Melinda Gates se ha sincerado como nunca antes sobre su proceso de divorcio con el cofundador de Microsoft. La empresaria ha declarado que a pesar de llevar un tiempo arrastrando razones por las que finalizar su matrimonio, fue a raíz de la pandemia del Covid-19 cuando vio la oportunidad perfecta de poder llevar todo el proceso en la más absoluta intimidad, sin que eso restase tristeza a la situación. "Fue increíblemente doloroso en muchos aspectos, pero al menos tuve la privacidad necesaria para sobrellevarlo", ha explicado en una reciente entrevista con la revista Fortune.
Melinda también ha asegurado que le ha costado aceptar lo que le estaba sucediendo y que ha derramado muchas lágrimas en esta delicada etapa, puesto que tras más de dos décadas junto a su marido, pensaba que su historia de amor duraría para siempre. "Cuando escuchaba casos de ruptura siempre pensaba que aquello no era para mí, no es algo que barajase el día que me case. Sin embargo, me di cuenta, que, mirando por mí misma, necesitaba tomar la decisión más saludable, aquel fue un día muy triste", ha comentado haciendo referencia al punto de no retorno en el que se decidió a dar el paso.
Otra de las cuestiones claves para la expareja era velar por el bienestar de sus tres hijos: Jennifer (25), Rory (23) y Phoebe (20). "Queríamos proteger a mis hijos, y, finalmente, lo conseguimos". De la misma manera, ha asegurado, que a pesar de que el amor se acabase entre ella y Bill Gates ambos siguen manteniendo una estrecha y cordial relación personal además de diversos vínculos profesionales, ya que ambos siguen involucrados en las labores filantrópicas de la Fundación Bill y Melinda Gates.
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Precisamente por esa vinculació que mantienen desea lo mejor al magnate, al que ha asegurado no guardar ningún tipo de rencor. "Le deseo todo lo mejor, no le deseo nada malo. Creo que tenemos una relación de trabajo productiva, y creo que eso va a continuar". Una versión en concordancia con lo que expresó Bill Gates el día que se hizo pública la ruptura, cuando aseguraba que por fin todos los miembros de su familia podían avanzar, aunque el camino fuese desconocido. "Sé que cada divorcio es diferente, pero nosotros éramos socios, crecimos juntos, ahora todo es distinto".
Otro de los puntos escabrosos que empañó sus últimos años como casados, eran las acusaciones de infidelidad, los idilios con trabajadoras de su empresa y los supuestos nexos que unían al millonario con Jeffrey Epstein. Unos rumores a los que ninguno de ellos ha respondido de manera directa, si bien es cierto que Gates reconoció haberse reunido con Epstein en diversas ocasiones y no haber seguido el sabio consejo de Melinda en cuanto a no relacionarse con él, lo que ha catalogado como uno de los grandes errores de su vida.
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