A menudo, el brillo de la fama oculta las zonas más oscuras. Todos recordamos el éxito arrollador de Mecano durante los ochenta y parte de los noventa, pero no todo eran alegrías pues, como ha contado ahora Ana Torroja, sufrió mucho durante esa etapa. Los motivos fueron las continuas tensiones entre sus compañeros, los dos hermanos Nacho y José María Cano, que la obligaron, a menudo, a tener que mediar o a tomar partido. Aquello, explica, le pasó factura hasta el punto de que aseguró que no se plantea que el grupo se reúna.
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Han pasado 30 años desde entonces (24 si contamos el breve reencuentro en 1998 tras el cual José María anunció por sorpresa su abandono), y cada uno ha seguido su camino. José María es, de los tres, el que muestra un perfil más bajo: se ha decantado por su carrera como pintor y también es un apoyo incondicional para su hijo, Daniel, que ha decidido seguir sus pasos en la música. Nacho, por su parte, ha invertido los últimos años en sacar adelante un musical, Malinche, cuya protagonista original era Chanel Terrero (fue sustituida por Andrea Bayardo debido a problemas de agenda). La que sin duda ha mantenido una carrera en la música y poco más constante ha sido Ana. Te contamos cómo logró desvincularse de Mecano y regresar por la puerta grande a los escenarios.
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La vuelta de Mecano interrumpe su carrera en solitario
Tras la separación del grupo, en 1992, Ana decidió que quería continuar su carrera como solista. Empeñó varios años en la búsqueda de un equipo que produjera canciones alejadas de su anterior etapa y por fin, en 1997, salió a la luz Puntos cardinales. Lo presentó en Londres y llegó a sacar versiones en francés de algunos de sus temas aunque, en plena promoción, surgió la posibilidad de volver a reunirse con Mecano. El grupo se reunió para sacar el que sería su último disco, Ana/José/Nacho, y poco después, ante los problemas personales de José María, llegó la disolución definitiva.
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Comienzos de los 2000: éxitos profesionales y personales
Tras su primer disco en solitario, Ana publicó varios álbumes en los primeros compases de los años 2000. Aquella etapa le trajo gratas sorpresas en lo profesional, como la gira junto a Miguel Bosé (con disco incluido, Girados) y un Grammy Latino al mejor álbum pop femenino por Frágil. También por entonces sacó uno de los temas más queridos por sus fans: Duele el amor, junto al mexicano Aleks Sintek. En aquellos años, además, coincidió varias veces con Alejandro Sanz en el Festival Viña del Mar, de donde guarda una preciosa foto de los dos juntos.
Pero quizá la faceta personal fue la que más alegrías le dio: primero, su boda con el productor Rafael Duque, en 2003, en Mallorca y a bordo de una goleta; dos años después, el nacimiento de su única hija, Jara.
2006: el enésimo (y frustrado) intento de reconciliación
Ana pasó muchos años tratando de templar los ánimos en Mecano, y quizá con ese mismo espíritu intentó en 2006 que los tres se reunieran en una gira llamada La fuerza del destino. Existió esa gira, pero la hizo Ana en solitario, ya que no logró el anhelado acuerdo entre los dos hermanos. Así, se convirtió en un tour homenaje a su grupo. Eso sí, aquel verano llegó a cantar con Nacho en la plaza de Colón, de Madrid, tres temas con motivo del Día Mundial contra las Drogas. Y es que la relación con el menor de los dos hermanos parece algo más fluida que con quien llegó a ser su novio mucho tiempo atrás, José María.
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El accidente que le marcó la vida
El 10 de octubre de 2008, la cantante volvió a nacer. Mientras viajaba con un grupo de amigos, entre los que estaba Esther Arroyo, un coche hizo un giro indebido e impactó contra el suyo. Un amigo común, Elías, falleció en el acto, y el resto de los ocupantes resultó herido: Ana se fracturó una clavícula y dos vértebras y tuvo que guardar reposo. Esther tuvo fractura de tibia y peroné y tuvo que pasar varias veces por quirófano, además de sufrir horribles dolores durante años. Las secuelas no solo fueron físicas, sino también psicológicas.
México como destino
Durante varios años, su conexión con México fue en aumento. Finalmente, tomó la decisión de instalarse allí junto con su familia. Y allí vive desde 2015, aunque asegura que nunca ha dejado atrás España, donde vuelve siempre que puede o que sus compromisos profesionales la reclaman. Fue jurado en la primera edición del nuevo Operación Triunfo, que regresó a TVE en 2018, y aunque se sinceró sobre lo agotador y difícil que le resultó aquella etapa, también guarda excelentes recuerdos de ella. Hoy, con seis discos de estudio a sus espaldas (el último de ellos con un tema, Llama, escrito por Rosalía), varias giras y continuas colaboraciones, puede decir bien alto que la gran artista que es ha dejado atrás Mecano y se ha consolidado como solista.