No lo tenía previsto. De hecho, si se para a pensarlo… “Mmmm. No”. Cortarse la melena no entraba dentro de sus planes. Si echa la vista atrás, siempre se recuerda con “pelazo”. Un “pelazo” casi hasta la cintura. Y con él, daba rienda a todos los looks que se le pasaban por la imaginación. Peinados, tutoriales sobre como cuidarlo y mantenerlo… Pero Marta Lozano ha dado un cambio radical a su imagen. Su madre, ahora, le dice que de muy niña, lo llevaba así. Y le emociona. Y se emociona. No solo porque una cosa tan sencilla e, incluso, intrascendente enternezca a quien más la quiere, sino porque su simbólico gesto espera que sirva para mucho. Nada importa que hoy se vea “rara”. O “distinta”… No se arrepiente de haberse metido la tijera y haber cortado por lo sano. No dudaría en volverlo a hacer una y mil veces. Incluso, se raparía la cabeza. Porque lo que pudiera resultar algo frívolo e insustancial, en realidad, no lo es.
Marta no se ha cortado el pelo y los medios -que estamos locos- hemos hecho una noticia como en tantos chistes sobre influencers o sobre “prensa rosa” con lo que está cayendo en Ucrania, con la energía, la crisis nuclear... Nada de eso. Además, todos sabemos que “el pelo crece…” aunque matarías a la del peinado espantoso que te mira con cara de susto desde el espejo por haberse dejado hacer ese estropicio cuando “solo eran las puntas... Lo que ocurre es que esta influencer es diferente. Su implicación social la hace diferente, corregimos. Marta ha sacado a la luz un problema completamente desconocido, porque no es mainstream, y también, doloroso, que eso fotografía muchísimo peor: la escasez de pelo para la confección de pelucas. De pelucas para personas que, en su batalla contra el cáncer, pierden el pelo, que para muchas es un signo de identidad y que muestra, aunque no quieran, que padecen esta dura y estigmatizada enfermedad. De ahí, que Marta quisiera, a través de una iniciativa promovida por Llongueras, no solo poner la belleza de su cara a este carencia silenciada, sino también explicar utilizando el gran altavoz de su cuenta, el proceso por el que otras chicas puedan hacer lo mismo que ella y donar su cabello. Hablamos con la modelo, no sin antes decirle: Brava, Marta.
- Marta, explícamelo todo desde el principio porque tu corte de pelo, primero no se entendió, luego te han aplaudido, ahora es viral… ¿Tú tenías intención de cortarte el pelo y luego todo fue rodado o… ?
- Yo nunca me lo había planteado. No entraba en mis planes. Para nada. Pero sí que es verdad que, una vez que me propusieron hacerlo y por la causa que era, me costó mucho menos de lo que podía pensar a priori cortarme la melena. Porque hay mucha escasez de donantes de pelo para pelucas para personas con cáncer y eso, yo, al menos, no lo sabía. Y me pareció muy interesante utilizar mi plataforma, con tantos seguidores, para poder dar visibilidad a este problema. Sé de muchas chicas que se hacen cambios radicales, pero cómo no saben que esto sucede ni tampoco conocen el procedimiento para poder donar su pelo, éste termina en la basura… Así que, si yo puedo poner cara a esta iniciativa, ¿por qué no? Y por eso lo hice. Ahora, estoy contenta… pero me veo rara. Es que eran muchos años con mi melena. Mi melena muy muy larga.
- ¿Cuántos?
- Yo me recuerdo con el pelo largo de siempre.
- Normal que te veas distinta…
- Mucha gente te dice eso de “al final es un corte de pelo…”. Ya ya. Y “El pelo crece”. Lo sé. Pero coge una regla y mide cuántos son 40 centímetros de largo. Eso es lo que me he cortado yo. Es mucho, ¿eh? Y estaba acostumbrada a mis rutinas de como tratar el pelo, a mis looks … Y, de repente, hale, ve a la Fashion Week, hazte tus looks con tu nuevo corte… Yo no me veía. Pero, oye, la causa lo vale todo. Valía la pena hacerlo.
- No sé si tienes a alguien cercano que ha vivido una situación así y te ha sensibilizado más…
- Fíjate que, por suerte, no. No he tenido ningún caso cercano… Pero cuando me senté con el equipo de Llongueras y me relataron las cifras de las personas que sufren al año cáncer, cómo no te va a tocar la fibra sensible. Es una barbaridad. Y, luego, te hablan de la escasez de donantes de pelo porque la gente desconoce que esto sucede… Que, mira, qué me importa mi pelo, ¿no?
- Es increíble la importancia que le damos al pelo ¿verdad?
- Es que te pones en la piel de la persona que está padeciendo un cáncer y que ha visto cómo, por el tratamiento, se le cae su pelo y dices: “oye, si hace falta, me rapo la cabeza”. El pelo es… Es nuestra seña de identidad, ¿no? Yo lo entiendo perfectamente. Me contaron que si es no la primera, quizás sí es la segunda, pero todo el mundo pregunta cuando le diagnostican cáncer: “¿Cuándo se me va a caer el pelo?” Es uno de los mayores miedos.
- Quizás porque estigmatiza, ¿no?
- Puede ser, pero yo entiendo ese miedo. Así que, si hace falta ese pelo, se corta. Lo mío iban a ser 30 centímetro y al final fueron 40.
- Con lo que tú eras con tu pelo…
- (risas) Es que yo no me había tocado ni el color… Pero jolín si ha valido la pena... Y que ahora ya me veo mona. Tengo mis momentos de decir “¡qué he hecho?” y otras de “oye, pues estoy mona”. Da igual todo porque vale la pena total.
- Ya te gustas entonces...
