Hace ya más de dos años que la vida de Fabiola Martínez y Bertín Osborne recorren caminos separados. Es verdad que, a veces, repostan en las mismas estaciones de servicio porque tener dos hijos en común obliga a unas responsabilidades que ambos acometen de buena gana, pero, por lo demás, ya está todo dicho. Asegura la venezolana que ahora, la situación es mucho mejor, tranquila y sosegada que cuando estaban juntos. Se ahorran las discusiones y los enfrentamientos, que ya es un alivio, pero ¡señores, que han pasado dos años! Y sin embargo, los chicos de prensa seguimos anclados en el momento en que se dijeron adiós y en los sentimientos que puede haber entre ambos cuando ya estamos hablando de un tiempo prudencial para que cada uno de los integrantes de aquella pareja hayan comenzado a resetear el pasado para dejar espacio a los archivos futuros. Eso cuenta Fabiola por ejemplo. Que ya no echa de menos a Bertín. Que el amor se apagó y, entre risas, que las nuevas fotos de su ex musculado pueden ser, quién sabe, un aviso a navegantas. Preguntamos a Fabiola.¿Cómo estás Fabiola?Estoy fenomenal, contenta, trabajando… Es verdad que tengo bastante trabajo, no de tele, de mi trabajo en la empresa, en las inversiones, donde llevo la Comunicación y el Marketing, hago mis pinitos en la tele, en la moda… Con la Fundación seguimos a tope, pero tenemos una nueva directora que es una maravilla -sobrina de Alfonso Díez-, Rocío Martín Díez, que lleva la Fundación fenomenal, con lo que ahora ya no estoy tan implicada en el día a día, pero pasado mañana, tenemos reunión de Patronato y tenemos que tratar todos los proyectos para el año que viene… Vamos, que te has quitado un peso de encima pero de aquélla manera…No, no, en realidad, tengo mucho más tiempo. Lo necesitaba para trabajar… Ahora que dependo de mí enconómicamente.Eso está bien, Fabiola, ¿no?La Fundación ha sido un trabajo que me ha dado mucho. Mucho trabajo también, pero yo nunca he percibido dinero de la Fundación. Por eso, ahora, necesitaba sacar tiempo para poder trabajar y ganar un sueldo. Te da una independencia.Absolutamente. Por eso estoy contenta. Y por eso estoy tan bien. Tengo trabajo y sueldo. Y luego, tengo mis cositas de imagen, de marcas, con lo que mantengo ese puntito de modelo, que me encanta. ¿Y tus teenagers, cómo están?Mira, muy bien. Kike, muy grande, que es verdad que eso dificulta muchísimo el día a día, pero bueno. Estamos acostumbrados. Es lo que hay. No se puede cambiar. Se asume y ya está. Y Carlos, ya está hecho un hombrecito. Carlitos… No, perdón, Carlos, que ya no puedo llamarlo Carlitos porque ya es de mi tamaño, pasó el año pasado un año escolar un poco… un poco complicado. Creo que se le juntaron muchos cambios. Demasiados. La separación, el cambio de colegio, cambio de casa, cambio de amigos… ¡Era todo!Y se le hizo un poquito cuesta arriba. Este año he decidido que vuelva al cole en el que ha estado siempre, que nos pilla un poco lejos, pero bueno, y está feliz. Sacando buenas notas, centrado y muy bien. Y eso es lo que importa. Pobrete…Sí, la verdad… Está con sus amigos, con los profesores que conoce desde siempre… Está encantado. Está arropadoAl menos, una parte de su vida es la misma. Es la de siempre.Se encontró con todos sus flancos cambiados en una edad complicada, ¿no?Sí, pero a esa edad, la capacidad de recuperación es estupenda. Crecen a una velocidad… Y a mí me toca crecer con él e ir aprendiendo con él (risas)Teenagers… (Risas) Sí, sí. De hecho, estando los dos en casa, le tengo que mandar whatsapps. Porque está pero como si no estuviera. “Oye, Carlos, “vemos una película?”Pero yo creía que estaba muy enmadrado…Y lo está. Me encanta porque todavía llega a casa y me dice: “¿Te puedo dar un abrazo?”