Sólo esperaba que “esto se acabe lo antes posible”, y parece que, poco a poco, va recuperando la normalidad que tanto ansiaba. Tras la tormenta mediática desatada por la ruptura de su compromiso con Tamara Falcó, Íñigo Onieva pasó a ser el hombre más buscado del momento y estar en el centro del foco mediático.
La familia se ha convertido en el mejor refugio del empresario, que incluso ha llegado a poner tierra de por medio para tomar distancia de la polémica. De hecho, tal y como él mismo mostró a través de sus redes sociales, el pasado fin de semana, puso rumbo a Turquía junto a su madre, Carolina Molas. Una muestra de que lo que desea es que recuperar la rutina que llevaba antes de la tormenta, así como retomar sus compromisos profesionales.
Íñigo sólo busca ponerse, de nuevo, al frente de sus negocios, y que todo vuelva a ser como antes. Se había hablado de que podría estar en el chalet que su madre tiene en La Moraleja o en la casa de un amigo en La Finca, sin embargo, nada de esto se ajusta a la realidad.
Según mostramos en estas fotografías, Íñigo fue fotografiado entrando en un portal del centro de la capital, donde tiene muy a mano todos los negocios en los que trabaja. Su aspecto físico sigue siendo el mismo, aunque se le vio entrar con gesto serio y pensativo. Lo que sí es cierto es que no se le ve tan alegre como cuando estaba con Tamara y que está destrozado por todo lo que ha sucedido. Aunque se siente arrepentido y está dispuesto a conquistar de nuevo el corazón de su prometida, parece que ella no está dispuesta a darle una nueva oportunidad, por lo que ha comenzado a dar pasos de gigante en su nueva vida de soltero.
A la espera de que el tiempo ponga todo en su sitio, se ha puesto manos a la obra para comenzar su nueva vida y buscar una nueva casa, que, por lo que hemos sabido, está buscando en el barrio de Chueca , desechando así la idea de volver en la casa de su madre, donde, de momento, tiene la mayoría de sus pertenencias.