Desde que Elon Musk aterrizó en Twitter, sus decisiones parecen ser más bien delirios de un empresario sin experiencia que del hombre que ha levantado por sí mismo dos de las compañías más importantes del mundo (Tesla y Space X). Tras destituir a la que era la máxima responsable legal de la compañía, Vijaya Gadde, durante la emisión de un programa en directo y después de que las 3.700 personas que despidió en un día se dieran cuenta de que estaban fuera de la empresa por no poder acceder a su ordenador portátil, Musk lo ha vuelto a hacer: ha vuelto a despedir a un trabajador de un modo ruin.
En esta ocasión lo ha hecho con un tuit. Y todo porque el empleado en cuestión, Eric Frohnhoefer, ingeniero que trabajaba en Twitter para Android, ha manifestado públicamente su opinión. El magnate tuiteaba el domingo pidiendo disculpas a los usuarios por la "super lentitud" de la red social en algunos países, a lo que Frohnhoefer respondía que, tras seis años trabajando en la empresa, podía decir que eso no es así.
Acto seguido era el 'tuitero jefe' (como se presenta ahora Musk en su perfil de Twitter) quien contestaba y le pedía que le diera datos concretos de la velocidad del servicio en Android, a lo que añadía después un reproche: "Twitter es super lento en Android", repetía con contundencia. "¿Qué has hecho tú para arreglar eso?".
Aunque Frohnhoefer fue respondiendo cada uno de los tuits, también escribió a su jefe que lo adecuado hubiera sido hacerle todas esas preguntas a través del correo interno o de la aplicación de mensajería Slack, en lugar de en un espacio online público como ese. En una de las respuestas, el ingeniero reconocía la existencia de cierta lentitud y exponía las causas, lo que algunos usuarios han visto como una jugada maestra de Musk al haber dado un dato de velocidad erróneo para obtener la verdad.
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"Elon, con esta actitud, probablemente no quieras a un tipo así en tu equipo", decía otro tuitero. Lejos de mantenerse al margen, el nuevo propietario de la red social respondía sin pensarlo: "Está despedido". Aunque Musk borraría el mensaje, hubo quien se adelantó e hizo captura de pantalla de estas dos palabras que, dado el historial del magnate, parecían un hecho desde el primer momento.
Como era de prever, dicho y hecho. Poco después, Frohnhoefer publicaba en otro tuit una imagen con la que demostraba que no podía acceder a su ordenador. "Supongo que ya es oficial", decía con resignación. De hecho, ya dice en su biografía de la red social que es "ingeniero de Android en busca de nuevas oportunidades […] Antes en Twitter".
No habían pasado ni cinco horas del primer tuit. Sin duda, algo que tendrá cualquier otro trabajador de la empresa si quiere mantener su empleo. Paradójico en el hombre que se autoproclamaba como el gran salvador de la libertad de expresión en esta red social.