Han pasado casi un año desde que Ana Rosa Quintana anunciara que sufría cáncer de mama. La presentadora de televisión se armó de valor el 2 de noviembre de 2021 para hacer pública su enfermedad ante las cámaras de su programa. Quizá fue el día más difícil al que tuvo que enfrentarse en los 17 años que dura ya su larga trayectoria profesional, pero hoy la periodista valora mucho el presente y mira la vida con optimismo tras sobreponerse a una enfermedad que la ha mantenido alejada once meses de la televisión.
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El próximo 10 de octubre regresa a televisión en la 18ª temporada de su programa y lo hará rodeada de sus compañeros, Joaquín Prat y Patricia Pardo, aquellos que han hecho que su espacio siga cosechando excelentísimos datos de audiencia y a los que considera "su gran familia". Precisamente con ellos celebrará su regreso y también con la audiencia que ha seguido muy de cerca su proceso de recuperación
Durante su ausencia, Ana Rosa Quintana se ha centrado en su recuperación y en su familia. La querida presentadora reconoció que "el proceso estaba siendo duro, difícil, pero que ella tenía suerte y lo estaba llevando bastante bien". Después de recibir el tratamiento de quimioterapia, Ana Rosa tuvo que operada en abril y un mes después pudimos verla feliz y recuperada en la Feria de San Isidro en la plaza de toros de las Ventas. "Recuperando la vida otra vez", contaba dispuesta a dar comienzo a sus vacaciones. Ana Rosa encontró en Cádiz, en la casa que posee en la urbanización de Sotogrande, el remanso de paz y desconexión que tanto necesitaba para estar rodeada de los suyos. Allí la hemos visto pasear por los rincones incomparables de un pueblo tan pintoresco de la provincia como es Vejer de la Frontera.
La rutina de la comunicadora, de 66 años, durante todo este tiempo ha girado en torno a su salud, cuidándose a través del yoga y la alimentación para poder afrontar con más fuerza el proceso. En esta nueva etapa apostó por una alimentación sana -sus menús no contenían azúcar, no eran productos procesados, grasas ni alcohol- y la combinó con una rutina de ejercicio. Su entrenamiento consistía en tres días a la semana, además de disfrutar de largas caminatas y el yoga, disciplina que, tras su diagnóstico, fue adaptando según las necesidades del momento.
Su marido, Juan Muñoz, y sus tres hijos han sido su pilar fundamental junto con los compañeros que forman parte de su círculo íntimo y que no han dejado de trasladarle todo su apoyo y energía. Junto a ellos se dejó ver siete meses después de su marcha en la fiesta de fin de temporada de su productora audiovisual Unicorn Content. Muy sonriente y llena de vitalidad, compartía sus impresiones con Joaquín Prat, Sonsoles Ónega, Patricia Pardo y Ana Terradillos y reflejaba lo emocionante que había sido su rencuentro. No solo les contó a sus compañeros cómo se encontraba, sino que también lució nueva imagen, con el pelo muy corto y de color rubio. "De la necesidad, virtud. Siempre pensé que cuando dejara la tele me iba a cortar el pelo y me lo iba a teñir de platino, todavía estoy a mitad de camino… Pero esto no estaba calculado", señalaba sin perder la sonrisa.
Entonces contaba lo arropada que se había sentido por sus compañeros y todo su equipo y expresaba su agradecimiento más sincero. También revelaba las ganas de volver a trabajar y dijo que su regreso estaba más cerca que nunca. Por fin ese momento está a punto de producirse y el próximo lunes la reina de las mañanas se sentará de nuevo ante las cámaras de televisión para hacer lo que más le gusta: comunicar.