Jane Fonda se encuentra en pleno tratamiento contra el cáncer y lo afronta con serenidad y buen ánimo. Consciente de que el linfoma de no Hodgkin que padece tiene una elevada tasa de supervivencia, pero también asume con naturalidad el inevitable paso del tiempo. "No tengo miedo a irme, estoy lista, he tenido una gran vida. No es que quiera irme, pero soy consciente de que pasará más temprano que tarde", ha afirmado en una entrevista en Entertainment Tonight.
No obstante, la oscarizada actriz tiene muchas ilusiones y objetivos por cumplir, además de aquellos relacionados con us incansable activismo. "Quiero ver a mis nietos crecer lo suficiente para irme sabiendo que estarán bien. Eso sería importante para mí", ha confesado, a punto de cumplir 85 años, para después reflexionar con honestidad y grandes dosis de realismo: "Cuando llegues a mi edad, será mejor que seas consciente de la cantidad de tiempo que hay detrás de ti en lugar de delante de ti".
Sobre su próximo cumpleaños, que será el 21 de diciembre, ha asegurado que lo pasará junto a su familia: "Mi hija y mis nietos vendrán de Vermont, y mi hijo, su esposa y su hijo, que viven en Los Ángeles, y algunos amigos llegarán también y pasaremos un día tranquilo”. No obstante, la hija de Henri Fonda ya ha podido celebrarlo por adelantado hace tan solo una semana cuando organizó una gran fiesta benéfica en la que racaudó más de un millón de dólares destinados íntegramente a la asociación Georgia Campaign For Adolescent Power & Potential (GCAPP). Allí, además de soplar las velas contó cómo llevaba el tratamiento: "No estoy perdiendo el pelo, ni me encuentro mareada, es cierto que las semanas en las que recibió el tratamiento de quimioterapia me puedo llegar a sentir más cansada o débil, pero, por lo general, estoy bien y fuerte".
Fue el pasado 26 de septiembre cuando Jane Fonda compartió públicamente su diagnóstico: "Mis queridos amigos, tengo algo personal que quiero compartir. Me han diagnosticado un linfoma no Hodgkin y ya he comenzado el tratamiento de quimioterapia". En el comunicado informaba que se trataba de " un cáncer muy tratable" al que el 80% de las personas que lo padecen sobreviven. El linfoma es un tipo de cáncer del sistema defensivo, es decir, afecta al sistema inmune y se desarrolla cuando se produce un fallo en la forma de actuar de los linfocitos, células de la sangre y de los ganglios linfáticos que ayudan a luchar contra las infecciones. En el linfoma, estos linfocitos crecen de forma descontrolada y se acumulan en diversas partes del cuerpo como los ganglios linfáticos, la médula ósea o la sangre.