En Italia, donde los titulos nobiliarios se abolieron con la Constitución de la Repubblica, la conocen con la Principessa 2.0 porque Giacinta Ruspoli, descendiente de una de las familias aristócratas de mayor y más antiguo abolengo de la Historia del País transalpino, es Princesa, sí, por herencia, pero también, abogada ejerciente, diseñadora e influencer. Hija del Príncipe Lillio Sforza Marescotti Ruspoli y la actriz Maria Pia Giancaro, acaba de contraer nupcias con el empresario Alessio Rossi.
Un auténtico acontecimiento en la localidad de Vignanello, en la provincia de Viterbo, al norte de Roma, donde ha tenido lugar este enlace Real al que han acudido representantes de la realeza internacional como Carlos de Borbón Dos Sicilias, la Princesa de Rusia, Victoria Romanov , o la Princesa Iryana Leila Pahlavi, nieta del Sha de Persia, así como también figuras de la aristocracia romana como Isabella Orsini. Hablamos con la hija menor de los Príncipes Ruspoli, del día de su boda, de su vestido, diseñado por el vesuviano Gianni Molaro, de su pasión por la moda -es conocida también por su línea de complementos en donde, como no podía ser de otra manera, la pieza estrella de sus colecciones son las coronas- y de su futuro próximo ya como mujer casada.
- ¿Ha sido la boda perfecta? ¿La que se soñabas?
- Lo ha sido. Rodeada del amor de mi familia y del cariño de los míos que han venido, incluso, desde muy lejos.
- ¿Y tu vestido de novia? ¿Era el estido que siempre tuviste en mente o te has dejado asesorar por el diseñador?
- Lo diseñó Gianni Molaro, que entendió a la primera mis gustos porque yo quería un vestido de encaje y cuerpo de sirena que, al mismo tiempo, fuera muy elegante. Él me entendió antes de conocernos porque me enseñó el vestido que había diseñado para mí y era justo el que yo buscaba. También el segundo vestido que lucí para la tarde era precioso. También diseñado por Gianni Molaro. Muy sensual y femnino, perfecto para la segunda parte de la noche en que bailamos hasta la madrugada.
- ¿Ser Princesa influyó en la decisión de cómo debías vestirte o es algo que no ni siquiera te planteaste?
- Afectó... Pero solo parcialmente porque siempre he soñado con casarme con un vestido largo de encaje con un velo muy importante, pero agregué detalles como la tiara familiar que es el símbolo de mi tradición familiar.
- Eres una mujer a la que le gusta mucho la moda, ¿verdad?
- La moda siempre ha formado parte de mi vida desde que era pequeña. Mi madre fue modelo y, también, actriz. Además, habiendo crecido en Roma, he tenido el privilegido de vivir rodeada de belleza, de arte, de arquitectura, y de una naturaleza privilegidada.
- Las flores que decoran la iglesia y la fiesta definen mucho a la novia. En tu caso, ¿qué flores elegiste?
- Las flores que elegí fueron principalmente hortensias blancas que, en el lenguaje de las flores, significan el nacimiento del amor sincero y, en la historia de nuestra familia, el nombre de ‘Hortensia’ tiene una cierta relevancia ya que, en nuestra casa, vivió por un cierto periodo de tiempo, Napoleón III con su madre, Hortensia de Baurnais, Reina de Holanda. Desde entonces, entre nuestra familia ha tenido unos lanzos muy fuertes con los Bonaparte y este nombre se ha conservado con cariño en nuestra familia de generación en generación.
- ¿Y la música de la ceremonia?
- Roma y la tradición clásica influyeron mucho a la hora de elegir el repertorio.
- ¿Cómo te definirías tú: Eres una novia clásica o moderna?
- Yo me definiría como una princesa moderna pero con gran respeto por la tradición.
- Una Princesa de su tiempo entonces...
- Sí. Y eso se lo debo a mi madre, que me ha enseñado a tener los pies en la tierra, a saber lo que significa el sacrificio, a labrarse un futuro viniendo de una familia numerosa del Sur de Italia. Mi padre me inculcó el respeto por una historia milenaria que ahora tengo el privilegio -y también la responsabilidad- de custodiar y transmitir a mis hijos y mis nietos...
