“Estoy como un flan” reconoció Joaquín al inicio del programa Joaquín, el novato en el que recibía a Mercedes Milá. Ya había comentado que le ponía un tanto nervioso recibir a la veterana presentadora que lleva más de cuatro décadas en la televisión y es todo un referente en la comunicación. Además de darle consejos al futbolista sobre cómo hacer una buena entrevista -”lo más importante es mirar a los ojos al entrevistado sin parar y escuchar”-, abrió su corazón para hablar de su faceta más personal. Confesó a Joaquín una de las duras pérdidas que ha tenido que afrontar y que todavía le duelen: la reciente muerte de su expareja José Sámano. “Empecé con 22 años a hacer informativos y a los 26 presenté mi primer programa y fue cuando me enamoré de José. Fue mi pareja durante veinte años, pero por desgracia murió el año pasado. Era el director de mis programas y, además, era productor de cine” contó.
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Empezó a recordar así los años que pasaron juntos y dio un consejo al deportista. “Yo siempre digo que nunca trabajes con tu marido o mujer. Nosotros estuvimos 14 años, pero seis antes, yo con mis programas y él con sus películas y teatros. Hasta que decidió venirme a ayudar con mis programas”. Explicó además que no recuerda si discutían mucho, aunque sí que hubo un momento en que chocaron. Después de su ruptura cada uno rehízo su vida por separado, aunque le seguía teniendo mucho cariño, tanto que su muerte le afectó mucho.
“Murió el año pasado, para mí fue un golpe muy duro, porque era el hombre de mi vida claramente” contó. La muerte de Sámano se produjo en el otoño de 2019, pocos meses después de que la presentadora perdiera a su madre. En este sentido Mercedes Milá dijo que había tenido después una relación de cuatro años, pero que Carlos Castillo “no era el hombre de su vida”. “Cuando José murió, me llevé una pechá de llorar. Sufrí mucho su muerte. Hablo con él todos los días. Hablo con él en mis meditaciones, ya que puedo dirigirme a uno u otro. Antes hablaba con Shakespeare y ahora con José”. Entre los proyectos profesionales que ha tenido a lo largo de su vida (comenzó en la comunicación con 22 años) está el de Gran Hermano, un reality que presentó durante quince ediciones (de 2000 a 2015) y que finalmente dejó debido a que pasó factura a su estado anímico.
“Me abrasé. Empecé a notar que sentía menos curiosidad, que se había hecho ya una costumbre”. Fue en la última edición cuando empezó a identificar síntomas de depresión. “Llegaba habiendo llorado todo el día en mi casa, y me maquillaban como si no pasara nada. Hacía el programa, pero al volver a casa volvía a hundirme”. Fue entonces cuando tomó la decisión de parar y ocuparse de su bienestar. “Me fui a curarme. Eso ha sido una experiencia que ha cambiado mi vida” dijo.
Mercedes Milá ha hablado en algunas ocasiones de su vida sentimental que ha estado marcada por dos relaciones. La que mantuvo con José Sámano, que duró veinte años (estuvieron juntos desde mediados de los años 70 hasta 1997) y la que tuvo con Carlos Castillo, que duró cuatro años. Su ruptura fue muy dolorosa para la periodista. “Cuando él se fue de mi casa, entré en barrena. Fue diez días antes de la final de Gran Hermano en 2000 pero, por pura supervivencia, no se lo conté a nadie. Cuando gana Ismael, yo estoy aparentemente normal, pero en realidad estoy en el infierno” contó en una ocasión en el programa de Jordi Évole.
En los últimos meses la periodista ha caído rendida al atractivo del actor cubano William Levy, protagonista de Café con aroma de mujer, un enamoramiento que ha derivado en un divertido intercambio de mensajes y en una entrevista en la que por fin ha podido verse cara a cara con el intérprete.