Ya no lo niegan.Ya no lo ocultan. Tuvieron que rendirse a la evidencia de que lo suyo era un secreto a voces y confirmar lo que durante días desmintieron cuando los rumores ya eran ensordecedores. Olga Moreno y Agustín Etienne ya pasean su amor sin complejos y a la luz del sol. Comparten amigos, terraceos y compras. O lo que es lo mismo, no se separan ni un solo instante. Si antes tenían la excusa para hacerlo, es decir, mandaban los quehaceres laborales, ahora, no necesitan ninguna excusa y dan rienda suelta a su necesidad de estar con aquella persona con la que han comenzando una bonita historia de amor.
Representante y representada son inseparables y comparten situaciones tan cotidianas como esclarecedoras de que han emprendido una nueva vida en común, como ir al supermercado o entrar a una tienda de muebles y elegir nuevos elementos decorativos para la casa. Eso sí, pese a su buena sintonía, sus risas y sus miradas cómplices, aún son parcos en sus gestos cariñosos del uno para con el otro.
Alguna caricia furtiva, un abrazo por la cintura…, como si guardaran la compostura por algo. O por alguien. Y es que no podemos olvidar que Etienne no solo es representante de Olga Moreno, sino que aún sigue siéndolo de su ex, Antonio David Flores, con quien compartió vida y negocios durante una década.
También de la hija de este, Rocío Flores, con quien Olga ha estado muy unida emocionalmente y que, a día de hoy, parece estar contrariada por esta nueva relación. Quien sabe si hay cierto recelo entre los cuatro protagonistas de esta historia o si forma parte de la estrategia con la que cebar el que sería el próximo trabajo televisivo de la sevillana con Mediaset, que, por cierto, le estaría cerrando su nuevo amor.