- Hasta el momento de tu matrimonio, el lugar en el que te casabas era un secreto. Tu familia cuenta con numerosos castillos, ¿Por qué elegiste precisamente éste en Vignanello?
- El Castillo de Vignanello ha sido mi casa desde siempre y en él tengo recuerdos preciosos de mi niñez con toda la familia. Además, en este castillo, al finales del siglo XVI, nació la Santa Jacinta Marescotti Ruspoli, que es la antepasada de la que yo he heredado el nombre. Y en él, también mis padres se casaron en ceremonia preciosa. Eso fue también lo que me convenció. De hecho, lo que más, para casarme en Vignanello.
- ¿El menú del convite lo diseñasteis entre Alessio y tú? ¿Había algo que te hacía especial ilusión que degustaran tus invitados?
- Decidimos que todos los platos fueran típicos platos italianos, con una especial atención a los productos locales de la zona.
- Cuéntame, ¿cómo diseñaste la celebración, la decoración de las mesas, la vajilla, los colores…?
- La fiesta la proyectamos para que combinara perfectamente con el Castillo. Y, para ello, lo decoramos con banderolas, y hubo malabaristas y bufones... que recordaban la historia y el estilo medieval del Castillo. Para la cena, habíamos previsto largas mesas imperiales con cestos de frutas y adornadas con guirnaldas de laurel y hortensias. Luego, la tarta, de varios pisos, cubierta de nata con el estallido de los fuegos artificiales... Y, después, comenzó el baile, primero con un piano bar, y después con música italiana, música disco y un dj.
- ¿Y dónde fue el baile?
- En las antiguas mazmorras del castillo. Allí se dispuso una pista de baile y el dj nos tuvo bailando hasta altas horas de la madrugada.
- ¿Tus padres te han dado algún consejo especial?
- Los consejos de mis padres siempre fueron que tuviera la templanza para apreciar la esencia profunda y lo que significaba ese momento, el de casarme, y que lo viviera con alegría pero también con responsabilidad.
- ¿Qué significa para ti contraer matrimonio con Alessio?
- Significa oficiliar aquello que, para nosotros, es el AMOR con mayúsculas y festejarlo con aquellos que más queremos.
- ¿Cómo es Alessio?
- Es un hombre de otros tiempos, con valores muy sólidos y con el que comparto las mismas pasiones e intereses.
- ¿Cómo os conocisteis? ¿Fue amor a primera vista?
- Nos conocimos porque teníamos amigos en común. No creo que fuera un flechazo, porque mi amor con Alessio fue un amor... diría que más maduro, más consciente, que ha ido creciendo con el tiempo porque, antes, éramos amigos.
- ¿Que es lo que más te chifla y lo que más te amuerma del amor?
- Lo que más me gusta del amor es la sinceridad y la complicidad. Amuermarme... ¡Nada!
- ¿Cuándo supiste que era el hombre de tu vida?
- Comprendí que era el hombre de mi vida desde el principio... Me gustaba mucho que tuviéramos muchas cosas en común y fuéramos tan cómplices.
- ¿Cómo se te declaró?
- Antes de pedirme en matrimonio, pidió permiso a mis padres. Después, quiso pedírmelo a mí con una bellísima sorpresa. Fue en nuestro palacio de Cerveteri, iluminandolo con velas, y allí, en los jardines, se arrodilló para pedir mi mano.
- ¿Queréis ser papás pronto?
- Nos gustaría ser padres. A mí me gustaría que viniera una niña. Alessio, sin embargo, quiere un niño.
- Y... ¿Tenéis ya algún nombre pensado?
- Los nombres ya los hemos decidido porque son nombres que para nosotros tienen mucha importancia en nuestra familia, pero todavía no querría desvelártelos.
- ¿Dónde iréis de luna de miel?
- Nos encanta viajar y nos gustaría hacer un safari. Nuestra meta es Tanzania. Porque yo ya lo he hecho y me quedé imrpesionada... Pero, en aquel momento, el viaje lo hice sola y ahora querría compartirlo con mi marido.
- ¿Pediste algún deseo cuando estabas en el Altar Mayor?
- Un deseo: construir una familia con Alessio, mi marido.