Tener una carrera de más de 15 años y diez álbumes con menos de 35 es una auténtica locura que muy pocos artistas consiguen y que, evidentemente, viene con sus subidas y bajadas. Es el caso de Taylor Swift, que parece estar recuperando la aprobación y el cariño del público general después de haber pasado los últimos tiempos alejada de las alfombras rojas, solo haciendo apariciones mediáticas cuando era estrictamente necesario. La vida de la cantante cambió de manera radical en 2016 cuando Kim Kardashian hizo pública una grabación de su infame conversación con Kanye West sobre el tema del propio rapero, Famous. Las redes sociales se le echaron encima, llamando víbora a la intérprete de Blank Space y dejando millones de comentarios en todas sus publicaciones. Su imagen había dado un giro de 180º y había pasado de ser la novia de América a una manipuladora.
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Taylor Swift quiso desaparecer de los titulares
"Me gustaría ser excluida de esta narrativa", publicaba Taylor Swift como única respuesta a la grabación que había publicado Kim Kardashian, y reducía sus apariciones públicas al mínimo durante un año. Entre medias rompía su relación con Tom Hiddleston y empezaba a salir con Joe Alwyn, un movimiento que en el momento parecía revalidar su ya existente fama por salir con el chico de moda y que las parejas no le duraran mucho. Una situación parecida a la que ahora vive Pete Davidson y, en cambio, con un efecto mediático totalmente diferente. Año y medio después publicaba Reputation, en donde se apropiaba del símbolo de la serpiente que tanto le habían lanzado y respondía como siempre ha hecho, a través de sus letras. En cambio, la promoción fue mínima.
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Quería evitar la mala prensa, que los comentarios sobre su vida privada o su conflicto con Kanye y Kim empañaran el lanzamiento de nueva música. Así que dejó que fueran los fans quienes escucharan y decidieran, y a pesar de la falta de promoción vendió un millón de copias en la primera semana. Desde la privacidad de su hogar afianzaba su relación con Joe Alwyn y vivía en primera persona la historia que ya contaba en su canción The Lucky One, del álbum Red, en donde habla de una artista que se aparta de la fama para poder vivir una vida "normal". Mientras, alejada de las cámaras, se enfrentaba a otras batallas como la de aumentar los ingresos por reproducción en las plataformas, la de volver a comprar los derechos de su propia música tras cambiar de discográfica, o la de defenderse de aquellos que decían que no escribía sus canciones. Taylor Swift pasó de ser la niña mona que canta sobre el amor a convertirse en un personaje mediático que rechazaba la simpleza a la que habían reducido su vida, quería luchar y pelearse por lo que le importaba, pero la opinión pública no acompañó este cambio.
Sus acciones la alejaron de la aprobación pública
En una entrevista con CBS, de las pocas que hizo tras el lanzamiento de su siguiente disco, Lover, Taylor Swift exclamaba: "Si un hombre hace algo es estratégico, si la mujer hace lo mismo es calculador. Un hombre tiene derecho a reaccionar, una mujer solo exagera. ¿Un hombre hace algo? Tiene confianza en sí mismo. La mujer es engreída. El hombre se defiende y la mujer tiene un berrinche". Unas declaraciones con las que expresaba cómo se había sentido tratada por la opinión pública, comparándose con otros artistas de su mismo estilo como Bruno Mars y Ed Sheeran, a quienes nunca se ha juzgado por escribir canciones sobre su vida personal.
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Taylor Swift se ha pasado los últimos seis años "escondida" en su burbuja, creando sin parar (ha publicado cinco discos originales desde entonces y otros dos regrabados), pero sin apenas ofrecer declaraciones, entrevistas o alfombras rojas. Su ausencia ha sido su manera de volver a tomar el control de su propia narrativa, imitando una estrategia que ya llevaban a cabo estrellas como Beyonce. Conseguía así alejarse de las restricciones del personaje que había creado en sus primeros años en la música y, a la vez, respondiendo uno a uno a todos los ataques contra ella. Por ejemplo, con su decisión de sacar su discografía de plataformas como Spotify consiguió mejorar el margen de beneficios para los artistas más pequeños. También ha comenzado a grabar de nuevo los discos cuyos derechos había perdido (o más bien no le dejaron adquirir) con la quiebra de su primera discográfica. Los másters de sus canciones, es decir las grabaciones originales, terminaron en manos de Scooter Braun, manager de Justin Bieber, que se enriquecía con cada reproducción y ella reaccionó públicamente contra la transacción.
En un giro inesperado de los acontecimientos en 2020, salió a la luz la grabación completa de su conversación con Kanye West, verificando lo que ella había asegurado desde el principio, que el artista no le había dicho que iba a insultarla en la canción. Y para responder a todos aquellos que se metían con sus letras y aseguraban que no tendría de qué escribir cuando fuera feliz en una relación, escribió un álbum de "escapismo" donde escribía letras no autobiográficas y creó auténticas historias como las de la trilogía betty, august y cardigan. "Ella es la industria musical", como decía Businessweek en 2014, una cita que ahora tiene más sentido que nunca.
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Mientras su trabajo seguía amasando cada vez más fans
Y a todo lo que ha hecho en los últimos años se suma el hecho de que las críticas que recibe su música son cada vez mejores. Sus últimos tres discos originales, Midnights, Evermore y Folklore, los dos últimos publicados con solo cinco meses de diferencia, tienen una puntuación media de 86 sobre 100 en Metacritic, que recopila reseñas de los principales medios de comunicación. Ha sido nominada en un total de 46 ocasiones a los premios Grammy, y ha ganado once veces, convirtiéndose en una de las más laureadas de su generación, un reconocimiento de los expertos que viene acompañado de cifras: la cantante ha roto el récord de la artista femenina con más reproducciones en Spotify con un total de 83.2 millones y se ha convertido en la primera artista en llenar el top 10 de Billboard con diez de sus canciones que, además, son del mismo álbum, Midnights. Con este último lanzamiento parece querer recuperar el brillo de la fama, como bien dice en su tema Bejeweled.
Y por último... los fans de Taylor Swift rompieron la web de preventa para su primera gira en cinco años, The Eras Tour, que empezará el próximo mes de marzo en Estados Unidos y que por el momento solo tiene fechas para Norteamérica. Con un sistema para vender las entradas que tiene en cuenta la demanda, se han alcanzado precios de hasta 50.000 euros para conseguir un ticket a uno de sus conciertos. Se espera que la cantante anuncie citas europeas en los próximos meses, aunque se desconoce los países que visitará en esta esperada tournée que ejemplifica el segundo giro que ha dado su carrera: de niña inocente a víbora calculadora y, ahora, a ídolo de masas con una carrera consolidada.