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Entramos en exclusiva en la romántica, elegante y sofisticada boda en Venecia de Alex Rivière y Christian Sieber

Los tres vestidos de la novia, los momentos más emocionantes y las invitadas más elegantes en los dos días de celebración


9 de noviembre de 2022 - 8:00 CET

Venecia es un lugar muy especial para Alex Rivière y Christian Sieber. La pareja está enamorada de Italia, donde suelen viajar a menudo, pero la ciudad de los canales tiene un gran valor sentimental para ambos y atesoran recuerdos imborrables junto a sus respectivas familias, aun cuando la vida no había cruzado sus caminos. Elegir este enclave para sellar su historia de amor era, por tanto, también un homenaje a aquellos que se fueron pero siguen más presentes que nunca: el padre de Alex, el empresario Jaime Alfonso Rivière, fallecido en 2018, y la madre de Christian, Süreyya Sieber. Además, no habrían podido decidirse por un lugar que reflejara mejor su propia personalidad y estilo de vida: elegante, sofisticado, chic… y muy romántico. Juntos forman una pareja de éxito , cosmopolita y glamurosa. Y así ha sido su boda de cuento, con la que han puesto el broche de oro a tres años y medio de noviazgo y dieciséis meses después de comprometerse (el 10 de julio de 2021), en el lago de Como.

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© Jesús Isnard

Nacida en Barcelona, ella triunfa en el mundo de la moda, su pasión desde niña. A sus treinta años, con más de un millón de seguidores, ha conseguido crear un sello propio que la hace inconfundible y la ha convertido en un referente a nivel mundial. Pero es mucho más que un  icono de estilo  y un referente del lujo y las grandes marcas. Directora creativa, diseñadora, modelo..., es, además, empresaria de su propia firma de moda, Alex Rivière Studio, que creó en pleno confinamiento con sus socias y amigas Ana Thielen y Beatriz Villarroya, y junto a esta última fundó, hace cinco años, Rivi Studio, donde ofrecen desarrollo de colecciones y dirección creativa para otras marcas.

La directora creativa y empresaria española, un referente de moda, con un millón de seguidores, y el empresario de origen austriaco forman una pareja de éxito, cosmopolita y chic

Él, de origen austriaco y educado en Oxford, es fundador y CEO de una firma de inversión líder que asesora, financia y crea empresas a la vanguardia de la tecnología, como Blockchain, Web 3.0 e inteligencia artificial. Anteriormente fue vicepresidente de un gran fondo de capital de riesgo estadounidense con sede en Londres, donde lideró inversiones en empresas de Internet europeas.

© Jesús Isnard

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Alex Rivière y Christian Sieber, una pareja de cine en los canales de Venecia, donde se casaron el pasado sábado 5 de noviembre. Se conocieron en 2017, en una comida en París, pero no retomaron contacto hasta 2019, en Londres, donde él trabajaba entonces. Los recién casados dieron un paseo en ‘riva’ al atardecer

Un palazzo de cuento

Alex y Christian organizaron con mimo un fin de semana donde sus 150 invitados, muchos de ellos pertenecientes a la aristocracia y la alta sociedad centroeuropea y catalana, pudieron disfrutar de la dolce vita en escenarios propios de la era dorada de Hollywood. Recordaba a aquellos tiempos en los que, en distintas décadas, por las callejuelas y puentes de la Serenissima cualquier viandante se podía cruzar con Orson Welles, Dorothy Parker, F. Scott Fitzgerald, Paul Newman, Sofia Loren y Ernest Hemingway. O encontrárselos en el Harry’s Bar disfrutando de un carpaccio o el famoso Bellini, el cóctel con nombre de pintor a base de melocotón y prosecco (el vino espumoso más popular de Italia), inventos de Giuseppe Cipriani, fundador del mítico local en 1931. Este fue el lugar elegido por la pareja para celebrar, el viernes 4, una cena de bienvenida a sus invitados más cercanos, unas setenta personas, que degustaron los platos y bebidas que desde hace noventa años hacen del Harry’s una visita imprescindible.

