Los años no pasan en balde ni siquiera en Hollywood. Tras unos meses ausente de la vida pública, Michael Douglas reaparecía en París y lo hacía con un aspecto totalmente irreconocible y desmejorado. Conocido por su pelo gris perfectamente peinado hacia atrás y su apariencia de dandi, el actor, de setenta y ocho años, sorprendía con una imagen bastante descuidada en la que, además de llamar la atención su largo cabello con llamativos tonos rojizos, también destacaba su aparente delgadez, haciendo saltar así todas las alarmas.
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La estrella de Hollywood, que superó un cáncer de garganta en 2010, confesaba recientemente que estaba perdiendo memoria
Sin embargo, y a pesar de que Michael ha tenido que hacer frente estos últimos años a varios problemas de salud, como luchar contra un cáncer de garganta y hacer frente a pérdidas de memoria a corto plazo, su radical metamorfosis tiene una explicación, ya que el actor se encuentra en la capital francesa rodando una serie en la que da vida al Presidente de los Estados Unidos Benjamin Franklin, cuyo aspecto era muy similar al que luce hoy en día la legendaria estrella de Hollywood. Michael, quien recientemente confesaba que la pandemia y el confinamiento le habían pasado factura, así como la muerte de su padre, el actor Kirk Douglas, a los ciento tres años, no está solo estos días en la ciudad del amor, pues junto a él se encuentra su mujer, Catherine Zeta-Jones, con quien el actor lleva casado veintidós años y tiene dos hijos en común, Dylan, de veintiún años, y Carys, de dieciocho. Michael también es padre de Cameron, de cuarenta y tres, fruto de su matrimonio con Diandra Luker.