Mar Flores ha vuelto a la pequeña pantalla como colaboradora de Y ahora Sonsoles, el nuevo espacio de Atresmedia, que tiene como objetivo entretener y seducir a los espectadores desde la actualidad, la emoción y la cercanía.
La modelo y empresaria lleva muchos años alejada de un plató, pero la televisión no es un medio desconocido: fue presentadora de VIP Noche, Bellezas en la nieve y La música es la pista programa líder de audiencia en Canal 9 desde 1998 hasta 2002. Si bien es cierto que, en junio de 2021, hizo una aparición estelar bajo la máscara y el traje de plumas rosas de un flamenco en el concurso Mask Singer sorprendiendo a todos con su voz, ahora se enfrenta a una nueva y retadora etapa en primera línea de televisión.
De ello nos habló con una gran sonrisa durante la fiesta de cultura y la libertad organizada por la Cátedra Vargas Llosa. La relación con el escritor viene de República Dominicana y “desde hace mucho tiempo. Lo conozco a él y su familia. Es un honor estar aquí”.
- ¿Cómo afrontas el momento de volver a un plató?
- Estoy emocionada y muy ilusionada. Me encantan los retos y no tengo miedo a nada. Han pasado veinte años, pero este proyecto era líder… surgió y encajó. Una propuesta con Sonsoles Ónega, poder ir de su mano, me da mucha confianza.
- A tus 52 años, ¿podemos hablar de la reinvención de Mar flores?
- Ha sido difícil, pero igualmente estoy en un momento maravilloso de mi vida y abierta a retos y a nuevas aventuras profesionales. Estoy en la etapa perfecta de mi vida para afrontarlos. Tengo una base muy fuerte, mi familia, mis hijos, mis amigos. Siempre digo que la suerte es importante pero que cuando llega hay que estar preparado, y que el timing es fundamental. La oportunidad de participar en este proyecto con Sonsoles y su equipo ha llegado en el momento adecuado. Mi sección será fresca y divertida y hablaremos de curiosidades y de actualidad. Encaja como anillo al dedo y no puede fallar.
- ¿Qué crees que ha visto Sonsoles Ónega en ti?
- Creo que ha captado de mí a esa mujer fuerte, independiente y luchadora con capacidad de superación de librar desafíos. A todos nos pasan cosas, pero soy de las que pienso que la vida es bella incluso en las dificultades y que hay que exprimirla a tope porque solo tenemos una.
- El periodista Pablo Herraiz adelantó estos días que sufriste un dramático accidente de esquí en Andorra, y que tuviste miedo de quedarte paralítica.
- Fue en febrero de 2021 durante un viaje que hice con mis hijos a Andorra. Estábamos subiendo a las pistas de esquí de Grandvalira cuando salí volando. A ellos, que iban delante, no les pasó nada, pero mi telesilla y la que venía detrás tuvieron un problema mecánico y me caí con los esquís, junto con ocho personas, de una altura de cinco metros. Pasé mucho miedo y pasé mucho dolor.
- ¿Tienes secuelas?
- Sigo teniendo secuelas y nadie se hace responsable, aunque teníamos un seguro a todo riesgo. Y si he hablado de ello es porque me siento indefensa. Estuve cuatro meses de baja por contusión cervical y aplastamiento de dos conductos nerviosos, y los dolores continúan. Cada vez peor. Voy a fisioterapia tres días a la semana y hago un tratamiento de neurología, pero cada vez hay más efectos secundarios. Se me paraliza la mano, la escápula… La única solución es operarme.
- ¿Es verdad que preparas una demanda contra la estación por negligencia?
- Desde que se hizo público el accidente me han escrito personas involucradas en el accidente y que tampoco han recibido respuesta ni soluciones por parte de los responsables. Si mi testimonio sirve para ayudar a que consigan un apoyo moral y jurídico bienvenido sea. Estamos en Europa y no en el tercer mundo. Seguro que el principado de Andorra tiene leyes de protección para turistas que sufren accidentes en su territorio. Los afectados nos sentimos desprotegidos hasta el momento.