Después de unos meses bastante convulsos, con vidas por separado durante todo el verano, Ana María Aldón y José Ortega Cano, poco a poco, van acercando posturas y superando los problemas que han minado su relación hasta situarlos a un paso de la ruptura de su matrimonio. Diez años después de iniciar su relación, de la que nació el pequeño José María, y tras haber hecho frente a su peor crisis matrimonial, la pareja avanza en la solución de sus desencuentros y están cada vez mejor, caminando juntos y de la mano hacia la reconciliación, tal y como han confirmado fuentes cercanas a ¡HOLA! La diseñadora confundió con sus últimas declaraciones, en las que llegó a decir que hacían vidas separadas y que no había vuelta atrás.
Sin embargo, de lo que parecía una confirmación oficial y el desenlace de su grave crisis a negarlo rotundamente: “No hay separación”. Según confirman a ¡HOLA! fuentes cercanas, están cada vez mejor y avanzando hacia la reconciliación. «Ana María no tiene nada que reprochar al torero ni como marido ni como padre, sino que se sintió muy dolida cuando este no fue capaz de dar la cara ni de defenderla públicamente de ciertos reproches llevados a cabo por la familia de Ortega Cano», nos cuentan. “Hubiese sido importante que mi marido dijera: ‘Esta es mi mujer y la respetáis, os guste más o menos’”, espetó la colaboradora, hace tan solo unos meses, en una de sus intervenciones televisivas, refiriéndose en aquella ocasión a su mala relación con Gloria Camila y su cuñada Conchi, hermana de su marido.
La pareja, que tiene un hijo en común de nueve años, celebraba el pasado 27 de septiembre su cuarto aniversario de boda
Sin embargo, y a pesar del ruido externo que ha intentado dinamitar su matrimonio, la pareja, que celebraba el pasado 27 de septiembre cuatro años de casados, reaparecía de nuevo unida este pasado fin de semana en compañía de su hijo, de nueve años, tras cuatro meses sin hacer ningún tipo de planes juntos. Con semblante serio y sin querer hacer ningún tipo de declaraciones, el matrimonio acompañaba a su pequeño a un partido de fútbol, dejando nuevamente claro que su hijo es una de sus principales prioridades. De hecho, era a principios del mes de septiembre cuando, con motivo del inicio del curso escolar, Ana ponía fin a su distanciamiento con el torero y regresaba de Cádiz a Madrid para que el niño se incorporara de nuevo a las clases, un paso que parece haber sido definitivo para que los dos limaran asperezas, llegaran a un entendimiento y apostaran de nuevo por mantener su matrimonio a flote.