. “Claro, mi vida”. Y me engancha y… Tengo que disfrutar eso porque va a cambiar, seguro, en cualquier momento. Y tu relación con Bertín ¿cómo es?La normal de una pareja separada. Y padres de unos niños. Con los mensajes normales. Las comunicaciones siempre son en referencia a ellos y… Poco más. ¿Lo echas de menos?Mmmmm…. No.Es ley de vida, claro. ¿Sabes qué pasa? Que realmente, cuando estábamos juntos… La vida de Bertín es muy difícil de seguir. Viaja mucho… Él estaba mucho tiempo fuera de casa… Entonces, más o menos, ya te acostumbras a no echarle de menos. El tema con la separación fue que ya no estaba en mi vida. En mi rutina. Imagino que porque hubo un momento en que también se habría convertido en tu compañero de piso… Y ya.Exactamente. Eso fue. Pero es que.. Ya vamos a hacer dos años de separados. Parece que no, pero ya ha pasado un tiempo y estamos mejor, yo creo… Porque no discutimos. Estamos centrados cada uno en lo suyo. No hay reproches. Que antes… sí. Y…¿Prefieres recordar solo lo bueno?Eso. Y la relación es mucho más fluida. También es cierto que no fue una separación que hubiera tenido un detonante. Un algo concreto. Eso habría sido un tema a resolver… A nosotros se nos apagó el amor. Se apagó.¿Ya no te afectan las noticias que puedan surgir sobre él, sus nuevas relaciones…?La verdad es que, como estoy tan centrada con el trabajo, no me entero de nada. Y muchas veces, cuando las veo, son cosas pasaron hace la tira (risas) Pero también me pasa con cosas sobre mí… Aunque, ahí siempre hay gente que me dice: “Has visto lo que dice noséquién o nosécuantos?” Y yo: “Grrrrr”.¿Te enfada?Algunas cosas sí, no porque se saquen de contexto, sino porque se las inventan completamente. Porque si tienes picardía o me haces la trampa, bueno, me puedo hasta reir, pero si se inventan literalmente palabras que tú no has dicho, eso me da mucho fastidio. Con que digan lo que digo yo ya basta, si yo soy muy honesta. Nunca escurro el bulto.Voy a ser de esos que te pican… ¿Has visto las fotos de Bertín súpermusculado?(risas) Imagino que él habrá dicho ‘estoy en el mercado, me tengo que poner las pilas’¿tú también estás haciendo ese trabajo?
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Hace ya cerca de dos años que la vida de Fabiola Martínez y Bertín Osborne recorren caminos separados. Es verdad que, a veces, repostan en las mismas estaciones de servicio porque tener dos hijos en común obliga a unas responsabilidades que ambos acometen de buena gana, pero, por lo demás, ya está todo dicho. Asegura la venezolana que ahora, la situación es mucho mejor, tranquila y sosegada que cuando estaban juntos. Se ahorran las discusiones y los enfrentamientos, que ya es un alivio, pero ¡Señores, que han pasado dos años! Y, sin embargo, “los chicos de prensa” seguimos anclados en el momento en que se dijeron “adiós” y en los sentimientos que puede haber entre ambos, cuando ya estamos hablando de un tiempo prudencial para que cada uno de los integrantes de aquella pareja hayan comenzado a resetear el pasado para dejar espacio a los archivos futuros. Eso cuenta Fabiola, por ejemplo. Que ya no echa de menos a Bertín. Que el amor se apagó. Que Carlitos tuvo un año duro con tanto cambio y también, entre risas, que las nuevas fotos de su ex musculado pueden ser, quién sabe, un aviso a “navegantas”. Preguntamos a la Fabiola.
- ¿Cómo estás Fabiola?
- Estoy fenomenal, contenta, trabajando… Es verdad que tengo bastante trabajo, no de tele, de mi trabajo en la empresa, en las inversiones, donde llevo la Comunicación y el Marketing, hago mis pinitos en la tele, en la moda… Con la Fundación, seguimos a tope, pero tenemos una nueva directora que es una maravilla -sobrina de Alfonso Díez-, Rocío Martín Díez, que lleva la Fundación fenomenal... Así que, ahora ya no estoy tan implicada en el día a día aunque, pasado mañana, tenemos reunión de Patronato y tenemos que tratar todos los proyectos para el año que viene…
- Vamos, que te has quitado un peso de encima pero de aquélla manera…
- No, no, en realidad, tengo mucho más tiempo. Lo necesitaba para trabajar… Ahora que dependo de mí económicamente.
- Eso está bien, Fabiola, ¿no?
- La Fundación ha sido un trabajo que me ha dado mucho. Mucho trabajo también, pero yo nunca he percibido dinero de la Fundación. Por eso, ahora, necesitaba sacar tiempo para poder trabajar y ganar un sueldo.
- Te da una independencia.
- Absolutamente. Por eso estoy contenta. Y por eso estoy tan bien. Tengo trabajo y sueldo. Y luego, tengo mis cositas de imagen, de marcas, con lo que mantengo ese puntito de modelo, que me encanta.