© Jesús Isnard

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La novia estaba espectacular con su vestido de Dior y las joyas de Chaumet, pendientes y gargantilla de oro blanco y diamantes. Su madre llevó un vestido de terciopelo de Saint Laurent y gargantilla también de Chaumet. Sobre estas líneas, Christian se viste en su ‘suite’, con un traje a medida de Ralph Lauren Purple Label. En el centro, cinco de sus nueve damas de honor con ‘Domino’, la working spaniel de los novios.

El palazzo Padapopoli, del siglo XVI, uno de los más espectaculares de Venecia, hoy sede del lujoso hotel Aman, donde se puede dormir bajo los frescos de Tiepolo y con unas privilegiadas vistas al Gran Canal, se convirtió en el epicentro de un “sí, quiero” único e inolvidable. Fue el escenario del enlace, pero también, durante tres días, el hogar donde los novios convivieron bajo el mismo techo con familiares y amigos llegados de todas partes del mundo. Desde España a Austria, pasando por Francia, Turquía, Estados Unidos, México, Colombia, Alemania, Hong Kong y la propia Italia.

“Mi madre lo es todo para mí. Especialmente al faltar mi padre, mi madre vale por dos. Hemos disfrutado mucho de este proceso juntas”
© Jesús Isnard

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Alex se preparó en la ‘suite’ Tiepolo del hotel Aman acompañada por su madre, Mer Creus, de quien ha heredado la belleza y la elegancia. Sobre estas líneas, Alex con Edgardo Osorio, que customizó para ella los zapatos con la suela azul

Se prepara la novia

Querían una boda muy personal, que reflejara su forma de ser y sus gustos. Minimalista, elegante y dando mucha importancia a los detalles  . Todo lo eligieron entre los dos y lo materializaron con ayuda de A-Típica. Por sus trabajos y viajes alrededor del mundo, conocen a mucha gente, pero huyeron de multitudes. “Pienso que, al final, los amigos verdaderos son pocos y podemos decir con orgullo que esta boda se compone de familia y muy buenos amigos que han viajado de todo el mundo para celebrar este momento tan especial con nosotros”, nos dice Alex mientras se prepara para el día más importante, en la suite Tiepolo.

Alex se convirtió en una ‘principessa’ con elegantes joyas de Chaumet y un fabuloso vestido de Dior creado para ella, en gasa de seda ‘plissé’, con cinturón trenzado y escote asimétrico

“Venecia es uno de esos pocos lugares en el mundo que puedes visitar mil veces y te enamora cada vez. Es un destino donde ambos compartimos historia por nuestras respectivas familias, bonitos recuerdos”, prosigue, mientras David López, de Dior, con quien ya ha trabajado en otras ocasiones, elabora su beauty look, un maquillaje fresco y muy natural y un sencillo y elegante moño de bailarina. Alex no quería sentirse disfrazada, sino ser más ella misma que nunca, y en su gran día imperó su lema: menos es más.

© @avellaneda_eu

© Sofía Paramio

Arriba, el diseñador Juan Avellaneda; sobre estas líneas, la editora de moda y empresaria Sofía Paramio, con una impresionante capa, de Encinar Brand

La acompañan su madre, la diseñadora de interiores Mer Creus, y su abuela Mercedes Montal, sus referentes de estilo y elegancia. Mer es para su hija su amiga, confidente y compañera. Derrochan complicidad. De ella, Alex ha heredado el sentido de la responsabilidad, el orden, el valor de la palabra y, sin duda, su belleza. “Mi madre lo es todo para mí. Especialmente al faltar mi padre, mi madre vale por dos. Disfrutamos muchísimo del tiempo juntas y, a pesar de vivir lejos, es algo que no ha cambiado. Ella viene mucho a visitarnos a casa y también hacemos muchas escapadas. Hemos disfrutado mucho de este proceso juntas, especialmente las escapadas a Venecia decidiendo todos los detalles”, nos cuenta la novia, que ha pasado los días previos ultimando todo, pero sin nervios, con mucha tranquilidad y emoción por vivir este momento. Un momento que ya ha llegado.

