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Se acabaron las vacaciones para Iñigo Onieva. El empresario quiso poner tierra de por medio tras su mediática separación de Tamara Falcó y junto a su madre, que ha sido su gran apoyo en estas complicadas semanas, ha pasado unos días de disfrute en Estambul. El ingeniero y su progenitora han buscado la paz de su corazón en las calles turcas, puesto que, según ha podido confirmar ¡HOLA!, Carolina también se habría separado el pasado verano de su segundo marido, siendo un tiempo delicado en el terreno sentimental para ambos.
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A pesar de que su llegada al aeropuerto de Madrid ha causado un gran revuelo mediático, el emprendedor ha guardado silencio y no se ha pronunciado sobre ningún tema. Con gafas de sol y gorra, que no podían ocultar un semblante muy serio, ha evitado contestar a las preguntas de la prensa, puesto que como ya aseguró en su última intervención pública, en la que pedía perdón a la que fue su novia por sus errores, lo único que busca en estos momentos tan complicados es "retomar su vida con normalidad".
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Este fin de semana ha servido de cura y método de desconexión de su realidad. Iñigo ha compartido distintas imágenes de este viaje en sus perfiles sociales recorriendo los rincones más entrañables de la ciudad. En ellas también se puede ver cómo se han sumergido en las tradiciones del lugar, especialmente en las gastronómicas, puesto que han tomado un té o el típico kebab en un puesto que se encontraba a pie de calle. Un cambio de aires más que necesario y perfecto para cumplir con el propósito de ponerse de nuevo al frente de sus negocios y compromisos de trabajo.
Tamara también ha hecho las maletas
Por su parte, Tamara también ha pasado los últimos días fuera de las fronteras de nuestro país, visitando por primera vez el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, situado en Francia. Allí ha acudido como voluntaria de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes, que se dedica a las obras de caridad. Precisamente, otra de las personas con las que la ganadora de MasterChef Celebrity ha compartido esta inolvidable experiencia es Natalia Onieva Segovia, familiar del que casi se convierte en su marido.
La hermana pequeña de Enrique Iglesias ha confesado que ha vuelto "feliz" y espera que esta sea la primera de muchas que pueda prestar sus servicios a esta organización. Lo que está claro es que en el caso de la hija del fallecido Carlos Falcó uno de sus mayores consuelos está siendo la fé. Igualmente, está volcada en distintos proyectos profesionales, desde sus colaboraciones con marcas hasta su propio negocio gastronómico en El Rincón, el palacio que heredó de su progenitor.
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