Era el must de la temporada en México. Y el lugar en el que había que estar. El Gran Premio de Automovilismo, en el circuito Hermanos Rodríguez, donde Checo Pérez hacía soñar a millones de mexicanos con los laureles del que podría haber sido —y no fue— el primer título de Fórmula 1 para ‘uno de los suyos’. Sin embargo, el corredor tuvo que ceder parte de su protagonismo a uno de sus grandes apoyos en su hazaña, el magnate Carlos Slim, gran aficionado a las carreras, que se convertía en noticia por aquellas cosas del corazón.
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El empresario acudía puntualísimo —y muy sonriente— a este acontecimiento deportivo, pero no lo hacía solo. Lo hacía del brazo de una de las grandes damas de la élite social y financiera del país, la filántropa Mercedes Sánchez Navarro, con quien comenzó una relación en noviembre del año pasado, pero con la que, hasta este preciso momento, no se había dejado ver ni fotografiar. Mercedes, con quien se relacionó a Slim en abril de 2021, después de que ambos coincidieran en el cumpleaños de la consuegra de este, Pepita Serrano, no solo estuvo acompañada por el empresario, sino que gozó de una estupenda panorámica en la primera fila del recinto junto a todos los hijos de Slim.