Brooke Shields es, a sus cincuenta y siete años, una de las pocas actrices que han roto la maldición de Hollywood en el amor. La inolvidable protagonista de El lago azul lleva veintiún años casada con el productor y guionista Chris Henchy, padre de sus dos hijas, Rowan Francis, de diecinueve años, y Grier Hammond, de dieciséis. Orgullosa de la idílica familia que ha logrado formar, la actriz compartió un divertido almuerzo junto a ellos en un popular café de Nueva York, al que se unieron el actor Bradley Cooper y su hija, Lea de Seine, nacida de su relación con Irina Shayk.
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Fue durante este entretenido encuentro donde pudimos ver el gran parecido de Brooke Shields con su primogénita, que ya casi la supera en altura y quien, sin lugar a dudas, ha heredado la belleza de su madre. Con una espectacular melena pelirroja, Rowan, quien actualmente se encuentra estudiando en la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte, acaparó todas las miradas, mientras que su hermana, Grier, se convirtió en la mejor compañera de juegos de la pequeña Lea, de cinco años.