Reinventarse o morir, eso debió pensar Luján Argüelles en 2020 cuando, coduciendo el coche prestado de su hermana para hacer el recorrido Madrid-Marbella, se dio cuenta de que había tocado fondo. Ese año cambió tanto su vida profesional -ponía fin a su trayectoria en una cadena de televisión en la que había triunfado presentando programas tan exitosos como ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Un príncipe para Corina o Password-, tanto como en su vida personal -su marido y ella habían tomado la decisión de separarse-. "Mamá, ¿estás bien? Es que a veces miro tu cara y veo que no estás contenta", a esta pregunta de su hija Miranda, de cinco añitos, se tuvo que enfrentar la periodista, lo que supuso un punto de inflexión y decidió coger las riendas de su vida. Un relato que cuenta paso por paso en su nuevo libro, Aprendiendo de nuevo a vivir, donde retrata a una Luján hasta ahora desconocida, llena de complejos, inseguridades y miedos, nada qué ver con ese personjae televisión con vestidos de lentejuelas y brilli brilli que se 'come' la pantalla. Ahora, Luján Argüelles mira con perseverancia y curiosidad al futuro y, además de esta aventura literaria, ha dado el salto a Netlix con un nuevo programa para encontrar pareja, donde se ha estrenano como productora ejecutiva, nos ha confesado que está abierta al amor, incluso que no le importaría encontrarlo en televisión y ha respondido a una de las preguntas que desde hace semanas se plantea toda su legión de fans: ¿volvería a presentar Paswword?
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- En el libro conocemos a otra Luján. Estamos acostumbrados a ver esa Luján, como tú misma dices, de lentejuelas y 'brilli-brilli'. ¿cómo te has enfrentado tú a ese retrato de ti misma que pocos conocíamos? Ese momento en el que tocas fondo
A la hora de escribir el libro pues fenomenal, porque yo llevaba ya un proceso de dos años y medio de encontrar mi verdad y por donde yo quería transitar, colocarlo en hojas de papel no tiene mucho secreto para mi y luego todo el proceso que yo viví de crecimiento pues lo digo muchas veces en el libro, vas descubrimiento cosas tan bonitas, te vas sintiendo tan bien que en el fondo al principio sí que tiene sientes un poco ridícula porque no entra en esa mente racional, cuadriculada y demás pero en seguida descubrí que ahí iba a encontrar algo que me iba llenar y que me iba a descubrir cosas mágicas.
- ¿Ha sido tan bien como tu mejor terapia?
No es una terapia, yo cuando me plantearon escribir el libro y lo escribo ya llevaba un año entero haciendo mil cosas, con el 'follower', escribiendo... de hecho yo me reúno con la editorial para otro proyecto que estábamos planteando y es cuando Carmen Fernández de Blas empezamos a hablar de mil rollos en una comida y ella me lo dijo, me dijo que era apasionante cómo hablaba de este capítulo que estábamos hablando a nivel íntimo.
- Llama la atención el relato en el que hablas de tus complejos, de tus inseguridades, cuentas que padeciste anorexia y que tú misma eras consciente de ello, ¿cómo te recuperas?
Bueno, a ver si que es bastante particular, de hecho cuando yo lo viví a los 17 años los médicos decían que era muy particular la posición de Luján, no era el perfil al uso, yo no sentía ni me veía gorda para nada, todo lo contrario, por eso en el libro explico que era un punto en el que yo a través de mi cuerpo intentaba dominar mi entorno, la vida, las sensaciones que yo sentía de que no estaba ubicada, no me sentía que pertenecía a ese entorno, lo hacía a través de mi cuerpo. Fue una experiencia muy dura, en el momento se vive con mucho sufrimiento pero afortunadamente ahora mismo no está en mi agenda diaria desde hace muchísimos años. Está latente el recuerdo, pero ahora ya hace muchísimos años que no estamos en esas.
- ¿Te da miedo tener un bache que te haga retroceder?
No, no. Ahora no tengo miedo a nada, quiero decir, he vivido un proceso que me ha dado una fortaleza que se bien como uno en un momento determinado tiene unas herramientas y las pone en marcha, juega, se planifica y estira. El miedo está pero ahora lo veo de otra manera, lo veo como ese compañero que va a estar siempre pero que no me limita, que no decide mis movimientos, que bueno, que está, qué le vamos a hacer, y en ocasiones es un detonante de cosas que tienes que hacer.
- Hablas también, bueno, das pildoritas del papel que ha jugado tu familia en este proceso. Hablas de tu padre, quién es tu madre, el papel de tu hermana dejándote el coche para que en ese momento trascendental hagas el trayecto Madrid-Marbella... ¿pero qué papel han jugado durante estos años, eran conscientes de ese momento en el que te derrumbas?
