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Virginia Troconis, una ‘maestra’ en el arte de la cocina: ‘He aprendido con mi abuela’

La mujer de Manuel Díaz, ‘El cordobés’, ha publicado su primer libro de recetas y consejos de nutrición


21 de octubre de 2022 - 9:00 CEST

Cada mes se publican en nuestro país infinidad de títulos sobre alimentación y vida sana. Y, entre todas estas publicaciones, merece la pena pararse en una de ellas,  Comida, vamos a llevarnos bien , título editado por Planeta y escrito por la mujer del torero Manuel Díaz, El Cordobés, Virginia Troconis, y el dietista sevillano Pablo Ojeda. “Nos conocimos a través de una amiga común en plena pandemia y nos animamos a hacer unos directos en las redes sociales para hablar de alimentación, de costumbres de vida y de los falsos mitos sobre la comida. El tiempo se nos pasó volando y nos quedamos con la sensación de que aún nos quedaban muchas cosas por contar. Barajando ideas, los dos llegamos a la conclusión de que un libro sería el espacio perfecto para continuar hablando de unas cuestiones que siguen preocupando a muchas personas en su día a día”.

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© LUIS SERRANO

—Virginia, ¿se te había pasado alguna vez por la cabeza publicar un libro de cocina?

—La verdad es que nunca, pero siempre me ha gustado hablar de ello.

—¿De quién te viene tu arte en los fogones?

—He aprendido con mi abuela. En casa siempre estaba pegada a ella para cocinar juntas y aprender sus recetas.

—Recuérdame cómo fue ese momento en el que le anunciaste a tu marido que habías decidido “tomar la alternativa” en el mundo editorial. 

—Le pareció una idea genial. Es más, como los dos compartimos la pasión por la buena alimentación y la vida saludable, me ayudó en la elección de las recetas y hemos debatido algunos de los temas que se tratan en el libro.

“Mi marido es superbuen cocinero, pero tiene que estar inspirado para que se le dé bien”

—Vuestro objetivo es que la gente se lleve bien con la comida. Sin embargo, reconoces que tu relación con ella no fue siempre la más acertada. ¿Cómo consigues ahora llevar una alimentación sana? ¿Cuál es el secreto?

—No hay secretos, lo único que hay que hacer es dejar de atormentarse con los mitos que van saliendo en relación con la comida. Te aseguro que comer sano es más sencillo de lo que imaginamos.

—¿De dónde te viene a ti esa pasión por el estilo de vida sana y el deporte?

—De mi tierra natal. En Venezuela tenemos la costumbre de cuidar nuestros cuerpos y comer sano desde que somos pequeños.

—¿Le has inculcado también esa costumbre a tus hijos? 

—¡Uff! A Manuel y a Triana les cuesta alimentarse como a mí me gustaría, porque no les gustan las verduras tanto como a mí, pero intento que en casa se coma lo mejor posible y procuro evitar que se atiborren de galletas, cereales, dulces y chuches. Una frase que les repito mucho es que “somos lo que comemos”.

—¿A ti qué es lo que te tira más: las verduras, las ensaladas, el cuchareo de siempre, la comida a la plancha, las nuevas recetas…?

—A mí me gusta comer de todo, porque en la variedad está el placer, pero es verdad que va en función de la temporada. En invierno, me chiflan los platos de cuchara y las ensaladas las tomo a diario. Pero también me gustan las comidas a la plancha, a la brasa, al horno y disfruto con la fruta.

—¿Te privas de algo?

—De nada. También me gusta tomar un buen vino en un momento dado, una “pizza”, una hamburguesa o un postre bien rico, pero siempre buscando las versiones más saludables, porque son las que más me gustan y me sientan mejor. Sin embargo, lo más importante de todo es la compañía.

—¿La comida venezolana también suele estar presente en tu casa?

—¡Faltaría más! Lo que más preparamos son las arepas, que, como mínimo, comemos una vez a la semana. Y también hacemos algunas veces el pabellón criollo, que es el plato típico venezolano, y el bizcocho de mi abuela, que es el que más le gusta a mi familia. A mis hijos también les encantan las empanadas y, normalmente, para picar tengo varios entrantes que hemos metido en el recetario, como el hummus casero, las remolachas, las berenjenas y los pimientos en vinagreta.

© LUIS SERRANO

—A ti, Pablo, como dietista, ¿qué te parece la forma de alimentarse de Virginia? 

—Es muy buena. Ella ha sabido aunar una dieta equilibrada y el ejercicio con los momentos de disfrute, que, sin duda, son importantísimos.

—¿Qué es lo que más te ha sorprendido de ella?

—Sin duda alguna, cómo ha sabido incluir en su rutina el deporte y la alimentación sana. Ambas cosas forman parte de su vida y eso hace que pueda disfrutar cada momento con más intensidad y sin miedos.

—Una curiosidad, Virginia. Con tu ritmo de vida, ¿sacas tiempo para ir tú misma al mercado?

—Por supuesto. Me gusta hacer la compra y normalmente me encargo de ello, aunque algunas veces le toca a Manuel y entonces la cosa cambia un poco (risas). Los dos ideamos un menú semanal procurando que sea lo más variado posible y, en función de eso, hacemos la lista de la compra.

—¿Manuel es buen cocinero? ¿Curiosea mucho en la cocina cuando estás tú o no le dejas?

—Mi marido es superbuen cocinero, pero tiene que estar inspirado para que se le dé bien. Eso sí, lo que tengo que reconocer es que lo que más les gusta a los niños es el arroz de los domingos que les prepara su padre.

—¿Y qué receta es la que no te falla a ti nunca?

Las arepas. Siempre gustan por su variedad de rellenos ricos y saludables.

—Cambiando de tema. Ahora eres la madrina de La Ruta de la Insuficiencia Cardíaca, acción que forma parte de la campaña de concienciación Llámalo insuficiencia cardíaca ¡y actúa ya!. ¿Qué te llevó a colaborar en esta iniciativa?

—Quizás el sentirme identificada y el poder darle visibilidad a una patología a la que no se la llama por su nombre y que no es muy conocida.

—¿Tú cómo proteges y cuidas tu corazón?

—Haciendo deporte y comiendo bien, pero, sobre todo, siendo feliz y buscando la paz interior.