© @alessandraairo/@edgardoaquazzura/@prisprisprisprispris

© @belenantolin/@martaortizp

En las imágenes, los invitados llegando a la boda en lancha por los canales. Arriba, Prisca Pérez Pla; Edgardo Osorio con la condesa Melissa von Faber-Castell, y Alessandra Airo. Sobre estas líneas, a la izquierda, la directora creativa Belén Antolín. A la derecha, la ‘top’ Marta Ortiz con su novio, Mario Carranza.

El secreto mejor guardado

Tras vestirse en la suite Gran Canal junto a su padre, Günter Sieber, el novio, todo un gentleman con un traje a medida de Ralph Lauren Purple Label y su reloj de Patek Philippe, regalo de compromiso, entró en el salón del brazo de su suegra, Mer Creus, muy elegante con un vestido de terciopelo y escote en “V”, de Saint Laurent; gargantilla de oro blanco y diamantes, de Chaumet, que acompañaba a otras joyas familiares, y zapatos de Jimmy Choo.

Los novios organizaron un fin de semana donde sus invitados disfrutaron de la ‘dolce vita’ en escenarios propios de la era dorada de Hollywood

A las 15:30 quedaba desvelado el que siempre es el secreto mejor guardado de toda boda cuando Alex hacía su entrada convertida en una espectacular princesa en su palacio veneciano. Un momento que volvió a plasmar su amigo el pretigioso fotógrafo Jesús Isnard. Su vestido no podía reflejar mejor los atributos que más la definen, buen gusto, elegancia y sofisticación. Su estilo sobrio y refinado, pero, a la vez, moderno y actual. Confió en Dior para que hiciera realidad el vestido que tenía muy claro en su cabeza, y casaba perfectamente con la firma, que precisamente apostó por ella muy al principio de su carrera, la acompaña desde hace muchos años y siempre ha estado presente en momentos importantes.

© Jesús Isnard

Sobre estas líneas, Alex, espectacular, en el palacio Padapopoli, poco antes de dirigirse al salón donde se celebró la ceremonia.

Es una gran fan del trabajo de Maria Grazia Chiuri y la maison no podía faltar en una ocasión como esta. Creado especialmente para ella, estaba realizado en gasa de seda   plissé , con cinturón trenzado, desde el hombro asimétrico caía la tela formando la cola y tenía una capa transparente de gasa anudada al cuello. “Han creado este vestido de cero para mí. En pocas palabras, han sabido exactamente qué estaba buscando y qué quería reflejar el día de mi boda y, como siempre, ¡lo han bordado!”, asegura a ¡HOLA! Alex, que disfrutó del proceso “viajando a París con mi madre y pasando bonitos ratos en el atelier de alta costura rodeada del gran equipo de Dior”.

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Cuando su padre falleció, Alex y sus dos hermanos mayores, Jaime y Diego, se prometieron que el día que se casara la acompañarían al altar. Su entrada fue uno de los momentos más emotivos.

Los zapatos de Aquazzura fueron su “algo azul”, ya que, customizados por Edgardo Osorio —gran amigo de la pareja—, tenían las suelas de ese color. Su ramo, realizado por Floreale, que también se ocupó de la decoración del palazzo, era un  bouquet   de rosas blancas de tallo largo sin hojas, sus flores favoritas, siguiendo la tónica minimalista.

Como joyas llevaba pendientes dúo Éternel, su “algo regalado”; la gargantilla Joséphine Aigrette en oro blanco y diamantes, de Chaumet; su anillo de pedida, un solitario en platino y diamante en talla diamante, y el de compromiso, una “catalana” en oro blanco y diamantes, ambos de Cartier. Y la más especial, por su valor de corazón, fue su “algo antiguo”: “Un sello que siempre llevo conmigo en el dedo meñique. Lo diseñamos mi padre y yo en el último cumpleaños que celebramos juntos”.

© Jesús Isnard

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Arriba, Christian, que también perdió a su madre, del brazo de su suegra, Mer Creus. A la derecha, la elegante abuela de la novia, Mercedes Montal, que llevó un vestido capa y plumas de Tot-Hom, Sobre estas líneas, Ana Thielen, la mejor amiga de Alex, vestida por Juan Avellaneda, y ‘Domino’ llevando las alianzas.

