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Hacer ejercicio todos los días y cuidar la alimentación. Esos dos son los únicos secretos que Bertín Osborne asegura tener para lucir un impresionante aspecto a sus sesenta y ocho años. En sus recientes apariciones públicas y publicaciones en sus redes sociales, ya se había podido apreciar el cambio físico del polifacético artista, pero su portada en ¡HOLA! luciendo su tonificado cuerpo se ha hecho viral con rapidez y ha sido objeto de multiples chascarrillos sobre las fotos del cantante y numerosos comentarios. Entre ellos, el de una voz autorizada, la de su ex mujer Fabiola Martínez, que, recientemente, posaba de nuevo con el artista en el cóctel que organizaron a beneficio de la Fundación Bertín Osborne, en el restaurante La Borda del Mentidero, donde no sólo habló de los nuevos retos de la fundación que preside sino del buen estado físico de quien fue su marido. “Lo veo genial y con ganas de dar guerra, como siempre”, afirma.
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-Vuelves a vivir una noche especial y de ilusión a beneficio de vuestra Fundación, Fabiola. Después de trece años, ¿te imaginabas llegar a este momento?
-Cuando empezábamos, no imaginábamos que íbamos a llegar hasta donde hemos llegado y que ibamos a seguir creciendo, así que no sólo no me lo imaginaba sino que estoy muy orgullosa de lo que estamos consiguiendo. Cada vez estamos ayudando a más familias, es una pasada.
-Dentro de lo que te propusiste al crear la Fundación, ¿qué te falta por conseguir o que quisieras conseguir?
-Hay personas que piensan que somos una Fundación muy grande sólo por nuestro nombre, así que lo que me gustaría es ser tan grandes como la gente piensa. ¡Ojalá! Somos un equipo muy pequeño, pero me encantaría que fuésemos muchísimos y pudiéramos atender a todas las familias de todos los puntos de España. Ahora nuestro fuerte está en siete ciudades, pero queremos seguir creciendo.
-Hace un año incorporaste a tu equipo a una sobrina de Alfonso Díez, Rocío, también madre que está en tu misma situación, ¿cuál fue el primer consejo que le diste?
-Que pensara como madre, que si pensaba así siempre iba a acertar en sus decisiones respecto a su hijo.
-También están aquí, apoyando a la Fundación, las hijas de Bertín, Eugenia y Claudia, y Ana Cristina Portillo, con quienes mantenías una extraordinaria relación. Desde que os separastéis, ¿cómo es tu relación con ellas?
-Sigue siendo fenomenal. Alejandra no ha podido venir de Sevilla, porque tenía a los niños y le resultó complicado organizarse, pero está siempre de corazón. Y a Claudia la veo menos, porque está muy ocupada con su bebé. Pero con Eugenia quedo a menudo y con Ana Cristina coincidio en el gimnasio, así que nos vemos todas las semanas.
-Además de madre y de estar al frente de la Fundación, tienes tu trabajo y tu colaboración en el programa de Sonsoles Ónega. ¿Cómo consigues encajar todo y no perder la sonrisa?
-A veces consigo llegar a todo y otras veces renuncio a lo que no llego. Lo que está claro es no puedo estar en dos sitios a la vez, así que he aprendido a priorizar.
-Tu hijo, Kike, está a punto de cumplir dieciséis años. ¿Cómo es su vida ahora que es un adolescente y cómo ha evolucionado?
-Como bien dices, es un adolescente en toda regla en cuanto a nivel físico, un hombretón, pero no me está dando guerra porque sigue siendo un bebé en el sentido de toda la atención que necesita.
-¿Cómo es la relación de Carlos con Kike?
-Carlos ha sufrido una transformación. Le ha costado renunciar a lo infantil para ser un poquito más maduro, pero, poco a poco, lo está consiguiendo y lo está haciendo muy bien. Hay veces incluso que me sorprende con los razonamientos que me da cuando le digo “haz esto o haz lo otro”. La comunicación es muy importante en la adolescencia. Yo diría que vital.
-Este verano fue a un campamento militar, ¿le has notado que se ha calmado un poco?
-Le ha venido bien porque le ayudó a dar ese pasito de soltar un poco la niñez.
-Cambiando de tema. En este momento, ¿dónde sitúas el amor en tu vida?
-En mis hijos. Me llena muchísimo. Por eso no me cuestiono absolutamente nada, ahora mismo, en cuanto a enamorarme de nuevo. Estoy feliz así.
-Y si Bertín volviera a enamorarse, ¿qué sentirías? ¿cuál sería tu reacción y tu sentimiento?
-Estaría contenta porque, si se enamora, estará feliz y todos estaremos bien.