No corren buenos tiempos para la familia Pantoja. A los problemas que venía arrastrando Isabel y los enfrentamientos de la cantante con su hijo, Kiko, se acaba de sumar otra preocupación: el ictus que ha sufrido el DJ. Pese a todo, Anabel Pantoja se mantiene fuerte y trata de sacar la mejor de las sonrisas. Lo hace junto al esgrimista olímpico Yulen Pereira, de quien se enamoró la pasada primavera, durante su participación en Supervivientes. Juntos acudieron al estreno del documental Dulceida al desnudo , que acaba de estrenar Prime Video, donde hablamos con Anabel de todos los temas que la afectan en la actualidad.
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- ¿Cuándo conociste a Dulceida?
- La conocí con Belén Esteban, un día que presentaba cosas en una tienda. Estaba con su madre y me pareció muy maja.
- ¿Dulceida cambia mucho en persona con respecto a la imagen que proyecta en las redes?
- No cambia mucho. Lo que tengo que destacar de ella es que, un día, va en una alfombra roja en París con un vestidazo y se codea con gente top y, al día siguiente, está con sus amigos de toda la vida, en chándal y en el McDonald’s.
- En ese aspecto, ¿crees que es un poco como tú, que es de cero postureo?
- Claro. Me identifico un poco con ella. En este documental, va a romper muchos moldes y va a callar muchas bocas, las que dicen que no trabaja.
- Te tenemos que preguntar por Yulen. ¿Cómo te encuentras con él?
- Muy bien, muy bien.
- Se te cambia la cara cuando hablas de él. Mira que nadie daba nada por vuestra relación…
- Ya, cuando llegué [de Supervivientes]. Lo entiendo. Date cuenta que, cuando te expones en un concurso, puede ser que sea esa la opinión que puedas dar. Pero yo nunca iba a decir nada, lo harán los hechos y el tiempo.
- ¿Ya estáis conviviendo?
- Sí, más o menos.
- Entiendo que será más fácil la convivencia con él, porque ya le conociste en el día a día en Honduras.
- Sí, lo gordo ya lo habíamos pasado. Ahora estamos viviendo cosas bonitas. La verdad es que me está apoyando en todos los caminos que estoy teniendo.
- ¿Qué has descubierto de Yulen en España que no conocías en la isla?
- Que tarda mucho y siempre le tengo que esperar (ríe). También es muy dormilón. Pero no tengo nada importante en contra.
- Pero, en España, también te has encontrado con críticas a vuestra relación: que si no entrena, que si su vida deportiva peligra…
- Pues no lo sé porque está en ello. Desde que llegó, mañana y tarde, todos los días. No sé… También había gente que decía que Yulen se iba a dedicar a la televisión…
- Ya te has casado una vez.
- Es verdad. Ya lo vivisteis vosotros (ríe) –¡HOLA! cubrió su boda con Omar Sánchez en exclusiva–. Y lo pasamos muy bien.
- ¿El haberte casado ya hace que vivas el amor con más calma?
- Por supuesto. Pero no me arrepiento de lo que hice. Viví un día impresionante. Finalicé una etapa de mi vida muy bonita. No sé lo que pasará el día de mañana.
- ¿Te ves casada con Yulen?
- El casamiento ahora no es mi prioridad. Mi prioridad es encontrar la estabilidad, la felicidad y caminar con esa persona…
- ¿Cómo ha recibido tu madre a Yulen?
- Muy bien. El otro día le hizo un puchero (ríe). Pero ella va despacio. Es normal.
- ¿Y la relación con tu suegra?
- Muy bien. La verdad que muy bien.
- Pese todo…
- Pese a todo.
- Porque los comienzos fueron complicados
- Yo no he tenido ningún comienzo malo. Yo volví a España y todo fue muy bien.
- Te tengo que preguntar por tu primo Kiko.
- Está muy bien, gracias a Dios. Recuperándose poco a poco. Pero está bien. Tiene ganas de salir adelante. Sobre todo, por sus niños y por su mujer.
- Se ha hablado mucho de las secuelas que le ha dejado el ictus.
- Ya, pero no te voy a contestar a eso. Es un tema que le corresponde hablar a Kiko.
- Pero, ¿está mejor de lo que se ha…?
- [Interrumpe] Sí, sí. Gracias a Dios. Hay que mirar siempre lo positivo. A Kiko podía haberle pasado algo peor.
- El veinticinco por ciento de los pacientes tienen el peligro de sufrir un nuevo ictus en los tres próximos meses.
- Sí, ese es el miedo.
- Pero, ¿tu primo ha cambiado los hábitos?
- No lo sé. Supongo que ha tenido que cambiar después de todo lo que ha pasado. Sobre todo, el comer.
- ¿Cómo se encuentra tu tía Isabel?
- Bien. Tranquila y bien.
- ¿Crees que podrá haber una reconciliación entre tu primo Kiko y ella?
- Pues no te puedo contestar a eso, porque no tengo ni idea. De verdad.