Llamó nuestra atención cuando los responsables de The Crown lo eligió para hacer de duque de Edimburgo, marido de Isabel II, en las dos primeras temporadas de la magnífica serie sobre la Corona británica, pero para el público inglés ya era muy conocido por la mítica Dr Who, serie en la que entró como protagonista en 2010. Tras unas cuantas películas, entre las que está Una noche en el Soho, de Edgar Wright, vuelve al universo de las series para interpretar a Daemon Targaryen, el supervillano de La casa del dragón, precuela de Juego de tronos. Hemos hablado con él para que nos cuente cómo ha sido meterse en el mundo fantástico de George R.R. Martin.
—¿Quién es Daemon?
—¿Por dónde empiezo? Es un hombre muy complejo. Es el hermano del rey Viserys (Paddy Considine), y pertenece a la familia Targaryen. Pero en realidad es un príncipe incontrolable. Y además es jinete de dragones.
—¿Cómo es su relación con su hermano, el rey Viserys?
—Bueno, eso también es bastante complicado. El hecho de que el rey esté interpretado por Paddy Considine es una bendición, porque es un gran actor y un ser humano fabuloso, lo que hizo que para mí esa relación y el proceso fuese a) muy interesante y b) muy gratificante. Entre ellos hay mucho trasfondo, se quieren mucho y buscan mutuamente la aprobación en todo lo que hacen. Pero a la vez están muy desconectados. En verdad es una historia maravillosa sobre dos hermanos. Además de tener esta sumisión natural hacia su hermano, Daemon en el fondo está siempre intentando demostrar a Viserys su valía, o irritarle, o captar su atención. Todo se remite a Viserys.
—¿Y con la princesa Rhaenyra (interpretada por Milly Alcock y después por Emma D’Arcy)?
—También es muy complicada. Y también muy difícil de resumir, porque hay miles de cosas sucediendo a la vez con todos estos personajes. Rhaenyra es familia, es su sobrina. En las escenas que comparten Rhaeryna y Daemon se forma una especie de burbuja entre ellos y siempre hay una tensión palpable.
—¿Por qué querías formar parte de La casa del dragón?
—Por el personaje y porque me enteré de que Paddy iba a estar en ella, y siempre le he admirado mucho. Después leí el piloto y vi que iba rodado. No pude parar hasta que terminé, y además su mundo queda muy claro en él. Pero sobre todo por el personaje: Daemon tiene muchas zonas grises, y con él se puede ir por un camino o por otro. Eso es muy interesante para un actor, es un desafío; es como tener el control de la narración, en tanto el guion te lo permite.
—¿Hay algo más detrás de Daemon, aparte de ser un canalla o un chico malo?
—Eso es justo lo que quería evitar, porque sobre el papel es muy fácil convertirlo en el mejor guerrero, con un poco de villano, un poco de granuja, por decirlo de alguna manera. Pero a mí me interesaba ir un poco más allá. Puede sonar a cliché, pero Daemon es muy vulnerable desde el punto de vista emocional, sus acciones son muy infantiles. A veces parece que quiere hacer lo correcto y otras veces se comporta como un verdadero demonio. Y eso también está bien jugarlo.
—¿Cómo te preparaste su lado guerrero? Daemon no tiene rival.
—Fue duro, la verdad. Hay muchas escenas de lucha con espadas y esas cosas. Fue todo un reto físico, porque —hasta la fecha— no estaba entre mis habilidades. Siempre he sido una piltrafa. Intenté aprenderme bien las peleas y confié en que mi doble fuera buenísimo. Daemon también tiene una espada especial. Se llama Hermana Oscura, y la hicieron por encargo en Noruega… Es magnifica. Por lo visto en Noruega tienen un herrero que forja unas espadas buenísimas.
—Daemon es jinete de dragones. ¿Qué supuso eso a efectos prácticos?
—Pues te subes en una especie de plinto mecánico, parecido a esas cosas en las que te subías en los parques de atracciones en los años 80 y 90, manejadas mediante sistemas hidráulicos, a unos seis metros de altura, que te da tumbos mientras te echan lluvia y viento. Sobre esto sobreimprimen a mi dragón Caraxes. Tengo una relación muy curiosa con él, porque es como un espejo de Daemon. Es un dragón cascarrabias, un gruñón, pero cuando te quiere, es de verdad.
—¿Quién es tu adversario principal?
—¿Todo el reino? Daemon es un inconformista. Tiene sus propias leyes. Y pelea para entretenerse. En realidad no tiene ningún objetivo a largo plazo, no quiere ser el rey ni nada por el estilo. Llegué a la conclusión de que solo quiere sembrar el caos a su alrededor, donde sea.
—¿Tuviste que aprender valirio?
—No me sumergí del todo en el universo Targaryen, pero sí aprendí bastante el lenguaje, porque él, Rhaenyra y Viserys son los únicos que lo hablan. Grabé muchas escenas en valirio, y luego esas son las que se han convertido en mis favoritas. Es genial actuar en un idioma diferente. Aprendí mucho de Daemon gracias a eso, porque permite que aflore una faceta diferente de su personalidad.