Cuando el pasado 25 de mayo un equipo de la Guardia Civil se personaba en la casa de Rivas-Vaciamadrid del actor Luis Lorenzo con una orden de registro y, tras inspeccionar cada rincón de la vivienda, se los llevaban a él y a su mujer, Arantxa Palomino, detenidos, su vida cambió radicalmente en una mañana. "Tenía la sensación de que aquello no podía estar pasando", dice en una entrevista en El País. "La gran hostia es cuando te dicen que estás siendo investigado por asesinato" (en concreto, por la muerte de Isabel, de 85 años, tía de Arantxa, que se trasladó al domicilio de la pareja unos meses antes de fallecer).
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-Luis Lorenzo habla por primera vez desde que es investigado por el homicidio de su tía política
Junto a eso, todo lo que rodea a la detención: "te quitan todas tus pertenencias, te desnudan, toman tus huellas, te fotografían, te toman una muestra de ADN y te dejan en un calabozo con una colchoneta". Explica que, durante el tiempo que estuvo en el calabozo, se le pasó toda su vida por delante y que no podía evitar sentir ansiedad al plantearse qué era lo siguiente que iba a ocurrir porque, dice, "solo sabes de qué se te acusa, pero no por qué".
Detalla también, que la serenidad también hacía acto de presencia en esos momentos: "Esto tiene que aclararse porque yo no he hecho nada". Para eso, también le fue de gran ayuda, según detalla, la meditación que realizó en el minúsculo espacio en el que estaba encerrado. Su mujer no reaccionó así. Ella intentó quitarse la vida y tuvo que ser ingresada, según informan en el citado periódico.
En medio, la situación con los hijos de la pareja, de 11 y de 6 años. Los dos han prestado declaración en relación al caso, si bien lo peor ha sido lo ocurrido con el mayor de los niños, hijo de Arantxa con una pareja anterior. Lo habrían llevado con su padre, que tiene una orden de alejamiento por haber sido condenado por violencia de género. Ahora el niño se encuentra en tratamiento tras haber pasado más de 20 días con su progenitor.
A todo eso, se suma la situación económica y laboral, ya que no tienen acceso a su dinero, pero además, la empresa de coaching que Lorenzo había creado tras un tiempo retirado de su profesión de actor, se ha hundido al hacerse pública su detención. "¿Quién me va a contratar?", se pregunta. "Vivimos de prestado, gracias a los pocos amigos que nos quedan, el 90 por ciento se ha alejado de nosotros". "Desde el principio hemos sido presuntos culpables", se queja el actor. "Nada habría sido ni parecido si yo no llego a ser una cara conocida".