24 de enero de 2018. Aquel día la vida de Virginia del Río cambió para siempre. Su hijo Uriel fallecía antes de nacer. La periodista gaditana, recordada por su trabajo como reportera en Aquí hay tomate, se encontraba en la semana 39 de gestación y de la noche a la mañana dejó de sentir al bebé. "Tomé algo dulce, me recosté sobre el lado izquierdo... y nada, no era normal", recordó la pasada primavera en Sálvame. Entonces llamó a su ginecólogo y este le recomendó que acudiera al hospital. Una vez allí, recibió la peor de las noticias: "lo siento, no hay latido". En ese precioso instante, Virginia, que había decidido ser madre sola, se dio cuenta de la delgada "línea que separa la vida de la muerte" y comenzó a trabajar un duelo muy complicado.
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Necesitó ayuda psicológica y el apoyo incondicional de toda su familia para recomponer las piezas de su corazón. "Si haces un duelo saludable, se puede volver a ser feliz. Ni más, ni menos, sino de otra manera", explicó. Además, reconoció que a ella le había ayudado mucho hablar de Uriel "como el hijo que tuve y que se murió".
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Para Virginia sería clave que este tipo de duelo fuera un poco más visible. "Para que se respete el dolor de las familias y para que estos niños tengan un lugar en el mundo", dijo. La periodista y autora del cuento ¿De qué barriga nací yo? trata de visibilizar este tema a través de su cuenta de Instagram, Tengo una estrella, y su nueva lucha: lograr que las leyes reconazcan que los hijos fallecidos antes del parto existieron.
Por eso, ha lanzando una petición en Change.org pidiendo que se les permita inscribirlos en el libro de familia, ahora digital. "No tengo ningún documento que diga que tuve un hijo que se llamaba Uriel del Río García y que yo soy su madre. No lo tengo porque no existe", ha declarado en una entrevista concedida a NIUS. "No se nos permite registrarlos en ningún documento con su nombre vinculado al nuestro. Solo aparecen en un cruel, doloroso e irrespetuoso apartado llamado legajo de abortos. Y ni siquiera con su nombre, solo se pone el sexo, varón o mujer", ha lamentado en esta publicación.
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De momento lleva 35.000 firmas y espera llegar al medio millón para logar una mayor repercusión. Sabe que el camino será largo, pero confía en que tendrá un final feliz. "Sé que llegará el momento en que vea el nombre de mi hijo Uriel junto al mío en el actual libro de familia. Se lo merece, me lo merezco. Nos lo merecemos", ha afirmado.