- La verdad es que el otro día me reía con Teresa Andrés, que sentía algo así como cuando te tiñes de rubio platino y te despiertas una mañana, que no te acuerdas que lo has hecho, y gritas ¡Socorro! (risas) Llevaba muchísimos años con melenón porque me gustaba y, te ves sin él y es “chocante” pero la gente ha relacionado bien con el cambio. Les gusta a mis seguidores. Y a mi madre. Está emocionadísima porque dice que, cuando era pequeña, me llevaba un una melenita así. Que ahora me parezco más a ella. Así que… todo ha salido mejor que bien, la verdad.
- En este tipo de acciones, la labor de las influencers puede ser muy importante.
- Yo creo que sí. El año pasado, en la Comunidad de Madrid, me dieron un reconocimiento porque participé en una campaña de concienciación contra la violencia de género en 2019 y yo decía: “Me están dando este reconocimiento porque han buscado perfiles de influencers que hayan trabajado en la concienciación social y desde 2019… ¿Nadie más ha hecho nada? No puede ser”. Sé que la gente me sigue principalmente porque le gusta enterarse de las últimas tendencias en moda, que es lo que a mí me gusta y de lo que sé, por el lifestyle .. Pero yo también quiero y creo que hay que tomar partido y conciencia social de muchas cosas en las que no podemos estar al márgen y a las que les podemos dar altavoz. Ojalá que la gente se anime a hacer acciones como esta porque al final llegamos a mucha gente.
- Porque vosotras, las influencers, sois súper aspiracionales e inspiradoras con lo cual…
- Mira, desde que se ha hecho viral la campaña, me han escrito chicas que han ido a donar su pelo y me han pasado fotos y… Es emocionante. Tanto si son cinco como si son 5.000, que unas chicas se hayan cortado el pelo y lo hayan donado para esta causa, yo ya me siento satisfecha.
- Porque eso calienta el corazón…
- Exacto. Y me motiva. Siento que hago algo por los demás.
- ¿Hasta qué punto te condiciona en tu vida ser influencer? ¿Tener siempre lo ojos fijados en ti?
- Entre las influencers , hay una delgada línea entre lo que es vida privada y vida pública porque en una red social es muy difícil diferenciar entre lo que estás subiendo meramente por trabajo o forma parte de tu vida. Ahí, hay un batiburrillo que tenemos todas. Qué forma parte de nuestra vida privada y qué no (risas) Yo intento diferenciarlo de la mejor manera posible y es verdad que con los años vas aprendiendo… Y que antes, salía en chandal y la coleta a correr y pasaba inadvertida y, ahora, siempre hay alguien que te reconoce, que te para para pedirte una foto… Pero yo lo llevo bien. Para mí también es un signo de que llegas a la gente y que la gente quiere conocerte más. Y que gustas… Yo lo llevo bastante bien. No he tenido malas experiencias ni nada de eso.
- Lo que pasa es que a las influencers de moda y lifestyle se os exigirá estar perfectas 24/7...
- La gente que me conoce me conoce como la Marta arreglada y la Marta que sale a correr a las 9 de la mañana en chándal. Yo no me escondo de ninguna manera. Me encanta producirme para los eventos como la que además y soy feliz también como la Marta que no se maquilla y sale al barrio a hacer la compra.
- ¿Y eso lo entienden tus seguidores?
- El otro día fui a hacerme las uñas y me hicieron una foto con el móvil y no fui consciente y, cuando llego a casa, la chica en cuestión me envía la foto y me escribe “me ha encantado verte”. Ahí, es cuando te das cuenta de lo expuesta que estás. O con el pelo. Mi corte de pelo me lo hicieron tres días antes de que lo publicara yo en redes. Pues bien, se filtró una foto mía comprando en Mercadona con el pelo corto.
- Y por eso se convirtió en noticia antes del motivo por el que te habías cortado el pelo...
- Porque yo no tengo nada que esconder. Y los haters, que los tenemos todas, se tuvieron que callar la boca cuando supieron por qué me había cortado el pelo. Yo, muchas veces cuando veo que me critican, pienso: “esta persona, si se pusiera en mi piel, no diría estas cosas”. Y que una no puede estar perfecta y haciendo posturas todo el tiempo.
- Que las influencers también despertáis mucha envidia y, para que no se note, se combina con la indolencia
- Ser influencer es una de las profesiones más criticadas. Pero, poco a poco vamos haciendo nuestro camino y se nos va valorando y yo estoy muy orgullosa de ser influencer. Soy influencer a mucha honra.
- También porque hay mucho desconocimiento sobre lo que es ser influencer.
- Es cierto que para ser influencer no necesitas unos estudios, pero entre los influencers pasa lo mismo que en cualquier profesión, incluso en los trabajos con formación académica, que hay de todo en La Viña del Señor. Y en las redes sociales, más de lo mismo. Pero yo confío mucho en el público, que es soberano. Tu tienes que ser capaz de identificar qué es lo que a ti te aporta. Si confías en su perfil cuando te está vendiendo algo. Yo confío en que la gente sepa discernir el tipo de perfil que le aporta y el que no.
- Entonces, a la chavalita que quisiera ser como tú ¿qué le dirías?
- Que no deje los estudios. Nunca. Que es verdad que nadie te exige una carrera para ser influencer, pero cuanto tú más sepas, cuantas más cosas puedas ofrecer en tu perfil, mejor será. Yo estudié Publicidad y RRPP y Derecho y en la Universidad tienen la oportunidad de formarte, de adquirir conocimientos, de conocer a gente… Todo sirve. Yo animo a las niñas que quieren ser influencer a que no dejen sus estudios. Por supuesto que no. Todo suma.