Blanca Suelves y Joaquín Güell han sido fotografiados disfrutando juntos de una de sus aficiones en común: el golf. Tal y como publicamos en ¡HOLA! el pasado mes de septiembre, la hija de los marqueses de Tamarit y al financiero participaron juntos en un torneo en Sotogrande. Estas no son las primeras imágenes de Blanca — que a finales del año pasado se separó de Ioannes Osorio, duque de Alburquerque, después de veinticinco años de matrimonio y dos hijos en común— y Joaquín , ya que en marzo se les pudo ver compartiendo una tarde de cine en Madrid.
‘Joaco’, como le llaman sus amigos, es uno de los solteros de oro del momento. Estuvo casado diecisiete años, hasta 2018, con Cayetana Álvarez de Toledo, con quien tiene dos hijas, y hace unos meses protagonizó un sonado romance con la periodista Susanna Griso, que actualmente mantiene una relación sentimental con Íñigo Afán de Ribera.
De 54 años y director de un fondo de capital de riesgo, el aristócrata es muy conocido también por pertenecer a la dinastía de los Güell, iniciada por el indiano Joan Güell Ferrer (1800-1872), nativo de Torredembarra (Tarragona) que hizo su fortuna en Cuba. Él fue el germen de esta influyente familia de la alta burguesía catalana que forma parte de la historia, la cultura, la política y la economía de Barcelona desde hace dos siglos.
Uno de los antepasados más destacados de Joaquín es Eusebio Güell Bacigalupi, industrial y político de finales del siglo XIX y principios del XX, que ha pasado a la historia por ser el mecenas y descubridor de Gaudí. De su colaboración son fruto los edificos más icónicos de la Ciudad Condal, máxima expresión del modernismo: el Palacio Güell, el Parque Güell (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984), el conjunto de los Pabellones de la Finca Güell, en la avenida de Pedralbes, y la Cripta de la Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló, a 20 kilómetros de Barcelona. En reconocimiento por su gran contribución a la economía de España, Alfonso XIII le concedió el título de conde de Güell.
Otro de los ancestros de Joaco es Juan Antonio Güell y López (1874-1958), marqués de Comillas, conde de Güell, conde de San Pedro de Ruiseñada y Grande de España que fue alcalde de Barcelona. Impulsor de la Exposición del 29 y de ideas como el ancho de vía europeo para los ferrocarriles, es autor de un manuscrito en el que relata cómo contribuyó pagando una elevadísima deuda de juego de Miguel Primo de Rivera para que éste diera un golpe de estado durante el reinado de Alfonso XIII. Según relata el periodista Andreu Farràs en su libro Els Güell, durante el franquismo Juan Antonio se exilió de España por estar enfrentado con Franco y vivió en Francia, donde llegó a pasar hambre, a pesar de ser multimillonario, y donde, separado de su esposa, convivía con una descendiente de la emperatriz Josefina y de la nobleza rusa.
Entre las ramas del árbol genealógico del financiero encontramos también a Eusebio Güell y López (1877-1955). Conocido como ‘el dandy’, vivía en el Ritz y era amigo de lord Carnarvon, por lo que fue uno de los cinco primeros occidentales que entraron en la recién descubierta tumba de Tutankamon.
Más cerca en el tiempo, la madre de Joaquín Güell, Isabel Ampuero y Urruela, desciende de una adinerada familia de Bilbao, una de las fundadoras del Banco de Bilbao, donde su abuelo, José Joaquín Ampuero del Río, ejerció de consejero. Además, es primo de Ágatha Ruiz de la Prada: “Su padre Juan Güell y de Sentmenat es primo hermano de mi madre; y su madre Isabel Ampuero y Urruela también. Somos primos segundos dobles con muchos genes en común y con mucho trato”, nos contó en una ocasión la diseñadora.
Además de promover el Parque Güell la familia es dueña de la Torre Castanyer, un palacete señorial de la ciudad de Barcelona situado en las proximidades de la plaza de la Bonanova. En él se alojaron el rey Alfonso XIII y las infantas Mercedes y María Teresa cuando en 1888 la familia real llegó a Barcelona para inaugurar la Exposición Universal. Aquí también se refugió el poeta Antonio Machado durante los últimos meses de la Guerra Civil. Hoy, esta residencia de 3.000 metros cuadrados está ocupada por la madre de Joaco.
Entre los edificios fundamentales de Barcelona relacionados con la familia, se encuentran, el Palau Moja de la Rambla, en el que vivió desde 1875 Antonio López López, primer marqués de Comillas y suegro del mecenas de Gaudí. Otra huella imprescindible es el Vapor Vell, la primera gran fábrica moderna de Sants y una de las principales inversiones industriales de Joan Güell, el patriarca de la dinastía. La nave principal es actualmente una concurrida biblioteca pública.
El monasterio de Pedralbes, joya del gótico catalán, pervive gracias a la restauración que pagó la familia Güell a principios del siglo XX. Muy cerca, el Palau Reial se alza en un terreno que formaba parte de una extensa finca propiedad de los Güell. Fue financiado en 1924 por Juan Antonio Güell López, junto con varios de sus hermanos y otros monárquicos catalanes y entregado a la Corona Española.