"Si, bueno... somos una familia muy familia, todos los días hay noticias unos de otros, hablamos, mis hermanas vienen a Madrid, los fines de semana planes, somos una familia en la que hay mucha relación, ellos siempre me han acompañado, siempre han estado presentes, no tengo nunca la sensación de que estoy sola respecto a ellos pero bueno, con cierta distancia porque al final cuando uno tiene el alma con las características de la mía siente mucha incompresión, pero no porque ellos o el mundo... es porque sientes el mundo de una manera muy particular y tienes que encontrarte, relativizar y sentirte primero entendido contigo"
- Miranda, tu hija... háblanos un poco de ella porque supuso un punto de inflexión en tu vida y fue lo que hizo levantarte
Yo creo que los niños en general, todos los niños, son grandísimos maestros y deberíamos observarles constantamente. Ellos van dándote grandes secretos de la vida porque cuando somos niños somos realmente libres y disfrutamos lo que hemos venido a hacer aquí, a vivir, a disfrutar, a reír... pero nos vamos olvidando, nos vamos limitando, nos vamos haciendo normativos, entonces cuando les escuchas esa espontaneidad y esa manera de percibir el entorno, son enciclipedias andantes.
- Y si el día de mañana, tú que eres conscientes de esas luces y sombras de la profesión Miranda te dice "mamá, quiero ser artista"...
Genial, genial. Yo creo que se está vinculando el hecho de la profesión que ejercemos a las luces, las sombras, el éxito... y no tiene nada que ver. Yo tengo muchos lectores que me están escribiendo porque se sienten identificados con todo, todas las vidas, en cualquier profesión y relato de vida tiene luces y sombras, tienen éxito, fracaso, un error, un miedo... no hay porque relacionarlo con la profesión que yo ejerzo. Es verdad que nosotros nos exponemos más a un público masivo de una manera más clara que el resto, pero todos de alguna manera tenemos la crítica y las opiniones alrededor, con lo cual no hay diferencia. Si Miranda decide ser artista, presentadora, arquitecto, peluquera... serás genial, yo la estimularé y la animaré siempre para que identifique cuál es su leyenda, su relato, su lugar en el mundo y a partir de ahí, tira porque tu sueño ardiente siempre te llevará a un camino de felicidad.
- ¿Te da miedo esa exposición con las redes, el lado negativo de esas publicaciones, los seguidores? ¿Cómo llevas ese control?
El miedo es la escenificación de la inseguridad, de la falta de confianza. Creo que hay que confiar en nuestros hijos, de cómo ellos van a gestionar su realidad, ellos viven en la era de la digitalización, no podemos vivir atormentados porque todos los males y peligros nos están sobrevolando, uno tiene que poner sus normas, sus maneras, sus líneas rojas y apartir de ahí transitar con normalidad, si nos emplezamos a plantear qué es un peligro, un peligro es todo, un peligro es caminar por la calle y que te caiga una maceta de la señora del quinto. Vivir así no le veo la inteligencia por ningún lado y las redes tienen peligro como en nuestra época tenían otras cosas. En la Edad Media tenían espadas y mataban.
- El libro es un trabajo absoluto de concienciación sobre salud mental...
Yo hablo constantemente de la necesidad de establecer una sociedad emocionalmente sostenible. Estamos muy enfocados en la sostenibilidad, en el medio ambiente, en el planeta... guay, genial, pero creo que aquí tenemos un grandísimo problema de sociedad insostenible. La gente tiene mnuchos miedos, muchos temores y mucha parálisis, inseguridad y deberíamos trabajar en esa misma línea.
- En el momento del éxito tienes millones de amigos, millones de proyectos... ¿pero qué consejo le darías a una persona que se encuentra en tu misma situación de tocar fondo?
Yo lo que empezaría a hacer es sacar adelante una redifinición del éxito lo primero, ¿qué es el éxito?, el éxito no es conquistar grandes resultados en una empresa, el éxito es serenidad, confianza, determinación, entusiasmo cuando te levantas... eso es éxito porque a partir de ahí contruímos todo lo demás. Cuando la gente está cayendo, sería intersante que nos preocupárabamos en leer, leer, leer, descubrinos, entendernos, yo he leído millones de libros en estos años y muchos de ellos están escritos en los años sesenta, esto quiere decir que lo que nos pasa a nosotros ha pasado a todos a lo largo de la historia, no es nada nuevo, la emoción y los sentimientos del ser humano es nada nuevo, no es porqué tengas una determinada profesión, no es nada nuevo y ahí vas a encontar todas las habilidades que necesitas. Nosotros hemos títulado el libro como 'Aprendiendo de nuevo a vivir' porque cuanto tú naces, te enseñan a vivir, lo que es bueno, malo, entonces esto es un peligro, tus padres, tus hermanos... pero tú tienes tú yo esencial tu alma, tu manera esencial, hay que aprender de nuevo a vivir.
