Norma Duval ha celebrado el bautizo de su nieta, Valentina, en la cripta de la catedral de Santa María la Real de la Almudena, de Madrid. En su último número, la revista ¡HOLA! publica un amplio reportaje de la ceremonia religiosa en la que la pequeña, hija de Yelko Ostarcevic, el hijo mediano de la artista, recibió el Sacramento.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Junto a la actriz y presentadora se encontraba Matthias Kühn, su pareja desde hace trece años y con el que se reconcilió este verano tras una sorprendente ruptura en marzo pasado. También sus tres hijos, sus nueras, sus sobrinas Paula y Andrea, las hijas que Carla Duval tuvo en su matrimonio con Santiago Paredes, y el hermano mayor de las gemelas, Juan Carlos, nacido de una relación anterior de la recordada actriz y pintora con un empresario mexicano.
El “desconocido” sobrino de Norma lleva “una vida muy discreta, siempre alejado de la atención mediática”, según nos comentó su tía. Sin embargo, no siempre fue así. La noticia de su nacimiento, la celebración de su primer cumpleaños y hasta su Primera Comunión se publicaron en las páginas de ¡HOLA!
En el año 1985 Carla se marchó a México para probar suerte en su carrera artística. Allí permaneció cuatro años, durante los que actuó como vedette en El Metropólitan, con un espectáculo del Tropicana cubano, y también protagonizó la obra Buenas tardes, señor presidente en un teatro de la capital mexicana. En ese tiempo, la artista vivió una relación sentimental con el industrial mexicano Rafael Rojas, fruto de la cual, el 15 de noviembre de 1988 nacía Juan Carlos en un hospital del D.F.
Los padres de Carla, Rafael y Purificación, viajaron hasta México para conocer a su nuevo nieto y posaron para el reportaje de ¡HOLA! junto a la pareja y el recién nacido. En ese momento, la feliz mamá comentó sus planes de bautizar a su hijoy casarse más adelante, ya que Rafael, que se dedicaba a la importación de vinos franceses y alemanes, tenía varios viajes previstos en ese momento. “Lo de casarnos será cuando tengamos por lo menos veinte días libres. Pero seguro que en el transcurso de 1989”, aseguraba la hermana pequeña de Norma.
En julio de 1989, Carla sorprendía también en las páginas de ¡HOLA! con la noticia de su ruptura de Rafael Rojas y su vuelta a Madrid con su hijo. “Nos hemos separado y he tomado la determinación de regresar a España y dar por zanjada mi aventura americana”, anunciaba. La actriz, que en ese momento tenía 25 años, aseguraba también: “Haber tenido un hijo me compensa de cualquier sinsabor que el destino se haya propuesto depararme”. Igualmente, Carla subrayaba que la separación podía calificarse de “sensatamente cordial”.
En diciembre de ese mismo año —1989—, Carla posaba junto a su hijo y su hermana Norma con motivo del primer cumpleaños del pequeño, al que en ese momento la prensa llamaba el “mexicanito”. En mayo de 1998, Juan Carlos Rojas volvía a asomarse a las páginas de ¡HOLA! con motivo de su Primera Comunión. Carla, que ya había contraído matrimonio con el empresario Santiago Paredes —con el que unos meses más tarde, tendría a las gemelas— posó feliz junto a su hijo y toda la familia en la puerta de la parroquia de la urbanización madrileña de Las Lomas, donde tuvo lugar la ceremonia religiosa.
Dentro de unos días, el 31 de octubre, se cumplen doce años del triste adiós a Carla Duval. Norma se hizo cargo de la crianza y la educación de sus sobrinas, que entonces eran unas niñas de 11 años, y aunque Juan Carlos ya tenía 20 años, también se ocupó de élcomo una madre. Así lo desveló ella misma en las páginas de nuestra revista: “La casa de Carla de Boadilla se ha alquilado y su hijo se ha ido a vivir a un apartamento, que es lo que su madre quería. Mi sobrino sabe que me tiene para todo lo que necesite. Él mismo me ha dicho: ‘Tita, ahora vas a tener que ser mi madre’. Y yo le respondí: ‘Sabes que encantada’”.