Arrecia tormenta en el hogar de Gisele Bündchen y Tom Brady. Los rumores de la grave crisis que atraviesa la pareja circulan desde hace semanas, pero, en los últimos días, se ha avivado aún más la polémica. Las pistas evidencian que, después de trece años de matrimonio, no pasan por su mejor momento, tras la decisión del quarterback de volver al campo de juego, tan solo dos meses después de anunciar su retirada.
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“Hay mucha tensión… Ella no estaba emocionada cuando él volvió”, decía una fuente a People. Ni el paso del devastador huracán Ian por Florida ha conseguido unirlos. Mientras la top parece haberse refugiado en su casa de Miami, el equipo del deportista, trasladado desde su sede en Tampa, se ha mudado al centro de entrenamiento de los Miami Dolphins. Y las últimas imágenes antes del ciclón también fueron por separado.
Primero, la modelo fue fotografiada en Nueva York, con su hija, Vivian, de nueve años, donde habría pasado bastante tiempo desde el verano, y, el pasado domingo 25, Gisele no estuvo en el partido de inicio de temporada de los Tampa Bay Buccaneers, donde milita el siete veces campeón de la NFL, aunque el jugador sí contó con el apoyo de sus hijos, Vivian y Benjamin, de doce años, y Jack, de quince, nacido de su relación con Bridget Moynahan.
Recientemente, la top contó en una entrevista en Elle que paró su carrera para apoyar a Brady y criar a sus hijos: “He tenido esas conversaciones con él una y otra vez. Hice mi parte. Me mudé a Boston y me concentré en crear un entorno acogedor y amoroso para que mis hijos crecieran en él apoyando a mi marido y a sus sueños”. Y explicó: “Me siento muy realizada, como madre y como esposa. Y ahora va a ser mi turno”.
La crisis se agudizó en verano y, de momento, no se les ha vuelto a ver juntos, incluso han vivido el paso de las devastadoras tormentas en Florida refugiados en distintos sitios