- ¿Y tus chicos, cómo están?
- Mira, muy bien. Kike, muy grande, que es verdad que eso dificulta muchísimo el día a día, pero bueno. Estamos acostumbrados. Es lo que hay. No se puede cambiar. Se asume y ya está. Y Carlos, ya está hecho un hombrecito. Carlitos… No, perdón, Carlos, que ya no puedo llamarlo “Carlitos” porque ya es de mi tamaño, pasó el año pasado un año escolar un poco… Un poco complicado. Creo que se le juntaron muchos cambios. Demasiados. La separación, el cambio de colegio, cambio de casa, cambio de amigos… ¡Era todo! Y se le hizo un poquito cuesta arriba. Este año he decidido que vuelva al cole en el que ha estado siempre, que nos pilla un poco lejos, pero bueno, y está feliz. Sacando buenas notas, centrado y muy bien. Y eso es lo que importa.
- Pobrete…
- Sí, la verdad… Está con sus amigos, con los profesores que conoce desde siempre… Está encantado.
- Está arropado.
- Al menos, una parte de su vida es la misma. Es la de siempre.
- Se encontró con todos sus flancos cambiados en una edad complicada, ¿no?
- Sí, pero a esa edad, la capacidad de recuperación es estupenda. Crecen a una velocidad… Y a mí me toca crecer con él e ir aprendiendo con él (risas)
- Teenagers…
- (Risas) Sí, sí. De hecho, estando los dos en casa, le tengo que mandar whatsapps. Porque está pero como si no estuviera. “Oye, Carlos, ‘vemos una película?’”
- Pero yo creía que estaba muy enmadrado…
- Y lo está. Me encanta porque todavía llega a casa y me dice: “¿Te puedo dar un abrazo?”. “Claro, mi vida”. Y me engancha y… Tengo que disfrutar eso porque va a cambiar, seguro, en cualquier momento.
- Y tu relación con Bertín ¿cómo es?
- La normal de una pareja separada. Y padres de unos niños. Con los mensajes normales. Las comunicaciones siempre son en referencia a ellos y… Poco más.
- ¿Lo echas de menos?
- Mmmmm…. No.
- Es ley de vida, claro.
- ¿Sabes qué pasa? Que realmente, cuando estábamos juntos… La vida de Bertín es muy difícil de seguir. Viaja mucho… Él estaba mucho tiempo fuera de casa… Entonces, más o menos, ya te acostumbras a no echarlo de menos. El tema con la separación fue que ya no estaba en mi vida. En mi rutina.
- Imagino que porque hubo un momento en que también se habría convertido en tu compañero de piso… Y ya.
- Exactamente. Eso fue. Pero es que.. Ya vamos a hacer dos años de separados. Parece que no, pero ya ha pasado un tiempo y estamos mejor, yo creo… Porque no discutimos. Estamos centrados cada uno en lo suyo. No hay reproches. Que antes… sí. Y…
- ¿Prefieres recordar solo lo bueno?
- Eso. Y la relación es mucho más fluida. También es cierto que no fue una separación que hubiera tenido un detonante. Un algo concreto. Eso habría sido un tema a resolver… A nosotros se nos apagó el amor. Se apagó. Y ya está.
- ¿Ya no te afectan las noticias que puedan surgir sobre él, sus nuevas relaciones…?
- La verdad es que, como estoy tan centrada con el trabajo, no me entero de nada. Y muchas veces, cuando las veo, son cosas que pasaron hace la tira (risas) Pero también me pasa con cosas sobre mí… Aunque, ahí siempre hay gente que me dice: “Has visto lo que dice noséquién o nosécuántos?” Y yo: “Grrrrr”.
- ¿Te enfada?
- Algunas cosas sí, no porque se saquen de contexto, sino porque se las inventan completamente. Porque si tienes picardía o me haces la trampa, bueno, me puedo hasta reír; pero si se inventan literalmente palabras que tú no has dicho, eso me da mucho fastidio. Con que digan lo que digo yo, ya basta, si yo soy muy honesta... Nunca escurro el bulto.
- Voy a ser de esos que te pican… ¿Has visto las fotos de Bertín súpermusculado?
- (risas) Imagino que él habrá dicho ‘estoy en el mercado, me tengo que poner las pilas’.
- ¿Tú también estás haciendo ese trabajo?
- ¿Yo? Mira, yo estoy muy bien conmigo misma, disfrutando de la vida… Y sola. Sin amor. Sin nada. Ce-ro.