Cuando Jaime Alfonso Rivière falleció, Alex y sus dos hermanos mayores, Jaime y Diego, se prometieron que el día que se casara la acompañarían al altar. Su entrada con la música de On the Nature of Daylight, de Max Richter, fue uno de los momentos más emotivos de la ceremonia. “El paseo hasta el altar con mis hermanos ha sido increíble, ellos son mis dos pilares y ha sido una forma de plasmarlo muy especial. Nuestro padre estará orgulloso desde el cielo”, nos dice la directora creativa. “Él siempre está presente en nuestras palabras y pensamientos. Le he echado mucho en falta, claro”. Los dos también se encargaron de los discursos dedicados a los novios. Jaime Rivière acudió a la boda con su mujer, Belén Arbilla, y sus dos hijos, Jaime y Matías, y Diego Rivière estuvo acompañado por la suya, María de Ros, y sus hijos, Bruno y Pablo.

“El paseo hasta el altar con mis hermanos ha sido increíble, ellos son mis dos pilares y ha sido una forma de plasmarlo muy especial. Nuestro padre estará orgulloso desde el cielo”
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Sobre estas líneas, el romántico beso de los recién casados, y arriba, la novia, que llevaba una capa de gasa transparente anudada al cuello para la ceremonia, emocionada junto a Christian

Aristocracia y alta sociedad

En contraste con la novia, sus nueve damas de honor vistieron de negro, el color favorito de Alex, que deseaba que sus amigas más queridas brillaran en un día tan especial. Formaban el cortejo Ana Thielen, su íntima desde los tres años y socia en su firma de moda, que también dedicó unas bonitas palabras a los novios durante la ceremonia; Beatriz Villarroya, socia de Alex Rivière Studio y también de Rivi Studio; Paula Navarro; Coral Simanovich Roberto, casada con el futbolista del F.C. Barcelona Sergi Roberto, de la que es amiga desde su llegada a la Ciudad Condal; Tania Lian, que también pronunció otro de los discursos; Margot Aceña; Cristina García-Nadal, ambas amigas de la infancia; Savana Peetoom, y Selina Kaya, las dos amigas de la adolescencia, que viajaron desde Nueva York y Turquía, respectivamente.

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Sobre estas líneas, Coral Simanovich, casada con el futbolista Sergi Roberto, fue dama de honor con un vestido de Alex Perry

De Londres llegó el conde Jacques-Louis de la Beraudiere y de Alemania, Caspar Brockhaus, de la familia de industriales, y la mejor amiga de Christian, la condesa Sophie Clary und Aldringen.

“Es el hombre más inteligente que he conocido, después de mi padre: es muy generoso y atento, además de ser todo corazón”, dice Alex de su ya marido

Entre los invitados estaban también los príncipes Francesco y Paola Ruffo di Calabria; los condes Charles y Melissa von Faber-Castell; Massimo y Héloïse Agostinelli, hija de Mathilde Favier-Meyer, directora de relaciones públicas VIP de Dior , con su pareja, Yannis Goulandris; el diseñador Juan Avellaneda; Sofía Paramio; Belén Antolín, Prisca Pérez Pla; la top Marta Ortiz y su novio, Mario Carranza; Jonathan Andic, hijo mayor de Isak Andic, confundador y presidente de Mango; la influencer Ginevra Mavilla; Edgardo Osorio y Ricardo de Almeida; Andrew Lauren, hijo de Ralph Lauren, y su pareja, Natascha Schuetz, y Lauren Remington Platt, crypto executive y heredera de Remington, la compañía de armas más antigua y grande de América, que cambió el curso de la historia, y la que comercializó las primeras máquinas de escribir y coser.

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Sobre estas líneas, el romántico beso de los novios en la escalinata, decorada con velas, flores blancas y vegetación como un bosque encantado. Arriba, Jonathan Andic, hijo del confundador y presidente de Mango, cuya pareja, Paula Navarro, fue dama de honor —sobre estas líneas, a la izquierda—. A su lado, Lauren Remington Platt, ‘crypto executive’ y heredera de Remington, la compañía de armas más antigua y grande de América, que cambió el curso de la historia, y la que comercializó las primeras máquinas de escribir y coser. A la derecha, Francesca Ruffini.

