Un auténtico flechazo, eso es lo que sintió Minerva Piquero este verano cuando recibió una llamada en la que le proponían un reto televisivo. Hace doce años dejó una conversación pendiente con los espectadores que ahora retoma. Comienza una nueva etapa al ponerse frente a las cámaras en Disfruta Madrid, un atractivo espacio con tintes de realidad virtual que comparte con Jota Abril y se emite cada fin de semana en Telemadrid a partir de este sábado. Este proyecto no solo supone el regreso de la presentadora, sino que también conecta con sus orígenes como la chica del tiempo, ya que la meteorología tiene un papel clave en el programa. La comunicadora está emocionada ante esta oportunidad que pensaba que no llegaría ya que estaba centrada en otras facetas.
La presentadora, que en los años 90 se ganó el corazón de un público que aún sigue demostrándole apoyo, está convencida de que la vida consiste en volver a empezar las veces que uno necesite con la finalidad de ser feliz. Y ella no puede estar más ilusionada con retomar este 'idilio' con un medio que tantas alegrías le dio. De cómo ha ido su vida en este tiempo, de los sentimientos que la invaden al pisar otra vez un plató, de cómo reaccionó cuando le propusieron el proyecto y de la nueva Minerva que nos vamos a encontrar, se ha sincerado en HOLA.com
-Por fin ha llegado el momento de ver Disfruta Madrid, ¿en qué consiste el programa?
Hacemos un recorrido y visitamos diferentes sitios de la Comunidad de Madrid, tocando temas como el ocio, la gastronomía o el sector primario, pero con dos novedades. Una es que lo hacemos todo mirando al cielo porque el clima influye muchísimo en todo. Eso hace que yo vuelva a dar el tiempo en algún momento del programa, algo que creí que no volvería a hacer jamás. Lo haré de una forma más coloquial, como una charla con los espectadores, en ese tono. Lo más significativo es que tenemos un escenario con realidad aumentada. Podemos ir donde queramos, ver las cosas desde donde no se han visto antes, imaginar fenómenos atmosféricos y reproducirlos gracias a este efecto tecnológico.
-Vas a ser presentadora y a la vez un poco actriz...
Sí. Tenemos un equipo de reporteros estupendos a los que Jota Abril y yo damos paso, pero en plató vamos a jugar a imaginarnos y a soñar gracias a la tecnología. ¿Qué pasaría si hubiese un tornado en el puente de Segovia? ¿Y si hubiese unas inundaciones y el Palacio Real quedase cubierto de agua? Igual se nos cruzan animales por el plató... Puedes crear lo que quieras. Es un viaje divertido en el que aparte de contar cosas interesantes, es muy atractivo de ver porque recreamos escenas que de otra manera sería imposible de ver
-Vuelves a ponerte frente a las cámaras después de doce años alejada, ¿qué te ha hecho volver?
Este proyecto llevaba mi nombre. Tengo muchísimo trabajo y no estaba en mis planes volver a hacer tele, pero cuando me llaman para contarme me dicen que es un proyecto amable y con contenido familiar en el que quieren contar las cosas desde el punto de vista del clima, hacer una visión más sostenible y cercana, aplicar la tecnología... Y dije que me pegaba todo y me apetece. Me apetece contar cosas que entretengan y también enseñen. Yo soy una disfrutona. Llevo 30 años en Madrid y sigo montando en el autobús rojo turístico, contrato excursiones a pie por la ciudad y maravillándome... La propuesta de sentirme adoptada por Madrid definitivamente y contarlo de una manera amable, cercana y divertida manteniendo la esencia de lo que me dio la oportunidad en la tele hace tantos años que es el tiempo. Con un discurso más relajado, pero retomo de nuevo esa conversación que dejamos pendiente.
-¿Recuerdas el momento exacto en el que recibiste la llamada?
Estaba en el trabajo y estaba pensando que necesitaba un cambio en mi vida. Tenía ganas de ir a Asturias, echaba de menos el monte, el verde... Echaba de menos salir de Madrid porque llevaba todo el verano trabajando. Me llamó el productor Carlo Boserman, que llevaba años sin hablar con él, y me dijo que tenía un proyecto que llevaba mi nombre. Me lo empezó a contar y me enganchó, me enamoró. Me contaron que estaría con Jota Abril, a quien solo conocía de verle en programas y tengo que decir que tenemos una química buenísima.
-¿Cuánto tiempo te costó aceptar la propuesta?
El rato que duró la llamada del teléfono. Me empezó a contar cómo era y me preguntó si me gustaba el proyecto y si lo presentaría. Le dije que si me querían a mí y respondí que sí lo haría, que esto sí. Hay mil formatos en televisión y he sentido hasta hace poco que no encajaba. Pensaba que, si volviera a hacer tele, de los programas que hay, cuál haría, y quedan pocos.
-¿En este tiempo alejada se te ha pasado por la cabeza volver o te has sorprendido a ti misma embarcada en esta nueva aventura?
Cuando lo dejé pensé "está bien, he cumplido un ciclo, han sido 20 años estupendos que me han dado muchas cosas muy bonitas y ahora vamos a seguir porque quiero hacer más cosas". En estos años he pensado en algún momento dónde estaría si hubiera seguido, pero lo que realmente era una fantasía era volver con algo distinto, aunque me decía a mÍ misma que no iba a pasar. Esto de la tele es bastante cansado y sacrificado, pero hay una comunidad, se hace una familia. Hay que ser un yonqui de estas cosas, porque esa adrenalina engancha, y yo echaba de menos eso. El desorden entre comillas, que no es un trabajo convencional, la espontaneidad, la parte más creativa... Ha sido un regalo porque fantaseé con ello pero no lo verbalicé ni hice nada por volver, no he hecho ni entrevistas. De ahí la sorpresa de que pensaran en mí después de tantos años.
