones de más alto nivel. Eso sí, los croatas harán todo lo posible para frenarle. ¿Lo lograrán?