El bosque encantado

Tras intercambiar las alianzas, de oro amarillo, de Cartier, los recién casados se dieron un romántico beso bajo el arco de flores y abandonaron el salón de la mano y entre los aplausos de los asistentes, mientras se escuchaba la música Spring 1, una reescritura de la Primavera de Vivaldi, de Max Richter, el músico que ha revolucionado las bandas sonoras del cine y la televisión. Todos se dirigieron al salón rojo, donde se sirvió el cóctel amenizado por un pianista en piano de cola, que tocó temas como Apollonia, de Nino Rota y Carlo Savina, inconfundible música de la película El padrino. Antes del anochecer, en una lancha riva, icono del diseño italiano, Alex y Christian dieron su primer romántico paseo por los canales venecianos ya convertidos en marido y mujer.

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Sobre estas líneas, los recién casados con Massimo Agostinelli y su mujer, Luciana, y Héloïse Agostinelli y su pareja, Yannis Goulandris. Arriba, Andrew, hijo mayor de Ralph Lauren y Natascha Schuetz

La cena se sirvió en el salón de baile y en el adyacente salón amarillo, en las quince mesas vestidas para la ocasión con mantelería de lino color marfil y cubertería, bajoplatos y candelabros en plata. La luz tenue de las velas creaba el ambiente íntimo que buscaban los novios, una atmósfera mágica junto a cientos de flores blancas —rosas, hortensias y delphinium—, que en algunos momentos del recorrido por el palacio (como las imponentes escalinatas) se mezclaron también con vegetación para crear un efecto de bosque encantado.

La espectacular decoración con velas y cientos de flores blancas creaba un ambiente mágico que se potenció con vegetación en algunas zonas del palazzo a modo de bosque encantado
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La novia con sus nueve damas de honor, sus mejores amigas, que vestían de negro, su color favorito.

El menú consistió en paccheri cacio e pepe con langostinos; carré de cordero del Veneto con romero, verduras asadas y alcachofas, y de postre, lemon pie. Todo regado con vinos de las regiones de la Toscana y el Veneto. El padre de Christian dirigió unas palabras a los recién casados; también su mejor amiga, la condesa Sophie Clary und Aldringen, y los propios protagonistas de la velada agradecieron a sus invitados haberles acompañado en un momento tan especial. Y hablaron nuevamente de los que no están: “Nuestros padres están celebrando desde el cielo”, señalaron antes de levantar sus copas para brindar con Moët & Chandon y cortar la tarta nupcial de merengue, estilo Harry’s Bar, elaborada por el pastelero del hotel Aman, el mismo enclave elegido por George y Amal Clooney para celebrar su enlace, hace ocho años.

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Arriba, la pareja escucha con una sonrisa la palabras que les dedica de Günter Sieber, padre del novio. Sobre estas líneas, la condesa Sophie Clary und Aldringen, la mejor amiga de Christian, durante su discurso. Y a la derecha, Juan Avellaneda sentado entre Sofía Paramio y Coral Simanovich

La pareja abrió el baile al son de   We have all the time in the world , la versión que el compositor John Barry hizo en 1969 para la película de James Bond 007: al servicio secreto de Su Majestad, una de sus canciones favoritas. Toda la música que se escuchó en la boda fue una cuidada selección de temas que han acompañado a Alex y Christian a lo largo de su relación y tienen mucho significado para ellos.

“Es la mujer más hermosa, por dentro y por fuera, y yo soy el hombre más afortunado. ¡Sí, quiero!”, pensó Christian cuando la vio vestida de novia
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Sobre estas líneas, Alex y Christian con “la niña de sus ojos”, su working spaniel “Domino”, de la que no se separan. La cena se sirvió en dos espectaculares salones del “palazzo” —en la otra página—, con las mesas dispuestas en forma de “U”.

