Definitivamente, no ha podido ser. Tras muchos meses luchando por mantener su matrimonio a flote, la historia de amor entre José María Ortega Cano y Ana María Aldón ha llegado a su fin y la pareja ha decidido iniciar los trámites de divorcio. Después de diez años de relación, cuatro de matrimonio y un hijo en común, el torero y la diseñadora han decidido tomar caminos separados. La noticia la confirmaba la propia Ana María, en el programa de televisión donde colabora y lo hacía con mucha serenidad, pero sin evitar emocionarse: “Sí, estamos en ello, estamos viendo cómo nos vamos a organizar. Ahora es el momento de hacerlo y no cuando las cosas están en caliente”, declaraba la gaditana. “La conversación ha sido tranquila, con respeto y muy bien, porque los dos tenemos un objetivo común, que es lo más importante que tenemos en nuestras vidas y con lo que más cuidado hay que tener”, añadía la diseñadora, haciendo referencia al pequeño José María, de nueve años: “Teníamos que tener las cosas muy claras para dar el paso y ver de qué manera lo hacemos para que se perjudique lo menos posible a esta persona”.
La prioridad: su hijo
Y es que desde que, a principios de este pasado verano, Ana María hiciera las maletas y abandonara el hogar conyugal, para regresar casi dos meses después, la sombra de un posible divorcio planeaba sobre sus cabezas, aunque no ha sido hasta ahora cuando ambos se han sentado a hablar poniendo sus sentimientos sobre la mesa y viendo qué era lo mejor para ambos. “Hubo emociones, hubo afecto. Mi hijo no podía tener un padre mejor y estoy muy agradecida por lo que tenemos”, señalaba la diseñadora. “No tiene valor lo material, no hay nada que supere el amor que sentimos por ese niño. Nadie puede decir que yo quiera quedarme con la casa o en la casa, podría ser, pero no es verdad”, precisaba la gaditana, intentando poner fin así a las especulaciones que señalaban que lo suyo era una relación de interés.
“Estamos viendo cómo nos vamos a organizar. Teníamos que tener las cosas muy claras para dar el paso y ver de qué manera lo hacemos para que se perjudique lo menos posible a nuestro hijo”, afirmaba la diseñadora
Además, Ana María ha dejado claro que su separación no significa su ruptura total con el diestro. “Yo voy a procurar estar siempre que me necesite y por nuestro niño”, explicaba la sanluqueña, a la vez que matizaba que espera “que él se dé cuenta de lo que he aportado en su vida”. Pues, tal y como ha señalado, hubo un momento que se centró tanto en el bienestar de su familia que se olvidó de ella misma. “Me olvidé de mí, aguanté, soporté cosas que no debería haber soportado desde el primer momento”, señalaba Aldón.
No podían continuar así
Sobre la postura de Ortega Cano, quien hace tan solo unos días hablaba de reconciliación , en el programa de Ana Rosa Quintana, e incluso señalaba su deseo de ampliar la familia, poco se sabe hasta ahora y tan solo han trascendido las palabras que el torero hacía llegar a Aurelio Manzano, compañero de programa de su mujer, confirmando lo que era ya un secreto a voces. “Nos vamos a divorciar porque ya no podemos continuar así”, declaraba Ortega. “El cariño y el amor nunca se pierden. Cuando yo quiero y me tratan bien, voy a morir. Pase lo que pase, yo siempre tendré por Ana María un cariño especial”, añadía el diestro, quien, horas después, se dejaba ver triste y cabizbajo en un coche junto a su hija, Gloria; el novio de esta, David García, y su hijo José María.
El anuncio del divorcio de Ortega Cano y Ana María coincide también con la decisión de la hija del torero de alejarse temporalmente de los medios y las redes sociales. “Necesito un respiro, dejando mi salud mental y emocional en manos de profesionales y así continuando mi tratamiento psicológico y, esta vez, bajo medicación, alejada por un tiempo del foco mediático”, escribía Gloria en un comunicado compartido con sus seguidores. Así, Gloria se centrará ahora en su recuperación y también en estar al lado de su padre, quien ha visto cómo su salud se resentía estos días a causa de los disgustos, teniendo incluso que acudir a urgencias para ser atendido.
A contracorriente
Como hemos señalado anteriormente, la crisis matrimonial de José Ortega Cano y Ana María Aldón se remonta al pasado mes de julio. Un comentario del diestro acerca de Rocío Jurado provocó que la diseñadora no se sintiera querida ni valorada por su marido, y eso unido a su distanciamiento con Gloria, así como a la difícil relación con su cuñada Conchi, llevaron a la diseñadora a un momento anímico complicado. Sin embargo, ambos siempre se habían mostrado muy unidos y no era la primera vez que remaban contra corriente para defender su historia de amor . Una historia que comenzó en 2012 y por la que muy pocos apostaban, entre otras cosas, por su gran diferencia de edad —se llevan veinticinco años—, pero que rápidamente se consolidó con la llegada de su primer y único hijo en común, el 9 de febrero de 2013, y que, sorprendentemente, se reforzó durante el ingreso en prisión del torero por conducción temeraria y homicidio imprudente, en 2014. Por aquella época, Ana María no solo lo visitaba siempre que tenía ocasión, sino que se trasladó a vivir a Zaragoza para estar cerca del torero en esos duros y difíciles momentos.
El torero ha señalado que siempre tendrá un cariño especial por la que ha sido su mujer
Sin embargo, y pese a los baches que han tenido que ir sorteando a lo largo de su vida, este año, la pareja no ha podido más y a este divorcio, que, desgraciadamente, parecía inevitable desde hace ya algunos meses, se une también el enfrentamiento que mantiene el torero con Rocío Carrasco, a raíz de la emisión de la docuserie En el nombre de Rocío, después de que esta hiciera pública una nota de su madre en la que aseguraba que “Ortega le pegaba”, tal. y como afirman en el programa, situación que, parece, llegará a los juzgados.