Paloma Cuevas y Luis Miguel no han hablado con nadie sobre su amistad ni sobre nada. Ni con un periodista mexicano, ni con un periódico español, ni en un foro de Instagram, ni siquiera con sus amigos o su “círculo cercano”, como cuentan algunos medios. Y, sin embargo, no paran de aparecer artículos referentes a un noviazgo, una declaración, un anillo de compromiso y hasta dos bodas en ciernes, una en España y otra en México.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Al teléfono, le preguntamos si tiene algo que decir ante los rumores que no cesan y, amable pero rotunda, nos responde que no: “No quiero hablar de mi vida privada”. Cuando alguien guarda silencio, lo hace con la esperanza de pasar lo más desapercibido posible. Y, sin embargo, en este mundo de las celebridades, ocurre precisamente lo contrario: si uno calla, se da por buena cualquier información que se publique, por infundada o poco contrastada que sea.
En este caso concreto, el rumor parte de un periodista de un programa de televisión sobre famosos de México. Da por buenos los rumores porque dice que se los confirma alguien muy cercano a Luis Miguel y en España se empiezan a hacer eco del rumor numerosos portales y medios de comunicación. ¿Tiene Paloma la obligación de desmentir el asunto? No.
Cualquier experto en comunicación entiende que entrar en el juego del continuo desmentido nunca sale rentable. Porque, detrás de un rumor, vendrá otro, y ese también habrá que desmentirlo, y, al final, el protagonista quedará a merced de quienes opinan que “el que calla otorga” y todo aquello que no se desmienta se dará por cierto.
Paloma es discreta y responsable y madre de dos hijas a las que protege por encima de todo
Una bola de nieve que rueda y crece hasta que el tiempo da la razón a quien la tiene. Luis Miguel es experto en protagonizar rumores. Los lleva soportando desde que era un niño. A lo largo de su vida lo han encumbrado, difamado, casado, separado, enfermado y hasta matado. Pero él ha seguido siempre la misma política de guardar silencio. Lo raro sería que cambiara ahora su modus operandi. Hace muchos años que Paloma y Luis Miguel se conocen. El padre de Paloma era amigo del padre de Miky en su juventud. Después, en 1996, Paloma se casó.
Luis Miguel disfruta siempre que puede de España, país que ama desde su niñez, ya que gran parte de ella la pasó entre Cádiz, Barcelona y Madrid. Cuando llegó la pandemia, esos viajes se interrumpieron. Pasaron dos años convulsos, de miedo, enfermedad y angustia. En muchos casos, como en el de Paloma y Enrique, también catastróficos para la pareja.
Tras su divorcio, Paloma se refugió en sus hijas, se dedicó a sus padres, se puso a trabajar como diseñadora para Rosa Clará y siguió siendo la persona discreta y familiar de siempre. Luis Miguel regresó a su “rutina” de artista, a sus conciertos, sus discos y sus giras, a los rumores sobre su vida personal y a los romances que le inventan, sobre los que él siempre calla.
Luis Miguel siempre ha sido hermético sobre su vida privada y no creemos que vaya a cambiar su manera de actuar
Y llega el verano de 2022, Luis Miguel viaja a España después de varios años sin poder ver a sus amigos del otro lado del océano. Invita a cenar a Paloma en un conocido y muy público restaurante de la capital y alguien los ve compartiendo mesa y mantel. Con esto basta para que se activen todas las alarmas. Aunque Paloma explica que se trata de una amistad antigua, no es suficiente para calmar los ánimos: en esta nueva etapa de su vida, ella está soltera y Micky también. Luego, aunque no hay pruebas, ni fotos, ni, por supuesto, confirmación alguna por parte de ninguno de los dos únicos conocedores de la verdad, comienzan los rumores de su relación y su compromiso. Se publican “todos los detalles de su boda”. Y como ellos callan… pues la bola de nieve no deja de crecer.
Paloma Cuevas y Luis Miguel no han hablado con nadie. No han entrado en confirmaciones ni en desmentidos. Es imposible que se pueda hablar de fuentes fiables o de círculos cercanos cuando no ha existido, en todo este tiempo, una sola palabra por parte de los protagonistas de la información. Luis Miguel es hermético con lo referente a su vida privada. Paloma es discreta, responsable y elegante. Y, sobre todo, madre de dos hijas a las que protege por encima de todo.
Así que habrá que esperar a que el tiempo haga, en este caso, la labor del periodista que no expande rumores, sino verdades; el que tiene paciencia y no se precipita. El que acaba, siempre, contando la verdad.