Para la fiesta, la diseñadora creativa y empresaria cambió su look, volviendo a sorprender a todos con el  tercer diseño  en un fin de semana inolvidable. Se trataba de un vestido lencero en seda con capa en pluma natural creado especialmente para Alex Rivière por Magda Butrym, la diseñadora polaca que conquista a modelos como Irina Shayk y actrices como Natalie Portman con su moda entre el  minimalismo y la sensualidad, la naturalidad y la elegancia. Como complemento indispensable, unos “mules” en raso a tono del vestido, encargo especial de Alex a Jimmy Choo, y pendientes en flor de oro blanco y diamantes, de Montse Esteve.

© Jesús Isnard

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Sobre estas líneas, el primer y emocionado baile de los recién casados, al son de son de ‘We have all the time in the world’, la versión que el compositor John Barry hizo en 1969 para la película de James Bond ‘007: al servicio secreto de Su Majestad’.

“Ha sido la boda con la que siempre había soñado. Absolutamente”, nos dice Alex de su glamuroso enlace lleno de clase y estilo. “Ha habido varios momentos muy emotivos, pero en especial cuando he entrado en la ceremonia acompañada de mis dos hermanos y cuando Christian ha hecho su discurso”, asegura. “Lo mejor de este día ha sido poder compartirlo con nuestros seres queridos y ver cómo ellos lo disfrutan tanto como nosotros”, comenta ilusionada. “Mi madre también se ha emocionado mucho. Ha disfrutado de este momento”.

© Jesús Isnard

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Arriba, Prisca Pérez Pla. Derecha, Marta Ortiz, y sobre estas líneas, Sofía Paramio y Coral Simanovich.

Una historia de amor

Los recién casados se conocieron en una comida, en París, en 2017, pero no retomaron contacto hasta 2019, en Londres, donde Christian vivía y ella estaba por trabajo. Tuvieron su primera cita y no se separaron desde la Semana Santa de ese año. Se comprometieron el verano de 2021, en Villa Balbianello, una mansión de cine en el lago de Como , escenario de películas como James Bond y La guerra de las galaxias. “Es el hombre más inteligente que he conocido, después de mi padre; es muy generoso y atento, además de ser todo corazón”, señala Alex, que comparte con su ya marido su pasión por viajar, el mundo del motor, el arte y la música, entre otras aficiones. Y disfrutan de su nueva casa y su perrita, “Domino”. “Los dos somos muy creativos”, señala la empresaria, habitual en los front row de las pasarelas de todo el mundo, portada de ¡HOLA! Fashion y de ¡HOLA! Living, donde nos mostró su casa, y protagonista del número excepcional de moda de ¡HOLA! prêt-à-porter y alta costura de otoño-invierno 2020/2021.

Para la fiesta, Alex cambió su look y llevó un vestido lencero en seda, con capa en pluma natural, de Magda Butrym, la diseñadora que conquista a modelos como Irina Shayk y actrices como Natalie Portman
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Para la fiesta, Alex cambió su vestido por uno lencero en seda con capa en pluma natural.

La próxima primavera lanzará la tercera colección de Alex Rivière Studio  , que comenzó con prendas muy enfocadas al baño y resort y ha ido evolucionando a prendas más prêt-à-porter, buenos básicos para todo el año, versátiles y atemporales, pero con su sello y buscando siempre la sostenibilidad.

De momento, se irán de viaje de novios a un destino que mantienen en secreto, pero les hace especial ilusión porque, aunque parezca extraño para una pareja que recorre miles de kilómetros al año, lo van a descubrir por primera vez.

© Jesús Isnard

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Arriba, durante la cena que ofrecieron la víspera en el Harry’s Bar, para la que la directora creativa lució un diseño de Emilia Wickstead de escote geométrico. Sobre estas líneas, trasladándose en barco al legendario local

“Es la mujer más hermosa por dentro y por fuera,y yo soy el hombre más afortunado. ¡Sí, quiero!”, pensó Christian cuando la vio recorriendo el pasillo hacia el altar. “Ese ha sido el momento más emotivo para mí, cuando la he visto vestida de novia”, señala el empresario. “¿Qué he pensado yo cuándo he visto a Christian en el altar? ¡¡¡It’s happening!!!”.