Jennifer Aniston se ha sincerado como nunca antes lo había hecho sobre la maternidad. La protagonista de Friends ha hablado por primera vez de su lucha desesperada por tener hijos y de lo mucho que se arrepiente de no haber congelado los óvulos. La actriz, de 53 años, nunca rechazó la idea de ser madre y desde hace dos décadas los rumores de embarazo siempre la han perseguido en cada una de sus relaciones sentimentales. Hace un año confesó que había sentido muchísima presión ante el constante escrutinio al que se veía sometida y calificaba este tipo de especulaciones como "hirientes". "No tienes idea de lo que me pasa personalmente, médicamente, por qué no puedo ... ¿puedo tener hijos?' No saben nada, y es realmente doloroso y desagradable", decía.
Ahora ha reunido nuevamente el valor para hablar de ese problema en una entrevista en la revista Allure. "Todos esos años y años de especulación fueron realmente difíciles. Estaba sometiéndome a un proceso de fecundación in vitro, bebiendo tés chinos, lo que fuera, estaba intentándolo todo. Habría dado cualquier cosa si alguien me hubiera dicho: ‘Congela tus óvulos. Hazte un favor’. Pero, simplemente, no lo piensas. Así que aquí estoy... El barco ha zarpado", lamenta.
Hasta ahora no se conocían las dificultades a las que se había enfrentado ni los procesos de fertilidad a los que había tenido que someterse para intentar ser mamá, pero afortunadamente es un tema que debido al paso del tiempo ha podido dejar atrás y del que siente que se va recuperando poco a poco. "Siento un poco de alivio ahora porque ya no hay más que hacer. Ya no tengo que pensar en eso”, señala la estrella que ha pasado la cincuentena.
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Aniston asegura que quizá algún día escriba sobre ello. "He pasado años protegiendo mi historia sobre mi in vitro. Soy muy protectora con estas cuestiones porque me da la sensación de que tengo poco que guardarme para mí misma. El mundo crea historias que no son ciertas, así que yo debería contar bien la verdad. Siento que estoy saliendo de mi hibernación. No tengo nada que esconder", expresa la actriz, que ha recibido el apoyo de su exmarido Justin Theroux. El intérprete de Wanderlust ha reaccionado a las palabras de su exmujer porque sabe muy bien por lo que ha pasado. Simplemente se ha limitado a comentar su publicación con dos emojis verdaderamente significativos: un puño cerrado, cuyo significado es "tú puedes" y un corazón rojo, símbolo de su amor. Pese a su separación ambos mantiene una excelente amistad y se preocupan el uno por el otro.
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En la entrevista también ha aprovechado para tratar otro de los temas que más le han dolido sobre su vida y su dolorosa separación de Brad Pitt. La intérprete estuvo casada con el ganador de un Oscar por Érase una vez en...Hollywood durante cinco años. En un principio se llegó a decir que su relación no funcionó porque ella solo quería centrarse en su carrera en lugar de formar una familia. "La razón de que mi esposo me dejó, rompimos y terminamos nuestro matrimonio porque no le daba un hijo es una absoluta mentira", ha querido aclarar. " A estas alturas no tengo nada que esconder", asegura rotunda.
Aniston, que ha estado casada en dos ocasiones con Brad Pitt de 2000 a 2005 y con Justin Theroux de 2015 a 2018, reconoce que no está interesada en volver a casarse, aunque como ella dice "nunca digas nunca". Aún así reconoce que hay muchos días en los que "me encantaría tener una relación. Hay momentos en los que me haría una pelota, me abrazaría a alguien y le diría: ‘Necesito apoyo’. Sería estupendo volver a casa y caer en brazos de alguien y decir 'tuve un de un día duro'".
Después de haber llevado una vida de la que siempre se ha especulado, reconoce que no le gustan las redes sociales y no se abrió un perfil hasta hace tres años y fue por cuestiones meramente laborales. "Tenemos que parar de decirnos cosas malas a nosotras mismas", reflexiona la actriz sobre lo mucho que nos juzgamos las mujeres. "Un día tendrás 65 años y te dirás: ‘Estaba fabulosa con 53", es la lección que ha aprendido y asegura que se siente mejor con cincuenta y tantos años que cuando tenía veinte o treinta.