- También has sido un ejemplo durante el libro: 'Reinventarse o morir' porque al final tomaste el mejor camino que es la adaptación al nuevo tiempo. Has dado el salto a Netflix, encima como productora ejecutiva también, ¿qué diferencia has encontrado y cómo te has adaptado a este mundo digital viniendo del mundo tradicional?
Yo por suerte vivo siempre ahora con las cajas del aprendizaje, del desucubrimiento, todo me sorprende, todo me flipa y todo me encanta. Cuando veo algo que no se está en sintonía con lo que a mi me resuena, digo, pues a ve qué me puede enseñar y a partir de ahí si me enseña, genial y sino pues nada, no me altera. Los chavales son fascinantes, tienen un open mind que hay partes que son muy rescatables, me han enseñado a no ser finalista en las relaciones de amor, tenemos apego al resultado en general y en lo emocional somos muy finalistas, a ver dónde me lleva esta relación... ellos van a las próximas 24 hotras y sentirlo está muy bien. Elige cada día si esta persona es guay y quieres continuar, no hace falta plantearse si me caso, si la hipoteca porque entonces, al menos en mi caso y a mi edad, no aparece ninguno con esas características y tampoco lo necesito, yo tengo una edad, tengo una hija, una casa y no necesito planificar mi vida en base a otro.
- ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con los youtubers, influencer... del programa y también con los consejeros, que son referentes para esta Generación Z?
Son muy valientes, trasgresores, desafían los límites... a veces creo que es un papel pero me ha resultado muy divertido, he aprendido muchísimas cosas con ellos, he visto otras realidades porque en el programa se plantean tipos de amor que en otros programas no se han tocado, como el poliamor, y para mi ha sido todo un aprendizaje, deshecho algunas cosas porque no van conmigo, tengo creencias que aún no me dejan entrar en ese territorio, por lo tanto ahí están, pero la tolerencia y el respeto me lo han ido nutriendo más aún si cabe.
- ¿Qué diferencia has visto entre el exitoso programa Quién quiere casarse con mi hijo y A quién le gusta mi follower?
Bueno, Quién quiere casarse con mi hijo fue un formato muy rompedor por los grafismos, la música... eso queda en el imaginario colectivo muy grabado porque rompió mucho, en este caso teníamos menos posibilidad de saltarnos líneas que nos habíamos saltado antes, pero la diferencia es que son más jóvenes, no está la figura de la madre que balanceaba más las historias, es más digital, mucho más moderno por los tiempos de ahora, pero cada uno tiene un espíritu. Es otra versión, otros tiempos.
- ¿Tienes algún favorito?
No, todos te aportan, todos te dan y, bueno, tú vibras con algunas personas más pero ese se tiene que quedar para ti y para esa persona.
- ¿Habrá más temporadas?
Pues no se han presentado aun los resultados pero también desde el día que lo presentamos te lo preguntan, pero a ver, he aprendido que no tengo ningún apego al resultado, solo al camino. Me lo he pasado que te mueres grabando, vendiendo el formato, escribiéndolo, eligiendo a los personajes... para mi este capítulo está amortizado, si arranca otra temporada pues genial y sino pues hay otra cosa en la que me tengo que concentrar.
- ¿Te atreverías a encontrar el amor en televisión, te verías en el otro lado?
Yo me atrevería a todo siempre, hay que atraverse. Si me instinto me pide ir por un lado, iré.
- Estás entonces abierta al amor
Superabierta
- Se ha anunciado que vuelve Password, ¿cómo se lleva desde fuera ese notición? Y, por otro lado, de momento no tienen presentadora, ¿volverías?
Mi formato favorito es Password, mi perro se llamaba Password y siempre he dicho que sería un sueño hacer Password, por lo cual no hay novedad, yo vivo con grandísima alegría que el formato... vivo con grandísima alegría porque para mi ha sido el formato en el que he disfrutado grado mil que esté de nuevo en parrilla.
- ¿Qué proyectos tienes?
Estamos trabajando en otro, que también estoy en la producción ejectiva, y estamos a punto de firmar todo y espero que pronto lo podamos contar que en esto hay que ser discreto.
- Para acabar, has hablado de la Luján del pasado, del presente, ¿pero cómo te ves en el futuro?
Quiero crecer, crecer, crecer. Entusiasmarme con todo, ver cada día la luz de la esperanza y mantenerme siempre serena, atenta, dispuesta, entusiasmada, ya no mucho más porque es todo lo que necesitas para ser feliz.