boda pr ncipe joaqu n murat hola plus© David Nivière

Entramos en la boda imperial del príncipe Joaquín Murat, descendiente de Napoleón, en París

Los príncipes de Pontecorvo nos descubren todos los detalles de su ‘sí, quiero’, que ha reunido a la realeza internacional


31 de octubre de 2022 - 18:42 CET

Se habían casado, a finales del pasado año, en una íntima ceremonia civil, pero fue el pasado sábado 22 de octubre, cuando  los príncipes Joaquín y Yasmine Murat-Bonaparte  pudieron celebrar, al fin, su boda soñada. “Queríamos que un vínculo sagrado nos uniera”, cuentan, emocionados, a ¡HOLA!

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Boda príncipe Joaquín Murat HOLA PLUS© David Nivière
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Los príncipes pudieron celebrar, al fin, su boda soñada, y en un escenario histórico: la Catedral de los Inválidos de París.

Tras verse obligados a retrasar la cita por culpa de la pandemia, los príncipes de Pontecorvo han cumplido su deseo. Han sellado su compromiso en un escenario de excepción y con gran significado para el novio,  la catedral de San Luis de los Inválidos , en París: “Mis padres se casaron en esta Iglesia, y aquí se encuentra la tumba de Napoleón Bonaparte que, para mí, dada mi historia familiar y personal (fui oficial en dos regimientos de paracaidistas), representa una continuidad lógica como homenaje a los ejércitos y a la Historia de Francia”.

El príncipe Murat-Bonaparte recuerda, con orgullo, a su antepasado más ilustre,  el mariscal Joaquín Murat , rey de Nápoles entre 1808 y 1815 y gobernador de Madrid en 1808, que estuvo casado con Carolina Bonaparte, hermana del emperador.

Y ahora, con su ‘sí, quiero’, no sólo ha reunido a parte de la realeza y nobleza internacional (entre ellos,  el Príncipe Jean-Christophe Napoleón , descendiente del Gran Corso y uno de los testigos de su boda), sino que ha conseguido que la capital francesa reviviese, por un día, el esplendor de la época imperial, un tiempo ya olvidado.

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El Príncipe de Napoleón, descendiente del Gran Corso, fue uno de los testigos del enlace. El príncipe celebró, en 2019, su boda con Olympia von un zu Arco-Zinneberg, en la misma catedral.

- ¿Su boda ha sido como habían imaginado? ¿Cómo están viviendo los días posteriores a su ‘sí, quiero’?

- Para los recién casados todo sucede muy rápido, pero el resultado superó nuestras expectativas. Hizo un tiempo estupendo todo el fin de semana, todos nuestros amigos estaban a nuestro lado, disfrutamos de una música magnífica durante la ceremonia religiosa y los equipos encargados de la organización y el catering hicieron un trabajo extraordinario. Todo esto en un lugar extraordinario, lleno de historia y belleza. Después de la boda, es un poco como haber estado en Júpiter y luego regresar a la Tierra.

- Se dieron el ‘sí, quiero’ en una ceremonia civil durante la pandemia, pero, ¿qué ha significado para ustedes este enlace religioso? ¿Se vive este enlace con menos nervios, pero con igual o mayor ilusión?

- Queríamos que un vínculo sagrado nos uniera. Se retrasó por el Covid y claramente nos emocionamos más en la boda religiosa que en la civil.

© David Nivière
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Los príncipes, muy emocionados, durante la ceremonia.

- Han pasado por el altar de un templo muy ligado a la historia de su familia, la Catedral de San Luis de los Inválidos, en París, donde hace un año bautizaron a su hijo y donde se encuentra enterrado el emperador Napoleón, su antepasado. Príncipe Joaquín, ¿qué han sentido en este lugar tan cargado de significado?

- Mis padres se casaron en esta iglesia, y mis hijos y yo también fuimos bautizados en los Inválidos. Es la catedral de los ejércitos y donde se encuentra la tumba del Emperador Napoleón que, para mí, dada mi historia familiar y personal (fui oficial en dos regimientos de paracaidistas cuando tenía 25 años) representa una continuidad lógica como un homenaje a los ejércitos y a la Historia de Francia.

- De hecho, hemos podido ver muchos detalles de la ceremonia que evocaban a esa época imperial…

- Sí, dos grupos de músicos, con tambores y trompetas, se vistieron como soldados de Napoleón. El vestido de mi esposa estaba bordado con espigas de trigo y abejas, símbolos del Imperio, y estaba cosido con las mismas técnicas de costura que se usaban para los uniformes de los Mariscales del imperio. También fue una gran alegría contar con el Príncipe Napoleón entre los testigos de nuestra boda junto al Príncipe Leka de Albania, al señor Naguib Sawiris y los Barones Pfettent y de Sambucy.

© David Nivière
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Con su ‘sí, quiero’, París revivió la época imperial.

- ¿Cuál ha sido, para ustedes, el momento más emotivo?

- La entrada de Yasmine en la catedral fue deslumbrante. Después, el rayo de sol que cayó sobre nosotros justo en el momento del consentimiento fue una señal magnífica. Tal vez un guiño de San Miguel y de la Virgen María, bajo cuya protección pusimos nuestra unión.

- Princesa Yasmine, para su gran día eligió un vestido de Hervé Moreau. ¿Cómo fue el proceso de creación? Cuando llegó a su taller, ¿tenía algo en mente o se dejó guiar por el creador?