-Por lo que dices eres una apasionada de la televisión, ¿por qué alejaste de las cámaras?
Me agoté. Agoté un ciclo que estuvo maravilloso y quería evolucionar, hacer otras cosas que no tuve oportunidad. Y cuando la tuve entraron otros factores. Llegó un momento que sentí que tenía demasiada presión y no me estaba divirtiendo. Quería hacer otras cosas en la vida profesionalmente. He hecho radio en Estados Unidos, tuve una empresa durante diez años de comunicación corporativa... Había coqueteado con otros mundos profesionales y sabía que tenía opciones de tener algún camino por ahi. En un momento dado me llegó la oportunidad de hacerme cargo de la dirección corporativa de una multinacional, no podía compaginarlo con la tele y decidí que era el momento de probar. En los diez años al frente de esta empresa crecí muchísimo profesionalmente, pude relajarme sin la presión de la imagen pública... Ahora estoy al frente de una compañía tecnológica especializada en sostenibilidad. No sabes lo interesante que es y es un mundo que no quiero dejar.
-No has parado...
En la vida se puede y se debe empezar las veces que uno necesite. Yo digo que esta es mi cuarta o mi quinta vida. He estado 20 años en televisión, he estado 20 años casada y ya no lo estoy, llevo ocho años separada, he estado viviendo y trabajando en Estados Unidos... La vida se puede empezar siempre para conseguir que al levantarte cada mañana sientas emoción por lo que tienes por delante.
- ¿Y tú ahora te sientes así?
Yo ahora estoy como una moto. Sigo con mi trabajo, la dirección de comunicación de esta empresa que tiene un proyecto muy bonito que quiero continuar, y también estoy ilusionada con este proyecto televisivo. Me pongo delante de la cámara y estoy muy cómoda, voy a disfrutar muchísimo más ahora.
-¿Tienes más nervios o menos que la primera vez que te pusiste ante una cámara?
La verdad que no tengo nervios si lo comparo con la primera vez, pero tengo una responsabilidad mucho mayor. Uno adquiere tablas, he pasado muchos años en televisión y he adquirido una madurez personal y profesional. Tengo recursos y puedo defenderme, no me impone tanto estar frente a una cámara. Pero es mayor la responsabilidad que tengo con el espectador y que no tenía en los comienzos. Pienso: ¿se acordarán de mí? Los que se acuerden, ¿lo harán con cariño? ¿Que esperarán encontrarse? Porque ya no soy la de hace 30 años. El espejo me dice que no lo soy, aunque yo sigo sintiendo que soy la misma. Para mí tiene mucho de nostalgia y romanticismo
-¿Qué diferencias hay entre la Minerva a la que vimos en televisión en los años 90 y la de ahora?
Soy más libre, más gamberra y un poquito más rebelde. Antes estaba más sometida a los prejuicios e inseguridades de la juventud, pero la madurez te va colocando en tu sitio. Me encantaría tener el físico que tenía cuando empecé hace treinta años, pero no cambiaría por nada del mundo la perspectiva que tengo ahora de la vida, la seguridad y lo cómoda que estoy en mí. Sigo estando ahí, en esencia soy la misma, sigo mirando a la cámara y pensando que detrás hay gente en casa y que es un privilegio enorme que tengan la deferencia de dedicarme unos minutos y escucharme.
-En estos doce años, ¿has recibido propuestas o tu teléfono no ha sonado?
Ha habido temporadas. Las propuestas que he recibido, algunas eran económicamente muy interesantes, pero estaban muy alejadas de lo que yo soy. Tengo un legado que conservo pase lo que pase de mi paso por la tele y no pensaba cargármelo por coger X cantidad de dinero. Me traicionaria a mí y el recuerdo que la gente tenía de mí. Son cosas que no eran para mí, porque tenía que venir Disfruta Madrid.
-¿Cómo ha reaccionado tu familia ante este regreso?
Mi hijo pequeño tiene 15 y está orgullosísimo, lo ha contado por todo el instituto. Quiere ser periodista y me anima muchísimo. También mi hija que tiene 23 años. Cuando llego a casa les doy el parte de cada día, les enseño fotos... Me dan alas. Toda mi felicidad y mi equilibrio emocional depende de cómo esté mi casa, no del trabajo. Tengo unos hijos estupendos, y mi madre también, que vive conmigo. Cuando uno viene con una aventura de fuera, somos todos a una.
-Tu hija Gabriela se dedica al mundo de la interpretación
Ella se ha licenciado en Dirección de Cine, especializada en guion. Es consciente de que hay que tener un plan B, poquisimos consiguen vivir de la interpretación, pero le gusta, es su pasión. Participó en Héroes de la tierra y ahora va estrenar en diciembre Los Protegidos. No para de hacer casting. Cuando se tiene que preparar montamos en casa el set, hacemos la escena... No nos aburrimos para nada.
-¿Te preocupa el lado menos amable de la popularidad?
El gran legado que he tenido de mi paso por la televisión ha sido el cariño. Todavía me pasa estar en la cafetería y que alguien reconozca mi voz. Eso ya es para mí para siempre. Luego está la otra parte, la que opina. Me han castigado mucho porque he cogido peso, he engordado bastantes kilos en los últimos años y he sido noticia por eso. Después de tantos años trabajando, ser noticia por tener más talla, hace daño. Pero también he recibido mensajes de apoyo por esto.