Guillermo del Toro estrena por todo lo alto su Gabinete de Curiosidades para dar rienda suelta al misterio y a los fantasmas propios de Halloween. Mientras, Netflix nos trae varias series y largometrajes dramáticos en los que impera la búsqueda del amor, las historias de resiliencia, comedias históricas y un nuevo acercamiento a uno de los asesinos en serie más impactantes de Estados Unidos.
El Ángel de la Muerte
Ahora que Dahmer empieza a quedar atrás, Netflix renueva su apuesta por contar otra historia real y espeluznante de asesinos en serie, a cada cual más letal y terrorífica. Si a Jeffrey Dahmer se le ha catalogado como a un monstruo, ahora llega el turno de Charlie Chullen, que se sospecha que acabó con la vida de más de 400 personas, aunque solo ha sido declarado culpable por 29 homicidios probados. Esta supuesta cifra total se considera en Estados Unidos como la más alta de su historia, y avanza que la nueva propuesta que se estrena esta semana en Netflix será un éxito de la plataforma.
Charlie Cullen era un padre, marido y enfermero respetado, nada hacía presagiar que a lo largo de 16 años hubiera segado la vida de varios centenares de pacientes. Cuando el caso vio la luz se le apodó como El ángel de la muerte pues era muy apreciado por sus compañeros y pacientes y nadie habría podido presagiar su filia por causar la muerte, utilizando todos los recursos en su mano y ocultando este hecho en supuestas complicaciones médicas. El actor encargado de dar vida a Cullen es Eddie Redmayne, capaz de dotar de gran sensibilidad a sus papeles como pudimos ver en Una chica danesa o La teoría del todo.
Jessica Chastain encarna a un personaje muy importante, es Amy Loughren, la compañera en la UCI de Cullen, una enfermera que ve en él a un amigo y un apoyo indispensable en su estresante trabajo. Pero Amy irá descubriendo cómo poco a poco la máscara de bondad de Cullen resbala y deja a la vista las auténticas intenciones homicidas del enfermero. La historia real que se oculta bajo las costuras de este largometraje ahonda en cómo una amiga puede digerir un acto así y delatar a un compañero del que se presupone su entrega en el trabajo y la bondad con los que le rodean.
Si lo hubiera sabido
Megan Montaner (30 monedas, El secreto de puente viejo) abre uno de los debates internos más habituales entre las parejas de largo recorrido: ¿Qué habría sido de nuestra vida si no nos hubiéramos casado y si nunca hubiéramos empezado con esta relación? El personaje de la actriz aragonesa es Emma, una mujer que percibe como su matrimonio se ha ahogado en cotidianidad, sin pasión ni ilusión, y vive su vida junto a Nado en la perpetua sensación de que ha malgastado sus mejores años, un pasado que ya no volverá y sobre el que no se puede volver.
Una noche de luna de sangre Emma pide un deseo casi de forma instintiva, sin esperanza, desea volver al día en el que Nando le propuso contraer matrimonio, para poder negarse y disponer de una nueva vida en una oportunidad distinta de ser feliz. El deseo se cumple para el personaje de Montaner, vuelve a ser ella misma pero con 10 años menos, a tiempo de rechazar la proposición de su novio y jamás convertirse en marido y mujer.
Lo hace, pero al instante se da cuenta de que con esta decisión está dejando fuera de juego a sus hijos, que jamás nacerán. La serie se vuelve una carrera contrarreloj para revertir los efectos de este deseo cumplido y alcanzar el día en el que sus hijos vuelvan a nacer.
El punto de giro principal de esta serie es muy similar a una de las comedias más aplaudidas de la década pasada, dirigida por Richard Curtis, el creador de Notting Hill. En Una cuestión de tiempo se genera un conflicto similar que hace que el protagonista dé al traste con el nacimiento de su hijo y eso le hace tratar de revertir sus actos, volviendo a conseguir el amor de la madre para conseguir un futuro idéntico al que tenían antes de viajar en el tiempo.
Gabinete de curiosidades
Halloween nos deja en Netflix un regalo muy especial, la nueva serie de terror y misterio de Guillermo del Toro en la que podremos conocer historias distintas con un tratamiento muy sorprendente, siempre alrededor de la temática inquietante en la que tanto le gusta nadar al creador mexicano. Hay en esta serie un halo de lo que significó Alfred Hitchcock presenta dando pie a sus pequeñas historias autoconclusivas en televisión.
Guillermo del Toro hace de maestro de ceremonias, presenta cada uno de los capítulos pero sólo dirige uno de ellos. No hay relación entre las historias, de hecho los estilos y las épocas son muy diferentes entre sí, lo que en el fondo resulta refrescante, pues cada uno de los capítulos es una nueva oportunidad para volar sobre la fantasía y el misterio, en definitiva: para dejarnos sorprender.
Bonita (Cici)
Cada vez nos llegan más propuestas desde Turquía, no necesariamente telenovelas. En este caso Cici, o como se ha traducido en España Bonita, es un drama sobre una familia que decide abandonar su pueblo natal a raíz de un suceso muy traumático, una pérdida dolorosa que ha cambiado todos sus cimientos.
Se trasladan para volver a empezar y sentir que pueden desligarse del drama que arrastran, a un lugar donde no existen los recuerdos ni las personas que les puedan atormentar y dificultar el duelo. Pasados 30 años la familia regresa y todos las emociones dolorosas y los secretos enterrados vuelven a emanar como el primer día, demostrando que huir no es suficiente para que el dolor no te alcance.
El robo a Mussolini
En los años 40 podría haber ocurrido un hecho histórico que mezcla algunos de los ingredientes ineludibles en una buena historia: un robo, algo de humor y un amor prohibido. En los estertores finales de la II Guerra Mundial una banda atípica de revolucionarios de la resistencia deciden sustraer el tesoro oculto de Benito Mussolini, un empeño muy arriesgado que podría salirles muy caro y que, de conseguirse, cambiaría sus vidas para siempre.
Se adentran en la sede de Milán del Partido Fascista Republicano y tratan de planear este golpe imposible. Esta película de ficción recrea la Italia de la época en clave de comedia de enredo y pone todo su empeño en que los decorados y los ambientes sean fieles a la época y resulten realmente extraordinarios. En los 99 minutos que dura el film se percibe el lujo y el cuidado con el que se ha rodado en una historia sorprendente con algunos aires a Tarantino en Malditos bastardos.