- Le envié un primer boceto a Hervé Moreau para que entendiera mi idea. Luego, él reinterpretó el dibujo para llegar al modelo final. Hervé hizo un gran trabajo. Después de algunas pruebas en Barcelona, el vestido de mis sueños tomó forma. Me inspiré en algunos detalles de los vestidos de Romy Schneider en Sissi, emperatriz, y también en los abrigos de la corte del primer Imperio para la parte de la cola. De hecho, diseñé yo misma motivos bordados en la cola, que fueron realizados por el Atelier Hortense (dirigido por la francoargelina Anissa Belkebir) y ejecutados por bordadores en Argel. Para mí fue una gran cooperación entre dos países que resumen mi historia personal y que comparten un saber hacer histórico único, el arte del bordado.

“Me inspiré en algunos detalles de los vestidos de Romy Schneider en Sissi, emperatriz, y también en los abrigos de la corte del primer Imperio para la parte de la cola”, nos cuenta la novia
© David Nivière
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La novia confió su vestido al Hervé Moreau, y completó su look nupcial con una tiara diseñada por ella misma. No fue el único detalle especial: su cola medía tres metros y ocho centímetros de largo, en un guiño a la fecha de nacimiento su hijo, el tres de agosto.

- Su vestido escondía, además, un bonito secreto: los números que corresponden a la fecha de nacimiento de su hijo, el príncipe Joaquín. ¿Hay algún otro secreto de su look nupcial que pueda desvelarnos? ¿Quiso cumplir con alguna tradición en especial?

- Efectivamente, quise una cola de tres metros y ocho centímetros de largo en referencia a la fecha de nacimiento de nuestro hijo (el tres de agosto, 03/08). Además, alrededor, había cincuenta abejas moradas con Cannetille volando sobre las espigas de trigo. El número cincuenta, reducido a cinco (5+0=5), llamado por Platón ‘el número nupcial’, simboliza la unión y la realización, el matrimonio entre lo terrenal y lo celestial. En cuanto a las abejas, al igual que el águila, son emblemas fuertes del emperador y sólo los miembros de la familia imperial podían lucirlas.

- Sorprendió, además, con una preciosa tiara que usted misma diseñó junto a Julian Pellicia. ¿Cómo fue la experiencia?

- Quería que una nueva tiara entrara en la familia Murat con motivo de nuestra boda. La dibujé con Julian poniendo en el centro una ‘M’ (de Murat), la misma que se encuentra en los pendientes. Todo realizado en oro blanco, diamantes y perlas de los talleres Coskun. Napoleón I impuso en su momento el uso de la tiara para todas las damas de la corte imperial, haciendo resurgir una nueva moda y permitiendo el desarrollo económico de la joyería francesa. Para mí, la tiara celebra, sobre todo, la feminidad. Cada mujer es una reina.

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Abajo, los príncipes Joaquín y Yasmine junto a su pequeño, el príncipe Joaquín Napoleón Murat, quien estuvo muy tranquilo durante toda la ceremonia.

- ¿Llevó alguna pieza u otro detalle especial?

- No, excepto la esmeralda que me regaló mi marido con motivo del nacimiento de nuestro hijo y que estaba colocada en el centro de la tiara.

- Aunque la ceremonia fue el sábado, comenzaron las celebraciones unos días antes.

- El viernes dimos la bienvenida a muchos de los invitados que vinieron desde el extranjero (desde Japón a muchos países de Europa, Oriente Medio y África) en una galería especializada en arte clásico de los siglos XVIII y XIX. Había magníficas pinturas de Napoleón III, Luis xiv, María Antonieta y un espléndido busto de Napoleón I.

Nuestro matrimonio reunió a los príncipes Napoleón, Borbón-Parma, Borbón-Sicilia, Orléans, Saboya, Yugoslavia, Egipto, Albania e incluso un miembro de la Corte Imperial de Japón. Sólo faltaban nuestros amigos el Gran Duque Jorge de Rusia y su esposa Rebeca, que tuvieron un hijo precisamente el 21 de octubre. Todas estas dinastías, todos estos representantes de la historia de muchos países, unidos en un espíritu de amistad y alegría.

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Arriba, Carlos Felipe de Orléans junto a su pareja, Naomi Valeska-Kern. Abajo, a la izquierda, Rachida Dati, exministra de Justicia de Francia. A la derecha, el príncipe Leka de Albania.

- Comentaba con anterioridad el detalle especial que su vestido guardaba hacia su hijo, el príncipe Joaquín. Su pequeño ha estado presente en esta ocasión tan señalada

- Estuvo presente durante toda la ceremonia religiosa, se mostró particularmente tranquilo y después varios miembros de nuestra familia se turnaron para cuidarle durante el fin de semana.

- ¿Les gustaría ampliar la familia?

- Sí, nos gustaría darle algún día a nuestro hijo una hermanita o un hermanito.

© David Nivière

- ¿Han planeado ya su luna de miel?

- Aún no hemos elegido un destino. Estamos dudando entre Nápoles y su preciosa costa amalfitana (antiguo feudo del rey Murat) y Egipto, donde tenemos muchos amigos… Ya veremos.

- El pasado 13 de octubre se cumplieron 207 años de la ejecución del rey Joaquín Murat, su antepasado, ¿cómo le recuerdan a día de hoy?

- Joaquín Murat y Carolina Bonaparte son figuras fundadoras míticas para mi familia. Murat les para mí un ejemplo de coraje, inteligencia y audacia que me esfuerzo por seguir. Obviamente es imposible igualarlo a su nivel, pero siempre me sirve de inspiración y me anima a superar los obstáculos que todos encontramos en la vida. Murat siempre ha sido un guía para mí.

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