Si hay un lugar en el que Gisele Bündchen resetea la mente y encuentra la paz, ese es su refugio de Costa Rica. Por eso, dos semanas después de anunciar su divorcio de Tom Brady, la supermodelo brasileña hacía las maletas y se marchaba de vacaciones junto a sus hijos, Benjamin, de doce años, y Vivian, de nueve, a este paradisíaco enclave.
Pero a esta escapada familiar se unió un invitado muy especial, el instructor de jiu-jitsu de la top, Joaquim Valente, con quien Gisele fue fotografiada, muy cómplice, disfrutando de una cena en el restaurante asiático Koji, en la ciudad de Puntarenas.
Las imágenes han desatado todo tipo de especulaciones, aunque todo parece indicar que, al menos de momento, la modelo y el atractivo entrenador tan solo son amigos. Afincado en Miami desde 2007, Valente es originario de Río de Janeiro, 1.610 kilómetros al noreste de la ciudad natal de Bündchen, Horizontina, y dirige la academia Valente Brothers junto a sus dos hermanos mayores, Pedro y Gui.
Joaquim y Gisele se conocen desde hace algo más de año y medio y se han encargado de enseñar este arte marcial a la familia. El pasado mes de febrero, la top compartió un vídeo de ella practicando este deporte junto al brasileño, dejando claro que es algo que le entusiasma. “Me siento más fuerte, con más confianza y empoderada desde que comencé a practicar defensa personal”, confesaba la que fuera ángel de Victoria’s Secret.