El pasado 12 de noviembre, Tiffany Trump pudo finalmente casarse en su boda soñada con su prometido, Michael Boulos. La tormenta tropical Nicole, que azotaba las costas de Florida, dio un respiro a la pareja y el sol brilló en su gran día, aunque tuvieron que anular algunas actividades previas organizadas para sus invitados.
A sus veintinueve años, la única hija nacida del matrimonio del ex Presidente de Estados Unidos con su segunda mujer, la actriz Marla Maples, con quien estuvo casado de 1993 a 1999, dio el ‘sí, quiero’, en Mar-a-Lago, el exclusivo club privado y residencia habitual de Trump desde que dejó la Casa Blanca, situado en Palm Beach, ante toda la familia, reunida en una ocasión tan especial. No faltaron sus hermanos: Ivanka; Don, Jr., y Eric, del primer matrimonio del empresario con Ivana Trump, fallecida el pasado 14 de julio, tras caer accidentalmente por las escaleras de su casa de Nueva York, y Barron, el benjamín, nacido, hace dieciséis años, de su unión con su actual esposa, Melania.
Tiffany, una novia de cuento de Las mil y una noches, eligió su vestido como guiño a la herencia libanesa de su marido y llevó un diseño de Elie Saab de manga larga semitransparente, con incrustaciones de brillantes y larga cola, velo y unos pendientes colgantes de perlas y diamantes. También el mismo diseñador vistió a su madre, Marla, y a Ivanka, muy cercana a su hermana pequeña, que organizó su despedida de soltera y ejerció de dama de honor junto a las mejores amigas de la infancia de Tiffany. Eligió un vestido de estilo griego en color azul, que se inspiraba en el que Grace Kelly llevaba en una de las escenas de Atrapa a un ladrón. Ivanka tiene predilección por la princesa de Mónaco y han sido muchas las ocasiones en las que ha recreado sus estilismos; sin ir más lejos, para su boda con Jared Kushner, en 2009, llevó un diseño inspirado en el vestido que la actriz de Hollywood lució el día de su boda con Raniero III.
“Es una boda estadounidense libanesa, así que nos alegró mucho que Elie Saab creara la magia”, dice Marla en People, quien también tuvo un papel destacado en la ceremonia, durante la que hizo una de las lecturas. Tiffany caminó por el pasillo hacia los arcos adornados con flores color azul, rosa y blanco junto a su padre, en un rincón del inmenso jardín, un espacio que fue decorado en su totalidad por el diseñador de eventos con sede en París Toni Breiss. A ambos lados del arco nupcial, dos arpistas femeninas resaltaban, vestidas con trajes plateados, mientras el cortejo nupcial lo completaban los sobrinos de la novia.
Ivanka ayudó a prepararse a su hermana pequeña en su gran día y fue su dama de honor, con un vestido inspirado en Grace Kelly
Tras el intercambio de votos y las fotos de los recién casados junto a sus familias, la pareja se unió a los invitados —estaban previstos quinientos asistentes, pero no todos pudieron viajar— para disfrutar de un cóctel junto a la piscina, antes de dirigirse al inmenso salón de baile de la finca, donde tuvo lugar la gran fiesta, para la que Tiffany cambió su vestido por otro blanco con escote corazón y hombros al aire que combinó con un llamativo collar de diamantes. La tarta estaba inspirada en el pastel de boda personalizado que Sylvia Winstock realizó para Donald Trump y Marla Maples el día de su boda, un homenaje de la novia a sus padres.
Los recién casados abrieron el baile con el tema Dancing in the moonlight, de Toploader, mientras que el ex Presidente bailó después con su mujer, Melania, al son de Strangers in the night, de Frank Sinatra. Licenciada en la Facultad de Derecho de Georgetown, en 2020, Tiffany Trump ha mantenido siempre un perfil bajo en comparación con sus hermanos mayores , con los que mantiene una excelente relación. Lo cierto es que Tiffany creció en Calabasas, California, con su madre: “Esa fue mi elección, criarla fuera del centro de atención”, dijo su madre en una entrevista en 2016. La novia y su ya marido se conocieron en 2018, mientras él estudiaba en la City University of London, en el club de Lindsay Lohan en Mykonos, en Grecia.
En un guiño a los orígenes libaneses de su marido, Tiffany llevó un vestido de Elie Saab, de línea princesa, cuajado de pedrería
Michael Boulos, de veinticinco años, es hijo de una rica familia libanesa que tiene en propiedad un conglomerado de empresas millonarias en Nigeria, donde creció. La pareja se comprometió en enero de 2021, cuando él le pidió matrimonio en el jardín de las rosas de la Casa Blanca, con un anillo del joyero de origen libanés Samer Halimeh, con un diamante talla esmeralda de trece quilates, flanqueado por dos diamantes talla trapecio valorado en un millón doscientos mil dólares, la víspera de abandonar Donald Trump la presidencia. “Ha sido un honor celebrar muchos hitos, ocasiones históricas y crear recuerdos con mi familia aquí, en la Casa Blanca. ¡Ninguno más especial que mi compromiso con mi increíble prometido, Michael! ¡Me siento bendecida y emocionada por el próximo capítulo!”, escribió entonces Tiffany, junto con una foto de ella y su prometido sonriendo juntos en los terrenos de la residencia presidencial. Palm Beach, la elitista isla al sur de Florida, acoge las residencias de verano de algunas de las fortunas más grandes del planeta. En 1985, Donald Trump compró allí Mar-a-Lago por aproximadamente diez millones de dólares, que usó como su residencia privada hasta 1995. En abril de ese año, la mansión —la segunda más grande de Florida— se convirtió en un exclusivo club privado, aunque una parte de la propiedad quedó reservada para uso personal de la familia. La mansión tiene 114 habitaciones, un salón de baile de 6.000 metros cuadrados y ocho hectáreas de finca. Hoy en día, está valorada en 180 millones de dólares.